Terminaron ambos la cena e hizo desaparecer los platos para luego aparecer dos tazas de té. Hermione miró algo desconfianza.
-El suyo es... de frutos rojos- La castaña sonrió pero luego lo miró.- Los elfos tienen todo tipo de té.- Hermione frunció el seño.- Fui hasta la cocina para conseguir té negro una noche y no tenían. Tomé... ese.- Dijo con desprecio y sirvió agua caliente en la taza. Hermione tomó complacida.
-En mis cumpleaños... mi padre me llevaba al barrio chino y compraba cohetes. Al volver a casa, a la noche, subíamos con mi madre al techo, mientras en el jardín él preparaba los fuegos artificiales. Luego nos avistaba y comenzaban las luces. Mi madre me abrazaba y me decía: "en la oscuridad, se esconden personas que nos quieren lastimar... pero también están las que nos protegen en cubiertos... La luz, te mostrará quien está allí. Sentirás en el corazón el calor y significará que es quien te protege"...- La castaña tomó un sorbo de su té.
-Que cursilería.- Respondió el pelinegro.
-Tenía cinco años.- Dijo algo ofendida. Mirándolo con los ojos entrecerrados, Snape se hundió de hombros.- Aunque nunca entendí a lo que mi madre se refería.
-No quita, que sigue siendo cursi.- La castaña se rió con ternura, era súper arisco.
-¿Acaso no tiene recuerdos con su madre o su padre que signifiquen algo?- Snape la miró severo. Hermione bajó la mirada.- Lo lamento...- Luego de un rato, escuchó su voz.
-Mi madre...- Severus sintió agrias las palabras, hacía tanto que no la mencionaba...- Me leía poesías... Le gustaba. Y me leía los poemas de amor de una autora que ahora no recuerdo.- Suspiró cansado, pero con algo de dolor también.
-Su madre... Era Eileen Prince... ¿no es así?- Snape observó los ojos de la castaña.- Encontré... un recorte de periódico con su nombre una vez... Decía que fue capitana del equipo de Gobstones y que se había casado...
-Tobías Snape era su nombre, si es lo que se pregunta...- Hermione asintió, no quiso decir más nada.- Sigue siendo una insufrible sabelotodo, Granger. No se le escapan detalles de nada.- Esto último lo dijo algo agrio. El pelinegro se llevó una mano a su mentón y miró hacia otro lado con el seño fruncido. Hermione prefirió morderse la lengua.- Mi madre era una gran bruja. Y el bastardo de mi padre... No quiero hablar más sobre el tema Granger.- La castaña asintió. Se tomaron su té y Snape se levantó.- Recuerda, me supongo, que mañana no tendrá permitido ir a Hogsmeade.- La castaña asintió, pero en parte estaba agradecida. Tomó su saco y ambos salieron de las mazmorras y se dirigieron a la entrada del castillo para ir nuevamente al bosque prohibido.
Una vez dentro de este, Severus guió a Hermione buscando plantas, sabia, y unas cosas más. Hasta que volteó a la castaña.
-Granger, esta es la última especia que deberemos sacar de este bosque. La flor perla.- La castaña se acercó y en medio de la oscuridad vio en el suelo un prado lizo lleno de flores. Snape acercó su varita y las iluminó. Luego miró a Hermione, esta se veía confundía.- No me dirá que no ha oído de ellas.
-La he pasado de reojo en algún libro, pero no leí en profundidad sobre esta flor, señor.- Snape sonrió costado.
-No están sabelotodo después de todo.- Dijo con orgullo en su voz.- La flor perla es una planta muy curiosa. Al tocarla, su sistema de defensa hace que los pétalos se cierren emitiendo luz. Una vez que se corta, esta flor se abre dejando perlas, si es que están en época. Luego, los pétalos se solidifican quedando en su forma como mármol.- La castaña miró complacida las flores en el suelo. Snape la miró con una ceja arriba.- Lo que me interesa de estas flores, Granger, son las hojas. Los mocosos de primero la necesitarán para una poción el lunes.- La castaña asintió y con temor se acercó. Snape sonrió. Y se acercó a su oído.- No me dirá que tiene miedo.- La castaña dio un respingo y miró al pelinegro enojada. Snape sonrió.
-¡No haga eso!- Severus se acercó y tomó de la mano a Hermione empujándola hacia el prado.- ¡Señor!- Pero cuando entraron en ese pequeño prado, las luces comenzaron a iluminarse, emitiendo una luz azul que iluminó hermosamente. Hermione miró el suelo y sonrió. Nunca había visto algo igual. Severus la miró y la creyó en ese momento una mujer hermosa. Se agachó y la jaló del brazo para que hiciera lo mismo. La castaña casi cae al suelo. Miró a los ojos oscuros y este arrancó una flor. Esta comenzó a apagar su luz y a abrirse Dentro había una perla y los pétalos comenzaron a ponerse duros dejando una flor hermosa de mármol con una perla en el centro. A la castaña le brillaron los ojos. Snape tomó una tijera, cortó las hojas y las guardó en una bolsita. La flor se la extendió a Hermione y esta la tomó dudosa. Le sonrió a Snape y sin quererlo, se quedaron mirando a los ojos bajo las luces de las flores. Ambos sintieron esa calidez en el pecho nuevamente... El pelinegro se levantó y se alejó un poco para que la castaña sacarla las flores que quisiera. Le extendió la tijera.
Luego de cortar muchas flores y sus hojas. Hermione se quedó con varias perlas, pero la única flor que tomó, era la que Snape le había dado. Lo miró, este estaba a unos dos metros mirando hacia todos lados vigilando. Hermione le sonrió.
-Señor.- Lo llamó. Severus la miró y asintió. Había terminado. La castaña salía con cuidado tratando de no pisar ninguna flor y nuevamente se encaminaron hacia el castillo. La castaña le extendió la bolsita con las hojas. Luego le mostró las perlas y la flor. Severus arqueó una ceja.
-¿Qué hará con eso, Granger?- Hermione se hundió de hombros y tomó la flor. Se la puso en el cuello y volteó a mirar a Snape.
-¿Qué le parece un collar?- Snape se detuvo y miró su cuello mientras sostenía la flor. La miró a los ojos y esta le sonrió ampliamente. Luego él negó.
-Es muy grande.- Dijo mientras seguía caminando. Hermione lo miró y luego lo siguió. La castaña miraba la flor, y lo miraba a él. Este iba un paso delante de ella.
Llegaron al castillo y Snape abrió la puerta dejándola pasar. Luego comenzaron a caminar para ir al gran tapis. Hermione se sentía bien ahora, estaba feliz... y sospechaba que era culpa de él. Miró otra vez la flor y sonrió. Llegaron al tapis, Snape volteó para mirarla.
-Recuerde Granger, nada de Hogsmeade mañana.- Hermione asintió y sintió como el pelinegro pasaba por su lado.
-¡Señor!- Llamó, la castaña, Severus volteó elegante como siempre. La muchacha apretó sus puños.- Gracias....- El pelinegro negó, volteó y antes de verlo doblar la esquina, se detuvo y la miró, aún no había entrado a la sala.
-Feliz cumpleaños, señorita Granger.- Y se fue. Hermione sonrió y tocó la flor que estaba guardada en su bolsillo.
-¿Qué esperas? ¿Una invitación? Eres la última que falta.- La castaña miró al gran tapis y entró. Dentro, sus amigos tenían preparada una mesa con dulces y una torta. A penas la vieron todos se levantaron con una sonrisa. Ella también sonrió, ahora de verdad y estuvo dispuesta a festejar su cumpleaños con alegría.
Luego de un rato, le cantaron feliz cumpleaños y ella, con una sonrisa y las manos en el bolsillo, tomó la flor entre sus dedos.
Ese día, Hermione cumplió 19 años.
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Sobrevivir
RomanceLuego de la guerra mágica, Severus Snape se despierta de un coma de tres semanas deseando haber muerto. Pero las visitas casi diarias de Hermione hará que ambos entablen una nueva relación desconocida para ambos. La castaña acepta por medidas de San...