Capítulo Tres.
Atenea Weller.
Qué comentarios tan fuera de lugar, si no quieres estudiar perfecto , pero no critiques la carrera de otros. Me enojé un poco.
Pero como dicen por ahí, las críticas de quién vienen y ya, y Jason no va a arruinarme el día. Aseguro qué no.
Ya no comentamos nada más mientras comíamos, nuestros padres fueron a la sala de estar para hablar de sus cosas, así que Kim y yo subimos a mi habitación.
— Ey, Mika — dijo al verla. Las dos nos sentamos en la cama, cuándo yo iba a hablar tocaron la puerta — Adelante.
Trás mis palabras entró Jason. ¿Qué hace aquí? Sin decir nada se acercó a mi cama y se acostó en esta boca arriba, con sus manos debajo de su cabeza y mirando al techo. Miré a Kimberly, está igual de asombrada que yo, pero ella se toma todo con humor, por lo que soltó una pequeña carcajada.
Miré a Jason.
— ¿Se puede saber qué haces? — Me miró, rodó los ojos y regresó su vista al techo — Jason.
Habló mal — ¿Qué quieres?
— ¿Por qué te recuestas en la cama?
— Vaya, tanto que vas a la iglesia y no puedes dejar que un pobre chico se recueste un rato a descansar. Eres cruel.
— ¿Yo soy cruel? — Asentió — Oh, vaya. Tal vez estamos en la película un Viernes de Locos, y yo soy tú y tú eres yo.
— Nunca quisiera ser tú — Lo miré mal.
— Yo menos tú. Eres el ser más antipático del mundo.
— Habla la chica con más amigos — Se rió.
— Pasaré de tí.
— No lo estás haciendo ahora.
Rodé los ojos — Idiota.
— Ahora mismo no estás pasando , - se rió. Miré a Kimberly.
Suspiré — ¿El lunes vamos juntas a la universidad?
— Claro, yo pasaré por tí — Sonreí.
— Le preguntaré a mi padre, tal vez él quiere llevarme — Jason se rió, lo miré. Paciencia Atenea, paciencia — ¿De qué te ríes?
— De tí.
Rodé los ojos. No le responderé, él está aburrido y quiere pasar el rato riéndose de mí, pero ya no le daré el gusto.
Después de unas largas horas escuchando a Jason ofenderme, ya es tarde. Y nuestros familiares se irán, mi padre, mi madre y yo los acompañamos a la puerta.
— Muchas gracias por venir — Dije yo. Para luego despedirme con un beso en la mejilla, hasta con Jason. De todos modos es mi familia, aunque yo no le caiga muy bien.
Mis padres y yo nos quedamos en la puerta hasta que se subieron a sus autos.
— Te escribo, nena — Me dijo Kim. Asentí sonriendo.
— Vamos dentro, cariño.
Asentí y entré con ellos. Mi padre me miró — Ése Jason ha salido muy rebelde, pobre de mi hermano Jack.
— Ya sentará cabeza, algún día , — Tras decir subí a mi habitación. Cerré la puerta y miré a Mika. Sonreí y me senté en el suelo, ella corrió hacia mí para lamer toda mi cara — ¿En serio Mika? — Hablé entre risas. — Para para.
La aparté, sacó la lengua sofocada — ¿Lo ves? Voy a traerte agua.
Cogí su comedero para el agua, bajé a la cocina y lo llené a tope. Subí con cuidado de no derramar agua por el camino, lo puse en el suelo de mi habitación. Ella fué y curveó su lengua por la parte posterior mientras se sumerge en el líquido y a continuación, se retira rápidamente hacia la boca.
Sonreí. Por dios Atenea, ¿En serio te pones a analizar cómo es que Mika bebe agua? Reí para mí misma. Pero una notificación de mi teléfono interrumpió mi análisis fantástico.
Me acerqué a la mesita de noche y lo cogí.
Mierda.
Mensajes de texto.
— Quería informarte qué como compañera de aburrimiento eres buenísima.
No entendí absolutamente nada — ¿Buenísima? A penas te dirigí la palabra.
— Pero no dejabas de ofenderte cada vez que te decía algo, deberías dejar de ser tan seria, chica con poco cabello.
— No tengo poco cabello, simplemente tengo el cabello corto.
— Te aclaro que me da igual el corte que tengas en el cabello.
— ¿Entonces para qué lo mencionas?
— Para burlarme de tí.
Me enfadé un poco. ¿Quién se cree que es?— Mi corte de cabello me favorece mucho.
— Primita, me importa muy poco.
— Bueno, entonces no me escribas.
— Hago lo que quiero.
— ¿Pero quieres hablar conmigo o no?
— No.
— :] Quién te entiende...
— Yo. Con eso basta. Ahora, espero que puedas dormir y no llores porque ofendí tu cabello.
— Hasta otro día, idiota.
— ¿Es lo mejor que tienes?
Pensé unos segundo y sí, es lo mejor que tengo — Sí.
— Te superaste, de pequeña era "tonto". Diste un paso más :D Hasta otro día.
— Adiós.
Salí del chat. Suspiré, espero poder dormir, él me ha generado mucho estrés y cuando estoy así suelo desvelarme, algo que no quiero, mi intención no es ir a la universidad con tres kilos de ojeras debajo de mis ojos.
Me metí bajo las sábanas, por una oleada de aire que entró por mi ventana, cerré los ojos.
Como dije, me cuesta mucho dormir, no conté los minutos, pero apuesto que estuve más de treinta minutos tratando de dormir, hasta que mi cerebro desconectó de todo y me quedé dormida.
Al fin.
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PROHIBIDO ©
Romantik¿Es una locura enamorarte de tu primo? Pues, creo que entenderían un poco más mi historia si conocieran a Jason, un chico tan... único a su forma, y a la vez tan jodido, creo que pensarían distinto. Él está prohibido para mí. Lo sé. Es difícil para...