Hermione había entrado en la casa en donde siempre compró el uniforme. Apenas entró, una mujer regordeta se acercó, le sonrió de oreja a oreja y le dijo que se imaginó lo que venía a buscar A continuación le tomó las medidas y Hermione la siguió a un vestidor.
Luego de unos segundos, la mujer volvió, con el pantalón de vestir, y la camisa blanca con el escudo de Hogwarts. El vestidor estaba frente a una ventana que daba a la calle. Cuando Hermione salió, la anciana le acomodó algunos detalles. El traje le quedaba entallado. Marcaba lo que antes no estaba. Y no estaba ajustado, solo que ahora, sus atributos eran los de una mujer.
La mujer la dejó sola un segundo, pues vio entrar a otros clientes. Hermione se soltó el cabello. Se miró al espejo arreglándose. Cuando a través de este, vio la calle. Y luego lo vio. Estaba viéndola, no de una manera morbosa, sino con sorpresa, con admiración... La castaña volteó, y a través del vidrio se miraron. Ella se hundió de hombros y extendió los brazos para mostrarle el traje. Snape no pasaba por alto lo entallado que le quedaba. Pero se cruzó de brazos, negó con la cabeza como diciendo "no le queda" Y Hermione lo miró enojada. Esta entrecerró los ojos y bajó para volver a cambiarse.
Snape sonrió y volteó para volver a la casa. Hermione compró el traje, y se decidió volver a la casa igual. Antes de eso, volvió a mirar por la ventana, ya no estaba... Pero también sonrió.
Salió del lugar y en la puerta se chocó con Ginny, esta la miró con los ojos abiertos. La pelirroja le sonrió con sorpresa.
-¡Herms! ¿por qué no me dijiste que venías? Podíamos haber llegado juntas.- Hermione le sonrió y se corrió de la puerta.
-Es que no tenía planeado venir, hice unas cosas y luego vine.- Sonrió.- Te prometo que te avisaré para la próxima. Debo irme.
-¿Irte? ¿Tan pronto?- Hermione ya había avanzado, pero volteó para despedirse.
-Sí, tengo cosas que hacer, ¡nos vemos luego!- Y así se apareció en la casa. Snape se estaba sacando el saco cuando volteó a verla. Traía en manos una bolsa, supuso que sería la del traje. Hermione lo miró con una ceja arriba, esta hizo lo mismo. Pero la castaña fue a la cocina para poner agua. Quería un café.
-¿Hará café?- Preguntó sin más el pelinegro acomodando el saco, Hermione no respondió. Severus volteó y la miró, estaba haciendo café efectivamente. Este se acercó a la cocina.- Granger, ¿por qué no responde?- Hermione ni volteó. Severus rodó los ojos, ¿en serio se había enojado?- Granger, ¿no aguanta una broma? ¿Qué quería que respondiera? ¿Que la aplaudiera? ¿Decirle: "Le queda hermoso, Granger" y mirarla con una sonrisa?- Hermione volteó con una sonrisa. Este se sorprendió.
-No estaba enojada, pero me alegra que sea sincero.- Snape la miró a los ojos serio, y a Hermione le pareció ver que su rostro... ¿tomaba un color rojizo? ¿Se estaba sonrojando? Hermione le tendió una taza de café.- Tome, que no se le enfríe.- Snape la tomó, pero frunció el seño. Hermione sentía una calidez que no supo expresar.- Quiero contarle algo...- Severus la observó, aún desconfiado.- Compré la casa.- Severus abrió los ojos.
-¿Usted también cerró el trato?- Ambos se miraban sorprendidos, ¿él también lo había hecho?- ¿Y qué hará con esta?- Hermione tomó un sorbo de café y miró alrededor con tristeza.
-Ayer me contactó una pareja para ver la casa... Una pareja con una niña, según lo que leí. Mañana vendrán a verla.- Snape tomó un sorbo y luego le dijo a Granger.
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Sobrevivir
RomanceLuego de la guerra mágica, Severus Snape se despierta de un coma de tres semanas deseando haber muerto. Pero las visitas casi diarias de Hermione hará que ambos entablen una nueva relación desconocida para ambos. La castaña acepta por medidas de San...