CAPITULO 32

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· Alcé la mirada dispuesta a contraatacar. Pero descubrí a mi madre con los brazos cruzados sobre su pecho y muy seria después de haber expresado su opinión. Por lo que simplemente, me limité a suspirar para calmar mis impulsos. POCHE: ¿Recuerdas que soy psicóloga? Trabajo con personas... ¡todo el tiempo!
MARTHA: No es lo mismo trabajar que relacionarse, POCHE. Deberías... no sé, ¡buscarte un novio! ¡Sí! Ya va siendo hora de que decidas compartir tu vida con alguien ¿no crees? No serás una veinteañera toda tu vida. POCHE: Mamá... ─volví a suspirar, esta vez hasta con una sonrisa incrédula ─
Compartiré mi vida con alguien, cuando encuentre a la MUJER indicada ¿De acuerdo? Por si ya se te había olvidado, que supongo que no, me gustan las ¡MUJERES! Y ya... ─continué dirigiéndome hacia las escaleras .
Me voy a mi cuarto, porque en dos minutos consigues que recuerde porqué motivo, no vengo más a menudo a pasar el fin de semana en casa.
Sin más, abandono el lugar, siendo seguida por RAMON y dejando a mi madre prácticamente con la palabra en la boca. Esta mujer tiene la gran habilidad de lograr exasperarme con tan solo abrir la boca. Al llegar al dormitorio, mi cachorro corrió a acomodarse en la pequeña cama que tenía a los pies de la mía. Ahí permaneció echado, mirándome con cierta expresión de lo que yo interpreto como comprensión.
POCHE: No te preocupes, en unas horas más volveremos a casa, ─le informé recibiendo un ladrido como respuesta.
Xxx: Cada vez aguantas menos tiempo aquí ¿eh?
Me doy la vuelta muy rápido, al escuchar la voz de mi hermano pequeño, , y lo encuentro apoyado en el umbral, con su eterna y pícara sonrisa. Víctor siempre fue mi cómplice, a pesar de lo que casi siempre ocurre cuando tienes un hermano pequeño (hombre), que suele creerse el "jefe indio" de la familia y quiere pasar por encima de ti, aunque sea un renacuajo. Él también atravesó de puntillas esa época, no lo voy a negar. Pero quizás el hecho de que yo, la mayor parte del tiempo, trataba de ignorar lo que había a mi alrededor, sumiéndome en mi propio mundo, provocó que sus esfuerzos por ser parte del mismo, aumentaran.

Y con ello, la típica "competencia" que existe entre hermanos con poca diferencia de edad, desapareció. Aunque también, puede haber influido el hecho de que somos muy diferentes. Con lo cual, nunca hemos tenido nada por lo que competir y nos complementábamos de una forma especial. Ni siquiera nos atrae el mismo tipo de chicas, y eso que a él le gustan casi todas.
POCHE: ¿Y te sorprende? ─pregunto sonriendo con resignación. Victor: Sinceramente, no. Siempre has sido... ¿Cómo definirte? ─preguntó mirando hacia arriba ─
Un alma libre. Y mamá nunca ha sabido respetar tu espacio.
POCHE: No... Definitivamente, para nuestra madre nunca seré lo suficientemente buena. Victor: Eso tampoco es cierto, POCHE. Ella está muy orgullosa de que hayas conseguido sacar adelante tu carrera llevando una vida independiente y sin recibir prácticamente ayuda.
POCHE: Ella se enorgullece de lo que ella quería que consiguiera, Vic. No de lo que en realidad soy. Quiere que sea la mejor psicóloga, la mejor mujer, la mejor esposa... de un buen hombre. Nunca se interesó por lo que realmente me hacía feliz y desde luego, nunca perderá la esperanza de que algún día, me gusten los hombres. Créeme que me encantaría pasar más tiempo aquí, contigo, con papá. Pero cada vez que vengo, siento como si todo el tiempo tuviera que estar defendiendo lo que soy. Y te aseguro que eso es realmente agotador.
Victor:Si te sirve de consuelo, yo si estoy orgulloso de lo que eres, de cómo eres y de lo que has conseguido por ti misma. Siempre has sido la hermana valiente.

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora