Parte I. Capítulo 6.- Inseguridades

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MAGNUS


-¡Ragnor! – llamé a mi colega apenas entré a la estación luego de culminar mis rondas. Ragnor me miró con ligera sorpresa mientras alejaba su mirada de alguna revista – ¿tienes un momento?, quisiera preguntarte algo.

-Seguro – me dijo con cierta indiferencia y su habitual tono sombrío.

-Escucha, tu alguna vez... ¿has hablado de "eso"?

-¿Qué?

-...

Ragnor me miró de forma demasiado seria – con "eso" estás tratando de decir... ¿si soy gay?, ¿si he salido del closet? – no pude menos que asentir de manera muy sutil mientras le miraba – eso... está en contra de nuestras reglas – espera, ¿Qué? – hasta ahora, siempre hemos mantenido nuestra sexualidad en secreto, no sé porque deberíamos cambiar eso de repente.

-¡Espera un segundo! – Alcé la voz, ofendido – ¿estás hablando como si yo fuera tu enemigo?

-Bueno, no mi enemigo – dijo con esa mirada penetrante suya – ... pero tampoco eres mi amigo.

-Rayos, no me desanimes, hombre... – dije desviando la mirada – en verdad tengo un problema y... ¡ya no sé quién soy ni cómo se supone que debo actuar!

-... asi parece, bueno, respondiendo a tu pregunta, se lo dije solo a una persona.

Ese comentario hizo que volviera a mirarlo, curioso por saber la respuesta – ... ¿a quién?

Ragnor me miró fijamente sin decir nada durante unos segundos – ... a mi esposa.

¿En serio?... eso es...

-Recuerdo perfectamente ese día – dijo a continuación – ella respiró profundamente... y luego gritó... "oh no, ¡eso no puede ser verdad... tiene que ser una pesadilla!"... después de eso... comenzó a llorar... y yo lo hice también, ¿puedes tan solo imaginarlo?

-¿Te arrepientes? – pregunté... aun pasmado.

Ragnor suspiró – si no hubiese hecho nada, todo hubiera sido una completa mentira, una farsa, al principio pensé, "¿Qué estupidez hice ahora?" pero... quería que conociera mi verdadero yo – le oí suspirar nuevamente – no puedo decirte más que eso... cuando dices que eres homosexual, si es en frente de tu familia o de tu pareja, tienes que tomar una decisión, sino... – Ragnor estrujó con fuerza el vaso de cartoncillo que había tenido en su mano todo ese tiempo, después me miró, con mayor intensidad – ¿lo entiendes?, yo elegí estar con mi mujer y mi hijo, porque decidí ser su pareja y un padre, tú... elegiste a ese pelinegro como tu pareja pero... ¿Quién es la persona a la que quieres en tu futuro? – Cerré brevemente los ojos cuando palmeo mi hombro, dispuesto a irse – yo no puedo ayudarte a responder esa pregunta, no existe una elección correcta o incorrecta, tienes que preguntarle a alguien con más experiencia que yo.

-Ragnor... – volví a llamarlo cuando escuché que se retiraba – ¡¿Cómo debo ser entonces?!, vamos, ¡di algo!, ¿acaso te ofendí o te dije algo malo hace un rato?

-Shhh.

Ragnor susurro aquello mientras se llevaba un dedo a los labios, diciéndome que me callara. Solo entonces me di cuenta que ya no estábamos solos, algunos colegas más habían entrado al pasillo donde nos encontrábamos Ragnor y yo.

-Hola, Magnus – escuché a otro de mis colegas a mis espaldas.

-Adiós – dijo Ragnor, simplemente dándome la espalda, mientras se retiraba.

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora