Parte I. Capítulo 10.- Como Una Rosa En Invierno

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LUKE


El día había amanecido con un temporal regular, desde la primera hora de la mañana, la nieve había comenzado a caer, no de forma desenfrenada, pero si constante, y las rachas de viento hacían ver... y sentir ese día, más frio de lo usual.

Había llegado temprano a la estación esa mañana, esperando lograr determinar, junto con mi equipo, como detener a los contrabandistas de drogas que parecían haberse desatado desde entonces.

Cerca de las seis de la tarde, el inspector general llegó a mi oficina, soltando un sinfín de patrañas que realmente me estaban molestando.

-¿Qué estás diciendo? – pregunté luego de unos momentos, incrédulo de lo que escuchaba.

-Lo que escuchaste – repitió el inspector – ¿Por qué las redadas siempre terminan en nada?, ¿Por qué la información siempre se filtra pese a que doblamos la seguridad sobre ella?, le estoy preguntando porque, Lucian.

Fruncí el ceño, mirándolo con cierta molestia – no estarás insinuando que alguien de nuestro lado, que alguno de mis hombres está vendiendo la información, ¿verdad?

-Bueno... – el inspector suspiró – eso es exactamente lo que estoy tratando de decir.




MAGNUS


-¡Magnus! – Me giré hacia mi compañero de rondas de ese día, Elías, pues era el día libre de Azazel también – no queda leche.

Le miré unos segundos mientras hacia el pedido en un café exprés – bueno, lo tomaré sin ella entonces.

-Bien.

Mientras Elías continuaba haciendo el pedido, mi mente volvió a lo ocurrido en aquel incidente, pues desde entonces, había una cosa que no he podido sacar de mi cabeza.

"Por un momento pensé que podía ver sus ojos a través de sus gafas."

Las palabras de Alexander resonaban en mi cabeza. No es como si esos tipos lo fuesen a dejar pasar así como así.

Era demasiado probable que irían tras Alexander y aquella mujer... ¿o lo dejarían así?

-Toma.

-Gracias – dije a Elías, aceptando el humeante vaso que me ofrecía.

Cuando iba a beber un sorbo, el radio que tenía en mi cinturón al igual que el de Elías, comenzó a sonar.

"Tenemos un homicidio... en el departamento de la calle 49, se trata de una mujer a la que le dispararon. El nombre de la víctima es Ashley Brown. El sospechoso está prófugo."

¡¿Ashley Brown?!

"A todas las unidades en el área..."

¿Ese no es el nombre de la mujer que... también estaba con Alexander?

-¡Mierda!, ¡andando Magnus! – Escuché a Elías llamarme – ¡¿Magnus?!

Cuando aquel llamado había terminado, rápidamente saqué fui a una caseta telefónica, que solo estaba a un par de metros, mi teléfono celular lo había dejado en la patrulla, que estaba aún par de cuadras de donde estábamos. Poco me importó soltar el café que tenía en la mano.

Nueva York, Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora