Vuelvo un rato después, le he dejado un tiempo para que se calmase, espero que lo haya conseguido. No sé qué le ha podido pasar para reaccionar así al saber la fecha. ¿Un acontecimiento importante? ¿Un viaje? ¿Un aniversario? ¿Un funeral?
¿Un viaje en el tiempo de 250 años?
Mira, subconsciente flipado, o te callas y dejas de marearme o te amordazo, entendido?
Sí...
Así me gusta.
Enya... estás discutiendo con tu mente. Es más, ahora mismo una parte de tu mente está diciéndote que has discutido con otra parte de ella.
-¡CALLAOS YA!- exclamo. Mi supervisora se voltea y me mira.
-¿Estás bien, querida?- La sangre se ha escapado de mi rostro. Ya me veo en una habitación blanca y acolchada con una camisa de fuerza mientras las dos locas que tengo viviendo en mi azotea me siguen rompiendo la cabeza.
¡¡OYEEE!! PA LOCA TÚ, CALVA.
-Yo no estoy calva.- Respondo entre dientes sin pensar. La supervisora se baja las gafas un poco con el índice.
-¿Me acabas de llamar calva?
-¡¡Oh dios mío, no no, no!! Dije que no me pasaba NADA. Lo siento, no me han dejado dormir y pensaba en alto... -Intento sonreír un poco, pero veo perfectamente como la supervisora no me cree. Aún así, debe ser su hora del café y debe tener prisa porque lo deja pasar.
Para que conste, era una frase hecha de Los Simpsons.
-Cállate.- Gruño.
Vuelvo a entrar en la habitación, dispuesta a silenciar cualquier vocecita impertinente que intente hacerme creer que mis fantasías pueden ser ciertas. Jamie está mirando por la ventana, ensimismado y triste. Débiles rayos de sol hacen brillar su cabello, que no es sólo pelirrojo, sino que se entremezclan hebras castañas y rubias en él.
-Hola, Jamie, ¿te encuentras mejor?- Le pregunto mientras me pongo los guantes. Me mira, y me sonríe educado, pero la sonrisa no le llega a los ojos, y su tristeza se me contagia.- Mi compañera va a venir ahora a ayudarme a asearte, ¿vale?- Frunce el ceño, y veo como sus orbes grises siguen el contorno de la sábana.
-Pero... no llevo nada debajo.
-Estabas muy débil antes para vestirte. Además, así acabaremos más rápido.- Veo como se sonroja y se pone nervioso.
-No... no creo que sea correcto.- Tartamudea. Levanto una ceja.
-¿Puedes ducharte tú?- Pregunto, ya sabiendo la respuesta.
Veo como intenta moverse, y por un momento voy a pararle, pero sé que tengo que dejarle que se desengañe. Sólo espero que no se provoque una deshidencia en la herida de su costado. Veo que hace gestos de dolor, y palidece, pero aún hace algunos intentos más antes de caer en la cama desplomado y sudoroso.
- Estás muy débil aún. Entiendo que puede ser vergonzoso, pero es parte de nuestro trabajo.- Me mira, y casi puedo leer en su mente algo relacionado con cuerpos desnudos. Sólo espero que no esté imaginándome como una enfermera porno, eso me cabrearía mucho.
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FOREIGNER. // COMPLETA (OUTLANDER)
FantasyEnya Everdeen trabaja como enfermera en el Raigmore Hospital en Inverness (Escocia) cuando una noche llega a urgencias un hombre inconsciente y malherido, con ropas del siglo XVIII y, según los técnicos de ambulancia, hablando en un lenguaje extraño...