· Dudé un momento. Sé perfectamente que no debo darle detalles, porque si en este momento, le doy la impresión de saber más de su persona, que ella misma, pondrá una barrera aún mayor de la que ya tiene. Y eso es lo último que necesitamos. Pero al mismo tiempo sé, que si no respondo algo, será imposible mantener una conversación y esta tarde, no me siento con las fuerzas suficientes para intentar de manera sutil, que se abra.
POCHE: Tu cuerpo me dice que todo el tiempo quieres llevar el control. Te fías de mí como persona, pero no como profesional. Entras por esa puerta y automáticamente levantas un muro entre ambas, que sesión tras sesión, me impide llegar a ti. ─sus ojos se hicieron más pequeños, haciéndome ver que se había percatado de mi seriedad ─Estudio, estudio y vuelvo a estudiar mil veces los diferentes tipos de terapia que existen, para encontrar el más adecuado, pero es inútil. Por algo tan sencillo como que estás aquí por mí, porque yo te lo pedí. No porque tú quieras estar. No tienes ninguna intención de dejarme profundizar en tus emociones. Al menos, no entre estas cuatro paredes. ─permaneció seria, atenta ─¿Tengo o no tengo razón?
DANIELA: Esto es lo que tú querías, ¿no?
POCHE: Aquí no importa lo que yo quiero. Sino lo que tú necesitas.
DANIELA: Yo no necesito nada. Cuando firmé el ingreso voluntario, advertí claramente que no quería charlas, terapias, ni nada por el estilo. Y sin embargo, aquí estamos, conseguiste que accediera a tener tres sesiones semanales únicamente contigo. ─de pronto, su expresión cambió, como si hubiera descubierto un gran hallazgo, aunque lejos de expresar sorpresa, me miró entornando sus ojos ─Esto se trata de ella, ¿verdad? Estás así por ella. POCHE: ¿Ella?
DANIELA: La doctora GALINDO. ¿Qué te dijo cuando salieron del jardín? ¿Qué no podías seguir involucrándote conmigo? ¿Que tenías que hacer tu trabajo? A leguas se ve que le molesta verte cerca de mí.
POCHE: La doctora GALINDO desea que te recuperes, tanto como lo deseo yo.
DANIELA: Oh, entiendo. Porque es psicóloga y tú también lo eres. Eso es todo lo que quieres, curar a una paciente.POCHE: ¿Qué estás tratando de hacer, DANIELA? ─le pregunté comenzando a impacientarme ─¿Intentas manipularme? Estamos hablando de ti, no de mí. Así que no intentes desviar el tema. PAULA se preocupa por ti y lo único que hace es ponerme los pies en la tierra, cuando se me olvida mi labor en este lugar. Que por si te interesa, ocurre cada vez que estoy contigo. Lo que pasó en el jardín, estuvo totalmente fuera de lugar y no tendría que haber ocurrido. Tú sabes que no debería cruzar la línea y resulta que lo hago continuamente. DANIELA: Entonces no lo hagas. ─se encogió de hombros con indiferencia ─No cruces más la línea.
POCHE: ¿Eso es realmente lo que quieres? ¿Qué me aleje? ¿Quieres que sea otro compañero quien se haga cargo de tu caso?
DANIELA: ¿Qué te hace pensar que aceptaría a otra persona?
POCHE: Entonces, ¿Qué demonios quieres, DANIELA? Tras mi pregunta, su mirada se perdió en algún punto de la ventana que tenía frente a ella. No creo que desde el lugar en el que nos encontramos, debido a la lejanía, pueda ver algo más que cielo y nubes. Pero ahí permanece en completo silencio
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REGRESA A MI.
RomanceEstoy a unas horas de comenzar mi período de prácticas y de ninguna manera puedo llegar tarde. Así que, ¡aligera el paso, POCHE! Detengo el molestoso ruido y al mismo tiempo, siento como el delicioso aroma, abarca todo el departamento. Puedo notar u...