—Vamos, Lorena, ¿dónde estás? —dijo Marco mientras hacía que su aura se acumulara alrededor de un bolígrafo de color morado.
Había pasado un día desde que Lorena había desaparecido, al parecer en compañía de Esau. Marco, Gabriel, Adriana, José Luis y Vanya se encontraban en un rincón de la escuela tras haber decidido saltarse su segunda clase después de que su amiga no se hubiera aparecido durante la primera hora. Afortunadamente, Marco conocía ese hechizo de rastreo y Adriana tenía una pluma que su amiga Oranday le había prestado unos días atrás.
—¿Creen que llevo demasiado tiempo con ese bolígrafo? —preguntó Adriana extrañamente contrita.
—No, porque de lo contrario ya me hubiera señalado hacia ti —contestó Marco con el ceño fruncido—. Es más como si el encantamiento no pudiera ubicarla precisamente.
—¿Qué razones puede haber para ello? —preguntó Gabriel mientras parecía estar revisando algo sobre su teléfono móvil.
Por un momento Marco pareció realmente querer contestarle a Gabriel, pero un cambio en su aura lo distrajo completamente.
—¡Sí, por fin! —exclamó el joven triunfante.
El aura que había acumulado Marco sobre su mano formó una esfera. Con un poco de atención, resaltaba que la esfera simbolizaba el planeta Tierra. Un punto más brillante que el resto del globo señalaba la ciudad dónde se encontraban los chicos. El chico agitó ligeramente sus dedos e hizo que la esfera comenzara a cambiar. Se convirtió gradualmente en un plano conforme parecía que la vista se iba centrando sobre el punto más luminoso. El plano fue adquiriendo una estructura 3D conforme más se centraba. Para los muchachos no fue un gran reto reconocer el plano de la zona dónde se hallaban, aunque sí fue cierta sorpresa ver que el hechizo parecía estar centrado justo en el pasillo donde se encontraban, de forma que en la mano de Marco terminó habiendo una representación del mismo.
—¡Ay, creo que sí he pasado demasiado tiempo con ese bolígrafo! —exclamó Adriana desilusionada.
—¡Pero no tiene sentido! —expresó Marco asombrado—. El hechizo tardó demasiado en enfocarse.
—De verdad que es muy extraño —dijo de repente una voz más allá.
Los chicos voltearon inmediatamente la cabeza hacia el origen de la voz. Unos pasos más allá se encontraba Lorena. Sin embargo, lucía distinta. La muchacha que tenían ante ellos llevaba el cabello suelto y le caía con gracia, como si se tratara de alguna modelo para un comercial de champú. Para completar la idea de la modelo, la muchacha iba vestida con un vestido negro de etiqueta que le llegaba hasta la rodilla, pero abierto por los lados hasta medio muslo. Llevaba además unas zapatillas de tacón de aguja de color negro, un calzado con el que los presentes jamás habían visto a su amiga. Además, su cuello iba decorado con un collar que destellaba como si fuera de oro, con una piedra que parecía un diamante de buen tamaño, y en sus brazos también llevaba joyería de buena manufactura, en un lado un brazalete y en otro un anillo del que salían unas cintas que rodeaban hasta la muñeca. En los extremos de sus dedos, había zarcillos de su energía áurica, como si la chica estuviera jugueteando con ella.
Los chicos no pudieron evitar ponerse en alarma ante la aparición de Lorena de aquella manera. Había algo en su expresión que lucía fuera de lugar. Sin embargo, uno de ellos al parecer decidió que su alivio por la aparición era más grande que la alarma.
—¡Lorena! —gritó emocionado el chico de aura azul mientras corría hacia ella.
—¡Gabriel, no! —intentó advertirle Marco.
El joven Costa no le hizo caso a su amigo hasta que un rayo de color lila chocó contra él. Como era de esperarse, gracias a su don no le hizo el menor daño. Fue solo como si alguien hubiera proyectado una luz sobre él. Sin embargo, lo que sí hizo el muchacho fue quedársele viendo de manera sorprendida a su amiga, quien mantenía el brazo extendido hacia él.
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Libro Amarillo
FantasySegunda parte de la serie Energía Áurica. Después de haber derrotado a Belial en Libro Rojo, Gabriel, Lorena, José Luis, Vanya, Adriana y Marco comienzan a creer que pueden retomar una vida normal; pero todo se complicará cuando nuevos enemigos que...