Parte I. Capítulo 9.- Podemos Salir Adelante

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ALEXANDER


Era sábado por la tarde, ese día, había amanecido toda la ciudad bañada en intensa y brillante nieve blanca. Durante la mañana, mientras esperaba a que Magnus volviera del trabajo, había visto un par de quitanieves por la zona, despejando los caminos, y aun así, copos de nieve danzaban desde el cielo, volviendo a cubrir lentamente todo a su paso.

Cuando Magnus llegó, decidimos dar un paseo en aquel nevado día, optamos por visitar Central Park, que para aquellas horas, no había demasiadas personas, supongo que podía deberse a las condiciones del clima, y muchos padres no querían que sus pequeños enfermaran.

Mientras me encontraba sentado en una de las bancas, esperando a Magnus, quien había ido a conseguir algo cálido de beber, recordé lo ansioso que me encontraba esa mañana, mientras esperaba la llamada del hospital, y como los días anteriores, le había pedido a Magnus que no le dijera nada a Izzy o Jace sobre la conversación de aquella noche, al menos... no hasta que tuviera los resultados de los exámenes que me hicieron.

Al principio, a causa del semblante inexpresivo que Magnus me había dado cuando le hice aquella petición, pensé que se opondría, y que volveríamos a discutir, sin embargo, él lo entendió, pero me pidió estar ahí cuando les dijera a mis hermanos y yo... no podría haberlo querido de otra forma.

El repentino sonido de la nieve siendo aplastada llamó mi atención, levante la mirada, notando que Magnus venia hacia mí, con dos vasos con contenido humeante... cálido.

-Toma – dije, mientras me tendía el vaso con chocolate caliente – Alexander, está comenzando a hacer más frio, deberíamos volver a casa.

-Tienes razón.

-Es una pena que la laguna esté congelada – dijo, le miré notando que el observada el lugar mencionado – sin embargo, me pregunto si ya se podrá patinar sobre ella.

Eso me recordaba...

-Yo solía...

-¿Mmmm?

-Yo solía asustarme... cada vez que veía una laguna congelada – dije mirando la nieve a mis pies – siempre me recordaba... el día que Izzy y yo nos quedamos solos.

Podía sentir como Magnus se inclinaba un poco hacia mí, mientras hablaba – ...

-Yo aún era un niño pequeño cuando pasó, mi mamá... era prostituta.

¡Alec!

¡Alec!

¡Demonios, desearía que nunca hubieras nacido, ninguno de ustedes!

¡Por su culpa se fue!

Sus palabras, pese a los años, aun resonaban en mi cabeza, con es esta ocasión.

-Cada vez, que tenía un padre nuevo... no me gustaba – continué diciendo – pero el que ella nos tuviera, no ayudaba tampoco. Ella siempre buscaba, quería a un hombre que pudiera protegerla – Magnus se había arrodillado frente a mí, escuchándome con atención – aún recuerdo perfectamente ese día, el año en que cumplí los diez, en vísperas de navidad, mi mamá nos trajo a Central Park, estoy seguro de que nunca, Izzy... Max y yo, nos hubiéramos divertido tanto... como ese día...


*Flashback*

Esa mañana, muy temprano, unos sollozos me despertaron, pensando que se trataba de mi hermano pequeño, que tan solo tenía un año de nacido, que estaba llorando porque tenía hambre.

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora