Parte III. Capítulo 2.- Siempre Alexander

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MAGNUS


Dos años... es verdad, ya habían pasado dos años... bueno, casi.

Honestamente, no le había prestado demasiada atención al tiempo que Alexander y yo tenemos juntos, solo me importaba lo que hacíamos en ese lapso. Lo cual era una gran diferencia, aun así, estaba resultando bastante importante para Alexander...

Detuve el auto, cuando llegué a una intercepción. El semáforo estaba en rojo...

Ahora que lo pienso, durante todo ese tiempo, hemos pasado por tanto, y Alexander, a pesar de cada situación que atravesamos, siempre estuvo conmigo, como ese día... cuando Raphael vino a casa... a Nueva York...



*Flashback*


Era fin de semana, vísperas de invierno, pues las hojas de los arboles aun caían, cubriendo las calles, los parques, las avenidas, prácticamente todo, con esa tonalidad cual atardecer que solo indicaba una cosa... la llegada del invierno.

Ese día, Alexander parecía particularmente nervioso, lo cual me tenía completamente curioso, pues aunque le pregunté, el simplemente decía que no era nada, que solo se debía a los recuerdos que el invierno traía consigo... tenía sentido, en ese momento.

Yo había vuelto del trabajo temprano ese día, pues me habían pedido un cambio de patrullaje solo por hoy, que simplemente acepte, no me vendría mal pasar el día con Alexander después de todo, de hecho, lo prefería.

Pero no contaba con aquella impresión cuando llegue a casa.

-¿Raphael? – Me quedé completamente pasmado cuando lo vi en la sala de estar, aparentemente, conversando con Alexander – ¿Qué haces aquí?

-Magnus... hola – sí, Raphael estaba nervioso pero... ¿Qué hacía aquí?

-¿Por qué estás aquí? – pregunté nuevamente, sintiéndome extraño con solo verlo, al recordar todo lo que me había dicho cuando nos vimos en Massachusetts.

-Bueno, pedí un permiso por un par de días – explicó – yo, había estado intentado llamarte pero... nunca contestabas y...

-¿Tu porque crees? – no quería decirlo así, pero estaba dolido, aun, por aquellas palabras, aquel rechazo, aquella mirada que me dio en el bar.

-Magnus...

-Alexander, por favor, no te metas en esto – y sin más, me fui a la habitación.

-Tal vez debería irme – escuché decir a Raphael – siento haberlos molestado.

-¿Cuándo vuelves a Newton? – preguntó Alexander... ¿para qué?

-Pasado mañana, por la tarde.

Luego de eso, no escuché nada más, sabía que Raphael se había quedado unos minutos más, pues eso fue lo que tardo la puerta en abrir y cerrarse después, ¿de que habían estado hablando?, sin embargo, cuando Alexander entro a la habitación... estoy bastante seguro de que nada me había impresionado más, que las palabras que me dijo.

-¡¿Quieres que perdone a Raphael?!

-¡Es justamente lo que he dicho! – Respondió con un elevado tono de voz, era extraño las veces que Alexander lucia molesto sobre algo – ¡tienes que comprender porque se comportó así... porque reaccionó así!, ¡además, ¿no sería mejor que hablaran y aclararan todo directamente?, así, tal vez, después de todo, ambos se tranquilicen un poco!

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora