42. Secuestro

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—Me siento mal al no entender de lo que hablan —comentó Vanya al oído de Gabriel.

—No te preocupes, la verdad yo solo entiendo la mitad de lo que dicen Marco, Mireya y Jacob —contestó el chico—. Y creo que para los otros dos es igual.

Mientras Lorena se había retirado, sus demás amigos se encontraban en las jardineras cercanas al edificio donde solían tomar clases. Marco, Mireya y Jacob habían establecido una conversación fluida en inglés, de la cual los otros se sentían hasta cierto punto apartados. Lo cierto era que José Luis no entendía mucho de lo que hablaban, pues hablaban demasiado rápido para lo que él estaba acostumbrado. Por su parte, Adriana, quien se encontraba más avanzada en sus clases de inglés, entendía más que sus dos amigos varones pero no se animaba a inmiscuirse realmente en la plática, puesto que sentía que su nivel para hablar estaba realmente debajo del de los demás.

—Quizás deberíamos intentar hablar de nuestras propias cosas por nuestra cuenta —comentó Adriana finalmente tras haber escuchado el intercambio entre Vanya y Gabriel.

—No sería una mala idea —acordó Gabriel—. Por cierto, José Luis, ¿y Xóchitl?

—Tenía que ponerse de acuerdo para un trabajo en equipo con Azucena, Gisela y Paulo. Me dijo que nos veíamos por aquí en cuanto terminara.

Las jardineras donde se encontraban los chicos era una zona que prácticamente se encontraba vacía a esas horas. La mayoría de los alumnos que seguían en la escuela se encontraban en clases.

—Por cierto, ¿y ese milagro que tú no has intentado irte, Vanya? —inquirió Chelis en un tono un tanto asombrado.

—Mis padres iban a salir —contestó la chica tranquilamente—. Antes de salir hacia la escuela habíamos hecho planes de que los vería en el metro para ir juntos hacia la casa. Supongo que podría hablarles y decirles que mejor los veo en casa, pero no quiero estar sola.

La respuesta de Vanya había terminado con un tono un tanto deprimente. Sus amigos se miraron los unos a los otros sin estar muy seguros de qué decir. Por fortuna para ellos, el timbre del celular de Gabriel sonó justo en ese momento interrumpiendo el momento.

—Bueno —dijo el chico al teléfono—. ¿Cristóbal? ¿Qué sucede?

José Luis estaba a punto de preguntarle a Adriana sobre Bernardo con el fin de cambiar de tema, pero en ese momento la voz de Gabriel se elevó bastante de volumen.

—¿Cómo que Lorena desapareció? —preguntó Gabriel sorprendido poniéndose de pie en un instante.

Aquello hizo que incluso la charla de los que platicaban en inglés se interrumpiera. Todos se le quedaron viendo atentamente a Gabriel.

—Espéranos ahí —ordenó el chico Costa antes de colgar el teléfono.

—¿Qué es lo que sucede? —inquirió Marco preocupado.

—Cristóbal dice que Lorena desapareció camino a la entrada, por la arboleda de la zona oeste —contestó el joven de aura azul—. Tenemos que ir hacia allá.

Ninguno de los presentes hizo más preguntas. Inmediatamente todos se echaron a correr con dirección a la parte oeste de la escuela, donde se encontraba una arboleda en los límites del recinto escolar. Una vez llegado ahí torcieron hacia el sur, en dirección de la salida. No tardaron mucho en vislumbrar a Cristóbal.

—¡Cristóbal! —exclamó Gabriel cuando lo vio.

—¡Chicos, qué bien que vinieron! —exclamó el muchacho.

—¿Cómo está eso de que Lorena desapareció? —interrogó inmediatamente Chelis.

—Estaba aquí platicando con un chico y de repente brilló una luz morada y desaparecieron —explicó el joven de aura amarilla al mismo tiempo que se frotaba la cara.

—¿Cómo era ese chico? —-preguntó Marco seriamente.

—Era alto, de piel clara... —comenzó a contar Cristóbal cuando de repente centró su atención en Jacob y, dando un paso hacia atrás, dijo—: Era él.

Todos voltearon a ver a Jacob, el cual parecía un tanto confundido.

—Debió haber sido el mismo tipo que nos visitó la vez pasada —concluyó rápidamente Gabriel.

—Pero aún seguimos sin saber quién es —opinó Vanya mientras Mireya le explicaba rápidamente a su novio lo que les había dicho Cris.

—No importa quién sea, lo importante es que debemos encontrarlo a él y a Lorena —afirmó José Luis con determinación.

—Esperen —dijo Vanya de pronto—. Cris, dijiste que viste que se desvanecieron en una luz de color morado. ¿Estás seguro que podría catalogarse como morado y no como lila?

Todos comprendieron inmediatamente lo que Vanya estaba pensando. El aura de Lorena era de color lila. Si Cristóbal había visto el aura de Lorena quizás la joven había ideado la forma de atrapar al impostor.

—No, era un morado oscuro, estoy seguro —contestó el muchacho con firmeza.

—What has he said? (¿Qué ha dicho?) —inquirió Jacob a su novia.

—The guy had a dark purple aura (El tipo tenía un aura morada oscura) —contestó Mireya a su novio mientras parecía palidecer.

—An aura like this? (¿Un aura como esta?) —preguntó Jacob concentrando su propia aura en sus manos.

—¿Era de ese color el aura que viste? —preguntó Marco al chico Luna.

—Sí —contestó un tanto confundido Cristóbal.

—¿Qué significa esto, Jacob? —interrogó José Luis.

—Es Esau —contestó Jacob—. Lorena has been kidnapped by him (Lorena ha sido secuestrada por él)

Libro AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora