· A continuación, acompañando su berrinche, imitó mi postura y se recostó a mi lado. Permanecí segundos observándola mirar al cielo, con esa expresión de niña pequeña en su rostro, a la que me era imposible resistirme. POCHE: Bueno, juguemos. —acepté captando de inmediato su atención —Pero con una condición.
DANIELA: ¿Cuál condición?
POCHE: Tendrás que responder las mismas preguntas que me hagas.
DANIELA: Eso se llama trampa ─se quejó con desconfianza, alzando una ceja ─Así no me gusta.
POCHE: Eso se llama igualdad de condiciones, guapa.
Entrecerró los ojos al ver mi sonrisa de medio lado y la seguridad que expresaba mi mirada. Cosa por la cual, se vio obligada a ponerlos en blanco segundos más tarde.
DANIELA: Está bien, "guapa" ─aceptó enfatizando la última palabra ─Jugamos con tus condiciones. Pero yo empiezo.
POCHE: ¡Adelante!
Mi triunfo me hizo sentir orgullosa. Aunque lo cierto, es que muy aburrida o cotilla tiene que estar para haber aceptado mis condiciones. DANIELA: ¿Tienes hermanos o hermanas? —comenzó.
POCHE: Un hermano.
DANIELA: ¿Mayor o menor?
POCHE: Menor que yo. ─informé ─¿Y tú, tienes? DANIELA: Soy hija única. ¿Mascotas?
POCHE: Un perro. —pude sentir mis ojos iluminarse al mencionarlo —¿Tú?
DANIELA: Un pez ─Se encogió de hombros. ─Suponiendo que siga vivo.
Su forma tan casual de decirlo, me causó automáticamente una carcajada imposible de controlar. Cosa que a ella también la hizo sonreír, aunque frunza el ceño tratando de hacerse la ofendida.
POCHE: Ahora yo ─me adelanté ─¿Color favorito?
DANIELA: ROJO. ─respondió de manera automática ─¿El tuyo?
POCHE: AVELLANA.
En cuanto pronuncié ese nombre, la vi entrecerrar los ojos con una expresión de desconfianza.
DANIELA: Eso no es un color.
POCHE: Claro que lo es. Créeme que si de algo sé, es de colores.
DANIELA: ¿Y a qué color se parece el...? POCHE: AVELLANA ─interrumpí para ayudarla y permanecí un instante observándola fijamente.
POCHE: Es el color del que se ponen tus ojos cuando te da la luz del sol.
La pequeña explicación o análisis, pareció haberla sorprendido.
DANIELA: Vaya, siempre creí que mis ojos eran... simplemente CAFES CLAROS.POCHE: No lo son, te lo aseguro. El color de tus ojos no tiene nada de simple, DANIELA. Dependiendo de si sonríes, si estás bajo el sol, si hay más oscuridad o si... estás triste, puedes llegar a tener muchas tonalidades diferentes.
Ella se tomó unos segundos después de escuchar mis palabras. Unos segundos, en los que me observaba y parecía estar analizando cada una de ellas. Lo cierto, es que ni siquiera yo era consciente de que conocía tan a la perfección los diferentes colores y tonalidades de sus ojos, hasta este instante. A continuación, asintió, indicándome que había entendido la explicación. Pero su mirada me decía que sigue sin estar demasiado segura de ello. Ese atisbo de desconfianza que refleja en cada cosa, es muy habitual en ella y supongo que ni siquiera lo puede controlar.
DANIELA: ¿Y es ese, el que más te gusta?
POCHE: Es un color precioso. Lleno de vida. Pero solo lo he encontrado en dos lugares, y como te digo, uno de ellos es en tus ojos.
DANIELA: ¿Y el otro?
POCHE: El otro... ─dudé antes de responder ─
Algún día te lo mostraré.
Claramente se sorprendió aún más con mi respuesta. Así como con la seguridad de la misma. Sin embargo, algo había cambiado, transformando la desconfianza en curiosidad. DANIELA: ¿Me lo prometes?
POCHE: Te lo prometo.
Volvió su vista al cielo soleado, permitiéndome ver desde un lateral, ese color CAFE, tan especial que jamás había visto en los ojos de alguien. Ni siquiera en los de RAMON. Sin duda, tenía que mostrárselo. Ella debía conocer ese lugar, donde el agua adquiría el color de su mirada cuando es iluminada por el sol. Quizás se lo estuviera imaginando en este momento. Quizás, deseara realmente que se lo enseñara, como hace un momento le prometí.
POCHE:¿Pasarías un fin de semana completo conmigo? Ahora la sorprendida soy yo. Porque esas palabras ni siquiera fueron procesadas por mi cerebro, antes de ser emitidas por mis labios.
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REGRESA A MI.
RomanceEstoy a unas horas de comenzar mi período de prácticas y de ninguna manera puedo llegar tarde. Así que, ¡aligera el paso, POCHE! Detengo el molestoso ruido y al mismo tiempo, siento como el delicioso aroma, abarca todo el departamento. Puedo notar u...