CAPITULO 164

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DANIELA📄: Hola, ¿Sabes quien estuvo aquí hoy? No creo que lo recuerdes por el nombre, pero te hablé de él una vez. Es mi ex novio. Hemos llegado a la conclusión, de que para avanzar, es preciso cerrar ciclos, hace tiempo que merece una explicación por mi parte. Así que, le pedí a GERMAN que lo llamara. Estuve varias horas hablando con él. Me alegró ver que ha rehecho su vida. Lo vi feliz y eso me gusta, porque yo nunca pude darle lo que él necesitaba. Le pedí perdón por ello y por haberlo apartado sin explicación. Le deseo lo mejor. Se lo merece, es un buen chico. Si estuvieras leyendo esto, te estarías preguntando por qué recibo visitas de todo el mundo menos de ti. Bueno, no eres un ciclo que quiera cerrar. Y aunque en algún momento, PAULA y el resto del equipo consideren que ya estoy lista para recibirte, que ya no tengo esa necesidad hacia ti, no quiero que ocurra aquí. Quiero que la próxima vez que nos veamos, POCHE, sea yo quien vaya a buscarte. Quiero estar lo suficientemente fuerte, para luchar por ti. No pienses que no te extraño, porque lo hago a cada instante. Pero tal vez, ya no necesito tu presencia física para seguir adelante. He entendido que estás conmigo todo el tiempo, aunque no te vea.
Eres parte de mí.
DANIELA
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DANIELA📄: Hola, ¡Ya sé cómo se va a llamar la melodía! ¿Qué te parece, "Corazón de bambú"? Creo que le viene como anillo al dedo. Sé que algún día podrás escucharla, pero te cuento que es una canción que comienza de forma triste y melancólica, pero a medida que avanzan los acordes, la fuerza aumenta. Es una contradicción constante entre lo melancólico y lo alegre. Pero finalmente, la vida de la melodía, se impone ante esa melancolía y finaliza con una calma absoluta. Además, estoy añadiéndole unos toques orientales que me gustan mucho. Todavía no está acabada pero definitivamente, creo que Corazón de Bambú, es su nombre. Pronto la escucharás.
Te extraño. DANIELA
No evitando sentir dolor. Al final, ella lo supo hacer mejor que yo. Ella, que por culpa de un dolor acumulado a lo largo de los años, llegó a sumergirse en ese vacío que me hizo conocerla. Ella, finalmente aprendió la lección que la vida decidió enseñarle.
POCHE: Es una guerrera ‒le susurro a RAMON, sintiendo una lágrima caer por mi mejilla ‒
Sin escudo y sin espada. Pero es una guerrera de la vida. ‒él ladra como si me entendiera ‒
La he extrañado tanto, pequeño. Tanto ‒intento detener con mi mano el recorrido de las lágrimas, pero parece imposible. Parece que ya no quieren estar más tiempo retenidas. ‒
Ojalá estuviera aquí. Ojalá pudiera decirle... Xxx: Tú ya has dicho suficiente. ‒susurra una voz, consiguiendo que RAMON ladre y salga corriendo por encima de mí ‒Ahora me toca a mí. ‒miro hacia mi izquierda ‒
Porque aquí estoy.
Aquí está.

Capitulo 293

Una imagen distorsionada a través de mi vista borrosa a causa de las lágrimas. Una silueta que reconocería hasta en la más profunda oscuridad. Una voz que conseguiría transmitirme calma, incluso en el peor punto de cualquier tormenta. Esa es ella. Con mi perro a sus pies, moviéndose desesperado para darle una bienvenida que yo no soy capaz de darle. No puedo moverme y tampoco puedo hablar. Porque en este momento, sólo deseo mirarla. Y si mi cuerpo me lo permitiera, me levantaría de este lugar y la abrazaría como el día en el que decidió hablar por primera vez, o la noche en que apareció después de un año. Porque la realidad, es que siempre regresa. Aunque hace unas horas mi miedo me cegara y fuera incapaz de verlo desde esta perspectiva, DANIELA siempre vuelve. Incluso cuando todavía no se ha ido. Siempre está. Después de ser acariciado y quedar satisfecho, RAMON vuelve a su lugar a mi lado. O eso intuyo al sentirlo pasar, porque mi mirada es incapaz de apartarse de ella. Y ella tampoco parece querer apartar la suya de mí. Comienza a avanzar, haciéndome sentir que cada paso suyo, acelera un poco más el ritmo de mi corazón. Se sienta a mi izquierda y con el movimiento, la brisa trae hasta a mí, su tan característico olor. Ese que ni en un millón de vidas olvidaría. ¿Cómo es posible que todo lo que representa una persona, pueda transmitir paz? Su olor, su voz, su mirada, su presencia. Todo. Estamos tan cerca, que en medio de nosotras sólo queda un último sobre blanco, reposado sobre la madera. Veo sus ojos tan próximos a los míos, que soy incapaz de parar de llorar. Quizás porque hasta este momento, no me he permitido aceptar completamente, que está aquí, que regresó. Aunque hace una semana que nos volvimos a encontrar, no es hasta ahora, que soy consciente de que está aquí, conmigo. Suspira y desvía la mirada hacia la inmensidad del lago, como ya hizo una vez hace algún tiempo.
DANIELA: La otra noche, ‒comenzó a hablar, volviendo a enfrentar mis ojos ‒
durante la presentación de tu proyecto, me di cuenta de algo muy importante. Algo que tú misma me repetiste anoche; siempre has sido tú, la que has contado esta historia.‒lleva una de sus manos a mi mejilla y con su pulgar, trata de tener el recorrido de una de las lágrimas. Pero hay otra y otra y otra y lo único que consigue, es erizar mi piel a causa del contacto con la suya ‒
Por primera vez en mi vida, decidí hacerme cargo y responsabilizarme de la única persona, que permaneció a mi lado aún después de echarla. La única que fue capaz, de amar la peor versión de mí, sin esperar jamás conocer a la mejor. Sentí miedo de morir y no volver a verte jamás. ‒confesó inhalando aire para recuperar fuerza ‒
Pero creo que no lo aceptaba todavía. Con el paso de los días en el hospital, con esa cotidianeidad que vivíamos cada tarde y cada noche, viendo series, leyendo, mirándote mientras trabajabas en tu proyecto, tan concentrada y tan bonita, observarte mientras dormías y disfrutar absolutamente cada minuto, sin importar si estaba en un hospital o en un precioso lago, supe que quería eso. Supe que quería esa vida, POCHE. Quería vivir así. Quería llenarme de cosas simples que me hicieran sentir como me estaba sintiendo en ese momento. Vi que la vida podía ser bonita y sentí la necesidad de luchar por alcanzarlo. Y sabía que eso sólo iba a ocurrir, si esa voz, se callaba para siempre. Tenía que hacer algo para controlarla. Y ese algo implicaba estar lejos de ti durante un tiempo. Pero sabía que iba a merecer la pena, por duro que resultara. Y te tuve que romper el corazón, otra vez. ‒me acarició, obligándome a inhalar el aroma que desprende su mano acariciando la piel de mi rostro ‒
Pensaba volver. Por supuesto que iba a volver a buscarte. Cuando hubiera aprendido a ser esa mujer de la que me sintiera orgullosa, esa que tú merecías. Pero no podía decírtelo, no podía hacer que me esperaras, porque todavía no sabía si iba a ser capaz de lograrlo. No podía tenerte años con tu vida en pausa, esperando por mí. ‒aparta la mano de mi mejilla, haciéndome exhalar ‒
Todo lo que sucedió dentro del centro, ya lo sabes. Fuiste parte fundamental de mi recuperación, desde el momento en el que nos conocimos hasta cada segundo que permanecí allí dentro.

Porque lo que sentí por ti, fue tan mágico y bonito, que me daba fuerza cuando ese monstruo me hacía pensar que no las tenía. Fuiste su enemigo número uno, hasta que conseguí ponerme la armadura y derrotarla por mí misma. Un día me dijiste, que era imposible que te quisiera, cuando ni siquiera sentía un poco de aprecio hacia mí misma. Hoy sé, que ambas estábamos un poco equivocadas. Porque sí te quería. Y tal vez no estaba tan perdida cómo creíamos. Pensaba que eras mi GERMAN y yo tu condena. Pero con el tiempo aprendí, que ambas fuimos un regalo en la vida de la otra, porque tú también te sentías perdida. Y nos encontramos. ‒asentí y sonreí ligeramente en medio de las lágrimas ‒Sé que ella sigue ahí, y que toda mi vida voy a tener que luchar. Porque tal vez quiera volver a aparecer en algún momento. Pero también sé, que soy lo suficientemente fuerte para derrotarla cada vez que lo intente. Y sé, que no quiero perder ni un minuto más, de esta segunda vida que el universo decidió regalarme, o a la que yo decidí aferrarme. Porque ya ha pasado más de un año. Un tiempo necesario, para comenzar a convertirme en esta mujer que tienes frente a ti. Un tiempo más que suficiente, para adquirir la fuerza necesaria para empezar a luchar. Mi vida ha estado marcada por pérdidas, POCHE . Perdí a mi madre hace tantos años que ni lo recuerdo. Mi padre perdió al amor de su vida y nunca pudo superarlo, consiguiendo que yo lo perdiera también a él y a mí misma. No voy a ser él. No voy a lamentarme eternamente por lo que la bulimia, la anorexia, el vacío y toda esa bomba que llevo dentro, me haya arrebatado. Porque curiosamente, también me dio lo más bonito que he conocido. Y es que al final, así es la vida; hasta de lo peor, puedes extraer lo mejor.

y ojalá pudiera decirle lo orgullosa que me siento de ella ‒Tengo mucho camino por recorrer y me estoy convirtiendo en la mujer que realmente quiero ser. Y es una mujer, de la que estoy segura que te podrás enamorar, POCHE. Y tal vez no sea la misma DANIELA de antes. Tal vez tú también hayas cambiado y tal vez no sepas cómo te sientes en este momento con respecto a mí. Y tal vez estés pensando, que llevo una hora hablándote del pasado, de lo que sentía y no de lo que siento, como siempre hago. Pues lo que siento, es que tengo toda una vida por delante para hacer muchas cosas. Entre ellas; volver a conquistarte. ‒aseguró, logrando acelerar mi corazón ‒No tengo prisa. Y créeme que lo voy a lograr, porque quiero vivir una larga y bonita vida a tu lado. ‒hizo una pausa y sonrió entre lágrimas ‒Porque te amo, POCHE.
Mi corazón acelerado, dio un vuelco en el interior de mi pecho al escuchar esas palabras. Las lágrimas que brotan con más fuerza, me nublan cada vez más su visión. Y sólo soy capaz de escuchar en mis oídos, el eco de esa frase que tanto soñé escuchar de sus labios. "Te amo" Mi respiración se acelera. Quiero decirle tantas cosas y me siento tan incapaz de pronunciar alguna, que aparto la vista de sus ojos un momento y la dirijo hacia el lago, porque sé que si me sigue mirando, continuaré sin poder hablar. Suspiro mientras observo como el sol, en algún momento comenzó a aparecer por encima de los árboles, dejando un tono anaranjado en el cielo y un reflejo del mismo color en el agua. ¿Cuántas veces me he sentado aquí, a extrañarla en silencio? ¿Cuántos amaneceres o atardeceres, he deseado poder compartir con ella?

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora