XXVI - La Navidad ha llegado

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-Enya, me ha tocado Navidad por la tarde, ¿este año ya lo has cambiado o me lo haces a mí?- Pregunta mi compañera de turno con el turnario en la mano.

-Eh... Lo siento, Rosalie... Pero tengo planes...

-¿Cómo que planes?- Responde de forma insultante. Inspiro hondo para no responderle de la misma manera.

-Tengo planes para Navidad como el resto de gente. Y ya que lo preguntas...-Respondo irónica- Tengo un amigo de la infancia que ha venido a pasarlas conmigo porque él también va a estar solo. Lo siento.

-¿Justo este año, en serio?- Continúa en su diatriba.- Hace AÑOS que nos haces todas las fiestas a las de la planta.

-Desde que murió mi seanmhair, sí, lo recuerdo perfectamente.- Suelto hiriente, a ver si se da cuenta de una vez de lo que está haciendo.- Sabéis todas que hacía esos turnos porque no soportaba quedarme a solas en casa, era un quid pro quo. Además, si te fijas, ya hago el 25 de mañana. Por última vez, Rosalie, no te puedo cambiar el turno. Feliz Navidad a ti también.- Se va enfurruñada y echando humo por las orejas ante mi negativa mientras yo suelto el aire contenido aporreando el teclado para pasar los signos vitales y el balance hídrico a la aplicación.



Las luces de colores se encienden y se apagan rítmicamente en el abeto navideño mientras Jamie las mira embelesado. Ayer me contó como pasaban la Nochebuena y la Navidad en su hogar, y sus recuerdos de la infancia mientras cenábamos a la luz del árbol y unas velas. Me había esmerado en hacer la cena de Nochebuena que solía hacernos mi seanmhair (¿mis lágrimas le darían más sabor?) y por primera vez desde que me había quedado sola, había vuelto a disfrutar estas fechas. El highlander me había preguntado por qué estos días no los pasaba con Ebony o Thomas, y yo le había explicado que aunque había sido invitada siempre, me sentía fuera de lugar y prefería trabajar para que estos días se me pasaran más rápido.

Hoy he querido homenajear a mi viajero del tiempo preparando una comida de su época que he encontrado por internet, típica de estas fechas. Cuando ve el plato, sus ojos se iluminan como los de un niño, empapados de recuerdos y me lo agradece con un gran abrazo y un tierno beso.

-Igual los agradecimientos deberían venir después, cuando comprobemos que no te he envenenado.- Bromeo y él sonríe.

-Posees muchas cualidades, deja de subestimarte.

- Ith gu leòir!

Al igual que en la cena de ayer, Jamie se santigua y murmura unos rezos en gaélico. Dado su cristianismo, son días importantes para él. De nuevo, la comida se llena de recuerdos y anécdotas, sobre todo mías, pues es mi turno de abrir mi baúl de recuerdos. Y, al igual que el día anterior, la cena tiene un sabor melancólico. Tomamos de postre cranachan y lo que sobró de la tarta Banofee de ayer mientras vemos mis álbumes de fotos.

-Te semejas mucho a tu màthair, pero aún más a tu seanmhair. Apuesto a que eres la viva imagen de ella joven.- Sonrío con melancolía.

-Sí, eso me decía ella. Pero en esa época conseguir fotos era difícil y caro.

- Mòran taing, Enya. Por todo esto.

- Nollaig shona, Feliz Navidad, Jamie. Gracias por estar aquí conmigo.

- Tha gràdh agam ort.- Susurra, sus ojos plateados fijos en los míos verdes y dorados. Las palabras y el aire se me quedan atorados en la garganta por mis miedos y no puedo responder.- Te quiero.- Traduce pensando que no lo he entendido. Pero el silencio continúa, su ceño se frunce, su expresión se torna dolida y todo el candor se convierte en hielo.- Siento haberme precipitado, pensé que sentíamos lo mismo.- Comenta frío y dolido apartándose.

FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora