CAPITULO 14

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· POCHE: Eres demasiado inteligente ─murmuré con el ceño fruncido. Pero como siempre, accedí a su petición y minutos más tarde nos encontrábamos en el habitual parque por el que solemos pasear. La tarde comienza a caer, unos rayos anaranjados de sol indican que pronto llegará la noche. Así que, empezamos a jugar con su pelota lo antes posible. Yo se la lanzo y él corre como loco a buscarla para que repita el movimiento una y otra vez. Pero en una de esas, cuando estaba dispuesta a hacerlo una vez más, lo vi echar a correr en dirección opuesta, pasando por mi lado y consiguiendo que poco a poco me diera la vuelta para descubrir el motivo por el cual había decidido ignorarme. Observo como JUANA me sonríe desde unos metros de distancia, mientras se aproxima y RAMON recibe contento a su madre.
JUANA: No te esperaba por aquí a estas horas, POCHE
─me saludó con un beso en la mejilla.
POCHE: Hola JUANA
─le sonrío ─
Probablemente a partir de ahora solo pueda venir a esta hora de la tarde.
JUANA: Es cierto, hoy comenzabas tus prácticas ¿Verdad?
POCHE: Exacto. Hace menos de una hora que llegué a casa.
JUANA: ¿Y qué tal fue ese primer día? ¿Tan terrorífico como creías?
Al realizarme esa pregunta, sin saber cómo, ni por qué, vino a mi mente la imagen de aquella chica, DANIELA. Su rostro casi perfecto y el color de su mirada. No había vuelto a pensar en ella desde nuestro último encuentro, pero ahora me descubría sintiendo un extraño escalofrío por todo mi cuerpo, que casi sin querer, me hizo fruncir el ceño.
JUANA: Parece ser que sí ─añadió mi amiga, recordándome que aún estaba ahí.
POCHE: ¿Qué? Oh no, para nada... De hecho, fue muchísimo mejor de lo que esperaba... Todo demasiado... normal.
JUANA: ¿Normal? ─preguntó alzando una ceja ─
¿Ningún suceso interesante, digno de contar? POCHE: Apenas fue mi primer día, JUANA ─volví a sonreír ─
Ya tendré tiempo de vivir emociones. Déjame disfrutar la tranquilidad de los comienzos.

Lo cierto es que le acabo de mentir. Porque si voy a ser completamente honesta, a pesar de la normalidad con la que transcurrió el día, en este momento hay algo que me mantiene intrigada; DANIELA, probablemente lo más extraño e interesante que haya visto en ese centro. Pero como es de suponer, a JUANA no le iba a mencionar nada sobre ella. En primer lugar, porque tenemos terminantemente prohibido nombrar a los pacientes fuera de la residencia. Aunque podría hablar de ella omitiendo su nombre. Pero... ¿Qué iba a decirle?

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora