Parte II. Capítulo 5.- Estrago Desatado

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MAGNUS


El día de nuestro viaje finalmente había llegado.

Desde temprano esta mañana, ha sido un día bello y soleado. Mientras estamos de camino s Newton, no pude evitar darme cuenta, desde que ya han pasado cuatro años desde la última vez que visité a mis padres.

Y... traer hasta aquí, a mi pareja del mismo sexo después de este largo tiempo... debo decir que es bastante difícil... tanto para nosotros, como para ellos.

-Alexander, ¿estas nervioso? – le pregunté sin dejar de mirar la carretera.

-Un poco – admitió, mientras bebía un jugo – ¿Qué crees que deba decir cuando vea a tus padres?

-No pienses tanto en eso. Mira, te contaré una historia para distraerte un poco.

-Oh, bien.

-Veras, hubo una vez un niño que le dijo a sus padres "!cuando sea grande me voy a casar con mi mamá!" – Comencé a relatar – su papá rio, diciéndole "no puedes, tú mamá ya está casada con tú papá", ese hecho solo frustró al niño, tanto, que comenzó a llorar y a hacer un berrinche, por lo que les dijo a sus padres "!que malos!", "¿se casaron en secreto?", ¿pero sabes que fue lo que más conmocionó a ese niño?, no fue solo que su mamá ya estaba casada, sino que se había casado a escondidas... y eso que era bastante obvio que estaban casados desde antes de que él naciera.

-¿Esa historia es real? – Alexander parecía divertido con ello.

-¡Tú lo has dicho! – Dije dejando escapar una carcajada – todavía me rio de esa situación, eso ocurrió cuando yo tenía tres años.




Pasaron cerca de 45 minutos más llegar a Newton, al avistar la casa de mis padres, Alexander parecía asombrado, y no era para menos, si habríamos que comparar, nuestra casa en Nassau era solo la mitad del tamaño que la de mis padres... a no ser que menos.

Mis padres salieron de la casa cuando seguramente nos escucharon entrar al jardín. Apague el auto, y salí para saludarlos.

-¡Hola, papá, mamá! – saludé mientras cerraba la puerta del auto.

-Hola – dijo mi padre, acercándose a mí – ¡ven aquí, hijo! – Me acerqué para corresponder su abrazo – ¡dios mío!, mira cuanto has crecido, ¿Qué pasó con mi hijo pequeño y tierno de antes?

No pude evitar reír ante su comentario, cuando me separé, miré a mi madre.

-Hola mamá, no nos vemos desde hace tiempo.

-Si... desde hace mucho tiempo – los ojos de mi madre parecían brillar mientras me miraba, tomando mi rostro entre sus manos – ¡déjame mirarte!, ¡luces precioso, cariño!

-Bueno, he estado comiendo como dijiste.

-Te extrañé – dijo besando mi mejilla.

-Y yo a ti – me retiré de ella, y volteé para buscar a Alexander, él estaba recargado en el auto, mirando tranquilamente el horizonte – ¡Alexander! – Le llamé – ¡ven, déjame presentarte! – Alexander sonrió, mientras se acercaba, cuando lo tuve a mi lado, miré a mis padres mientras pasaba mi brazo por sus hombros – papá, mamá, quiero presentarles a mi acompañante, Alexander Lightwood, él es... mi novio.

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora