I - Samhaín

5.2K 333 42
                                    

"El tiempo es tu navío, no tu morada"

-Alphonse de Lamartin



"Decid al tiempo, señor

Que no me arranque este amor

Que es arrancarme la vida"

-Ramón de Campoamor



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Está siendo una noche tranquila en el Raigmore Hospital. Me llamo Enya Everdeeen y trabajo como enfermera aquí. Es 31 de Octubre, Samhaín y mi cumpleaños, y me ha tocado guardia en Urgencias. Es una mierda, sí, pero es más mierda aún porque no hay casi trabajo y me pesan los párpados. Miro por enésima vez la hora en el reloj del control de enfermería, ya que las agujas parecen no querer moverse esta noche. Faltan dos minutos para las 3 de la mañana, y ya tendré oficialmente 25. Estoy a punto de sacar una serpentina imaginaria, pero en vez de eso, me dispongo a sacar mi cupcake y soplar una pequeña vela. Intento decirme que al menos esta vez estoy rodeada de gente, aunque me sienta igual de sola que en mi pequeño apartamento, pero cuando mis manos rozan el envoltorio de plástico, justo cuando las agujas marcan las tres en punto, entra una camilla desde una ambulancia con gran estruendo. Me levanto con rapidez, olvidándome de mis miserias y corro hacia los técnicos.


-Varón, unos 25 años, hemorragia grave por corte profundo en costado derecho. Se ha quedado inconsciente en la ambulancia.- Empiezan a contar con rapidez los técnicos. Por un momento, dejo de escucharlos, ¡¡¡el sujeto lleva un atuendo del siglo XVIII!!! Intento pasar por alto esos detalles y dejarlos para luego, lo primero es salvar su vida.


Taquicardia, hipotenso, relleno capilar retardado, taquipnea, inconsciente, pulso disminuido: hemorragia de tipo III. Compruebo que tiene la vía aérea permeable, le pongo un Guedell para evitar que la lengua la tape. Canalizo con rapidez una vía, afortunadamente tiene buenas venas, y le administro un Ringer-lactato además de los hemoderivados prescritos por el médico de urgencias que se encuentra a mi lado. Mientras sigo con un ojo puesto en sus signos vitales, muy atenta a cualquier reacción alérgica que pueda tener, me dispongo a quitar la chaqueta y camisa anticuadas y sucias descubriendo una herida profunda e incisa en el costado, que fluye abundante. Es una hemorragia venosa, por fortuna. Limpio y desinfecto la herida, que tiene restos de tierra y una forma peculiar... Frunzo el ceño. Déjate de peculiaridades, Enya. Aplico presión en la zona para intentar hacer hemostasia mientras el médico empieza a suturar la herida. Aplico el vendaje y lo dejamos descansar en la cama, monitorizado. Parece que lo malo ya ha pasado.


Vuelvo al control, ensimismada en mis cosas, mi sexto sentido no para de alertarme en que hay algo raro en él, que no es una coincidencia que lleve esas ropas, no es un friki al que se le ha ido de las manos el juego de rol. ¿Hay tan siquiera juegos de rol basados en el siglo XVIII? Me pregunto a mí misma. Sigo rumiando mis pensamientos, decidida a no creer esa vocecita que nunca me ha fallado, pero es que es tan imposible lo que me dice... Debe ser el cansancio.


-¿Enya?- Levanto la mirada, saliendo con brusquedad de mis pensamientos. Es el técnico de ambulancia que trajo al hombre misterioso.

-Hola, John, ¿pasa algo?- Parece contrariado.

-El paciente que acabo de traer, ¿está ahora a tu cargo?- Asiento.- No hemos encontrado identificación, estaba solo, casi inconsciente. Nos avisó un señor que llevaba a sus perros de paseo y fueron corriendo hacia él.

-¿A las 2 de la mañana?- Le interrumpo atónita. Se encoge de hombros, secundando mi sorpresa.

-Tiene algunos signos de lucha como has visto, la herida es traumática, por un objeto muy cortante y grande...

-Aún así parece que lo ha cogido de refilón. Está sucio y lleno de tierra, tanto él como la herida, por lo que el arma debe estarlo también...- Aventuro. Él asiente.

-Pero lo que me trae loco es... Hablaba un idioma raro, lo poco consciente que estuvo cuando llegamos, parecía desorientado y nos gritó, pero no en inglés, ni siquiera en otro idioma europeo... Parecía... Antiguo.... Parecía... Gaélico.- Abro los ojos sorprendida. Mi sexto sentido comienza a revolucionarse más.- Y... Lo que es peor... Encontramos esto atado a su cinturón.- Me tiende un objeto alargado y envuelto en una manta isotérmica.


John está cada vez más nervioso y contrariado. Yo no soy menos. Lo desenvuelvo con cuidado y me quedo sin respiración, con mi sexto sentido revolucionándose a pasos agigantados: una espada.

Me llevo las manos temblorosas a la cara, no es una espada de esgrima, está manchada de sangre y tierra, está usada, por lo que no puede ser de coleccionista y aún a pesar de estarlo, está en perfectas condiciones, afilada como yo tenía mis cuchillos de cocina.

Levanto mis ojos verdes hacia los suyos negros, casi con miedo a lo que voy a preguntar.


-Y dónde... ¿Dónde estaba él?- John se sorprende. Casi se cabrea.

-¿Eso es lo único que se te ocurre preguntarme después de lo que te he enseñado? ¿Qué tendrá que ver en qué campo lo hayamos encontrado? ¿No tienes ninguna explicación lógica? ¿Me estoy volviendo loco? –Tomo aire lentamente, intentando calmarme por culpa de su tono.

-Cálmate, será un esquizofrénico con un ataque que se cree un Highlander, o alguien que se metió en un juego de rol que no debía y salió mal parado.- Miento. Cada vez me es más difícil creer esas hipótesis, pero no puedo contarle mis sospechas verdaderas. No sé por qué, pero me calma que no le dé importancia a dónde apareció ni que tenga mis mismas ideas. John parece obligarse a creer mis hipótesis por el bien de su salud mental.- Ahora, John, sólo por curiosidad, dime, ¿dónde lo encontrasteis?

-En el círculo de piedras de Craigh Na Dun.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora