· Esas mejillas y ese rostro, que en ocasiones pertenecía a una loca descarada, sin sentido de la vergüenza. Otras veces, pertenecía a una mujer frágil, que todo el tiempo quería aparentar ser fuerte, y en otras ocasiones, como esta, pertenecía a una niña. Una simple e inocente niña, capaz de reír a carcajadas y hacer latir el corazón de cualquier ser humano, a cientos de kilómetros por hora. PAULA: POCHE. ─interrumpió una voz, haciéndome regresar de golpe al mundo real. Dirigí mi vista hacia el lugar del cual procedía y encontré a PAULA , de pie a unos metros de nosotras. No podía distinguir bien la expresión de su rostro, ya que el sol me lo impedía. Pero seguramente, no estaría expresando nada bueno. ─¿Tienes un minuto? ─preguntó seguidamente.
Yo simplemente asentí y vi cómo se daba la vuelta dispuesta a alejarse. No sé si para permitir que me despidiera, o simplemente porque no deseaba estar ahí ni un segundo más. Fuera por lo que fuese, había llegado el momento. Dirigí nuevamente mi mirada hacia DANIELA y la encontré con una expresión diferente en su rostro. Diferente a la de hace unos minutos. Pero tampoco sabría adivinar bien lo que expresaba.
DANIELA: Te reclaman ─Informó.
POCHE: Tengo que volver a trabajar ─Confirmé tras un suspiro. Ella asintió y sin más, me puse en pie, ofreciéndole a continuación mi mano para ayudarla a levantar. En pocos segundos, la tenía otras vez en frente, casi a mi altura, con nuestros ojos, una vez más, clavados los unos sobre los otros. Mi mano aún no había dejado libre la suya y sentí el enorme deseo de acariciar ligeramente su piel con uno de mis dedos. Acompañé dicho gesto de una sonrisa. Ni siquiera sé lo que pretendía transmitirle haciendo eso. Solo sé que no quería irme de ese lugar, de su lado, y deseaba que ella lo supiera. Ella correspondió la sonrisa. Y así supe que lo había entendido, a pesar de no haber pronunciado una sola palabra. Cosa que me dio la liberación necesaria para despedirme.
POCHE: Hasta después.
DANIELA: Que pases una buena tarde ─Susurró. Asentí con una sonrisa, haciéndole saber que deseaba exactamente lo mismo para ella. Acto seguido, mirando sus ojos por última vez antes de marchar, solté su mano y emprendí el camino que me llevaría hacia una ya muy adelantada PAULA. La seguí hasta el final del jardín, atravesó la puerta y cuando conseguí llegar hasta ella, caminamos juntas por aquel largo pasillo en completo silencio. No decía absolutamente nada, y yo, por no saber exactamente lo que pensaba, tampoco dije nada. Simplemente la seguí, hasta donde quiera que fuese a ir. Cuando quise darme cuenta, habíamos entrado en el ascensor que está al principio del pasillo, introdujo su llave en la pequeña ranura y automáticamente, se cerraron unas puertas, abriéndose las otras que nos llevaban directamente a la recepción. PAULA: Buenas tardes, Carla ─saludó a la recepcionista y secretaria.
Carla: Buenas tardes, Doctora GALINDO ─Respondió esta, apartando la vista de su ordenador y ofreciéndonos a ambas una sonrisa ─Doctora GARZON .
POCHE: Hola de nuevo, Carla ─Respondí también, correspondiendo a la sonrisa. PAULA continuó su camino hacia el exterior y yo tras ella. Bajamos los pequeños escalones, caminamos unos pasos, y atravesamos la cerca que indicaba los límites del centro. Entonces se detuvo, observando por un instante a nuestro alrededor sin reparar si quiera un segundo en mi presencia. Solo nos acompañaba una hilera de coches estacionados al otro lado de esta larga carretera. El mío estaba entre ellos. Aunque dudo mucho que PAULA haya venido hasta aquí solo para mirar coches y asfalto. La observé apoyar su espalda en la cerca, al tiempo que introducía una mano en el bolsillo de su bata blanca. Me sorprendió mucho descubrirla dejando a la vista una caja de tabaco, de la cual, extrajo un cigarro y lo encendió, llevándoselo seguidamente a los labios.
POCHE: No sabía que fumaras. ─me decidí a romper el silencio por fin.
ESTÁS LEYENDO
REGRESA A MI.
RomanceEstoy a unas horas de comenzar mi período de prácticas y de ninguna manera puedo llegar tarde. Así que, ¡aligera el paso, POCHE! Detengo el molestoso ruido y al mismo tiempo, siento como el delicioso aroma, abarca todo el departamento. Puedo notar u...