—Bueno, nadie me prohibió asistir a ver sus entrenamientos —comentó Gabriel con una gran sonrisa—. ¿No adoran las lagunas legales?
Lorena, José Luis, Gabriel y Marco se encontraban en el jardín de la casa de Octavio un martes por la mañana. El joven maestro Alejandrino había decidido que era una urgencia comenzar a entrenar nuevamente a sus más recientes pupilos, tal como se lo había prometido a su amiga de aura lila, después del enfrentamiento con Thiana, la Carnera de aura negra. Aquella chica tenía una potencia sumamente grande que les traería problemas mayúsculos a menos que estuvieran preparados para hacerle frente. Por ello el lunes Gabriel y Marco habían platicado con los demás y habían acordado juntarse ese martes por la mañana.
—¿A qué hora pensarán llegar Adriana y Vanya? —se preguntó Marco revisando su reloj.
La pregunta estaba plenamente justificada, puesto que las muchachas llevaban más de quince minutos de retraso.
—Quizás deberíamos empezar a entrenar en lo que llegan —sugirió Lorena, quien dentro de sí tenía el presentimiento de que sus amigas no se presentarían.
Por su parte, Chelis desvió la mirada sin agregar nada más, ya que pensaba exactamente lo mismo que su amiga. Vanya no pareció estar muy interesada cuando hablaron de un entrenamiento para enfrentarse a los Carneros y, en cuanto a Adriana, esta había puesto una expresión sobre su rostro que podría haberse traducido con facilidad como "primero prefiero estar muerta".
—De acuerdo —aceptó Marco con las manos en la cintura—. Veamos, ¿qué será bueno que les enseñe?
—¿A teletransportarnos? —sugirió José Luis con esperanza. Aquello le parecía una excelente idea considerando la utilidad que podría tener algo como eso.
—Eso sería una buena idea considerando que esperas que viajemos a Turquía el próximo verano —coincidió Lorena—. Sería bueno empezar a practicar con distancias cortas antes de intentarlo con las largas.
—No funciona así —repuso inmediatamente Gabriel.
—¿A qué te refieres con eso? —le preguntó su amigo de aura verde oscuro.
El joven Costa se puso a explicarles a los otros dos lo que Marco le había expuesto dos días atrás mientras estaban caminando por las calles del centro sobre la despartición.
—¡Qué horror! —exclamó Chelis cuando Gabriel terminó su explicación.
—Necesitaríamos un lugar a no menos de un kilómetro con el que ustedes estén familiarizados para poder practicar eso y, sobre todo, en el que no haya gente —dijo Marco negando con la cabeza—. No, no creo que sea la opción. Creo que lo mejor que podemos hacer es empezar con un examen. ¿Qué les parece si iniciamos con una evaluación de lo que pueden hacer?
Aquello fue probablemente la mejor elección que pudo haber hecho el joven Martínez. Decidió comenzar con una prueba para probar los escudos mágicos de sus alumnos, justamente lo primero que les había enseñado a hacer.
—Parece que se confiaron demasiado en la protección que les brindaban Adriana y Vanya, ¿verdad? —les riñó Marco después de la primera prueba, tras la cual Lorena y José Luis habían terminado con su piel despidiendo un misterioso brillo nacarado—. Tendrán que estar practicando nuevamente, porque no es que puedan confiar siempre en Vanya y Adriana; y pensé que eso ya había quedado claro.
—Pero ¿no dice Daniela que una buena ofensiva es la mejor defensa? —preguntó José Luis mientras se quedaba muy quieto para que Marco pudiera retirar el hechizo que le había hecho.
—Sí, pero lo dice una persona que tiene un aura muy poderosa —comentó Marco terminando de usar su aura sobre sus amigos.
De repente, el joven Martínez frunció el ceño pronunciadamente mientras mantenía las manos apuntando a sus amigos, aunque sin concentrar más de su energía áurica.
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Libro Amarillo
FantasySegunda parte de la serie Energía Áurica. Después de haber derrotado a Belial en Libro Rojo, Gabriel, Lorena, José Luis, Vanya, Adriana y Marco comienzan a creer que pueden retomar una vida normal; pero todo se complicará cuando nuevos enemigos que...