Parte II. Capítulo 6.- Lo Entiendes, ¿Verdad, Viejo Amigo?

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MAGNUS


A la mañana siguiente... mamá ni siquiera salió de su habitación.

"Tiene migraña, de vez en cuando la sufre, dijo que descansando un poco se sentiría mejor."

Como sea, eso fue lo que mi padre dijo durante el desayuno pero... siendo honesto, eso no me convenció, creo que la verdadera razón... fue la discusión de anoche.

Y bueno, mi intención no era agobiar a Alexander con mis problemas familiares, aunque estos le conciernan enteramente, sin embargo, aprovechando nuestras vacaciones, decidí llevarlo a recorrer la pequeña ciudad.

Y ahí nos encontrábamos, en una pequeña cafetería al aire libre, disfrutando del día ligeramente soleado que había, con su fresca brisa primaveral.

-Solía jugar futbol americano en la secundaria – dije mientras bebía un coctel – formaba parte del equipo oficial, de hecho.

-¿En serio?, ¿en qué posición jugabas?

-Era corredor, pero tuve que dejarlo.

-Jugar futbol americano es el sueño de muchos, ¿Por qué lo dejaste? – Alexander parecía curioso al respecto.

-Simple, me fracturé un par de costillas. Y también me lesioné el tendón de Aquiles – le sonreí – ese tipo de lesiones, suelen pasar cuando juegas futbol pero, ¿todo ese esfuerzo y luego tanto dolor?, no gracias...

-Seguro lucias genial con tu uniforme.

-¿Quieres verme? – Pregunté alzando una ceja – tengo algunas fotos en casa...

-¡Oye!, ¡Magnus! – Alcé la mirada cuando quien me hubiese llamado, puso su mano sobre mi hombro – ¡de verdad eres tú!

-¡Raphael! – le miré sorprendido.

Raphael me sonrió – el mismo, pero vamos, no seas tan formal conmigo, ¡solo han pasado cuatro años desde la última vez que nos vimos!

-¡Estupendo! – gritamos los dos mientras chocábamos los puños amistosamente.

Raphael debió haber sentido la mirada curiosa de Alexander, pues se le quedó mirando unos instantes, luego le sonrió.

-Hola, disculpa mi descortesía – dijo mientras le estrechaba la mano – pero me sorprendió ver a Magnus luego de tanto tiempo, eres amigo de Magnus, ¿cierto?, yo soy Raphael Santiago.

-Alexander Lightwood, gusto en conocerte.

-No te había visto antes por aquí, ¿se conocen de Nueva York?

-Sí, así es.

-Vaya, realmente me gustaría quedarme a conversar, pero debo ir al trabajo – dijo mientras miraba su reloj.

-Deberíamos salir por unos tragos uno de estos días – sugerí – ¿todavía vives donde mismo?

-Si... oh, oigan, ¿Qué les parece si los paso a buscar en mi auto esta noche?

-No hay problema.

-Bien, entonces pasaré como a las siete – dijo mientras se retiraba – ¡nos vemos!

-Vaya, que animado está – dije aun sorprendido de verlo.

-Es la primera vez que veo a uno de tus amigos.

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora