Capítulo Veintiuno.
Me senté en la mesa otra vez, miré a Kimberly. — Voy al baño.
Ella no respondió, yo me puse de pié y caminé hasta allá. Toqué la puerta pero nadie respondió, al entrar, un chico estaba lavándose las manos, venga ya, ¿Baños de chicos y chicas?
— Oh, lo siento.
Iba a salir pero ése chico habló — Tranquila, ya me voy. — No dije nada y él salió. Respiré ondo y me acerqué al lavabo, con mis manos retuve agua y la eché en mi rostro. Escuché el gatillo de la puerta, abrí los ojos y miré.
Es Jason.
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a hacer mis necesidades.
— Y yo las mías, con permiso.
Entró a uno de los baños, me quedé afuera, ni siquiera sé porqué. A los pocos minutos él salió, tenía algo blanco debajo de su nariz, lo cual limpió. No sé qué puede ser.
— ¿Aún sigues aquí? — Preguntó, asentí. Él sonrió y se acercó a mí — ¿Me esperas, Atenea?
— No, sólo necesito respirar aire normal, no lleno de humo y aroma a alcohol.
Sonrió, otra vez — Ay Diosa, Diosa — Me miró. Apoyó sus manos, cada una a un lado de mí, dejándome pegada a la encimera, pero manteniendo un poco de distancia entre nosotros. — Tú necesitas aprender tantas cosas.
— Todo lo que debo saber, lo sé.
— ¿Estás segura? — Preguntó sonriendo. Automáticamente me puse nerviosa, desvié mis ojos de él, mirando a la pared.
— Tú tú... deberías dejar de besarte con dos chicas a la vez.
— No fué a la vez.
— Una primero y luego la otra, es prácticamente lo mismo.
— No sabía que eras tan celosa, prima.
Rodé los ojos. Él sonrió, se alejó de mí y me miró, manteniendo su sonrisa en la cara salió del baño. Respiré ondo y también salí, caminé hasta la mesa, donde estaban todos.
Me senté al lado de Kim, ella cogió un vaso con alcohol y bebió de él.
Jason hizo lo mismo con el suyo.
— ¿Tú no bebes, nenita? — Me preguntó Scarlett. La miré, un poco mal.
— No, no bebo.
Ella soltó una pequeña risa. No le respondí, no pretendo discutir con alguien como ella. Creo que éste será el día más largo de mi vida, ya quiero irme a casa.
Miré a Jason, el cual estaba encendiendo un cigarrillo. — ¿Cuándo nos vamos?
Le dió una calada al cigarro y me miró al expulsar el humo — No seas aburrida, Atenea.
Me dijo con su voz gruesa. Rodé los ojos.
Luego de unas horas bastantes largas hasta la madrugada, ellos decidieron, al fin, irnos. Salí, prácticamente con cara de alegría y libertad, estar ahí no era tan incómodo como tener que soportar a Scarlett.
Al salir, nos subimos al auto. Jason delante del volante comenzó a conducir.
No conozco mucho de direcciones, pero no fué camino a casa. Cuando llegamos a algún sitio, miré por la ventanilla, es una casa, no logro definir bien el color del que está pintada por la oscuridad.
Me dí cuenta que es la casa de Scarlett cuando ella habló — Bueno, hasta luego — Le dijo sonriendo a Jason. Se acercó a él y le dió un beso, aparté la mirada regresando mi cabeza a la ventanilla. A los segundos miré y recién se estaban separando, ella se bajó del auto y su amiga luego. Jason, mascando su chicle miró a la chica del cabello negro por la ventanilla.
— Adiós, nena — Ella le regaló una sonrisa y siguió caminando con Scarlett. Me miró por el retrovisor — ¿Quieres venir al asiento del copiloto?
— No, gracias.
Ví que sonrió, rodé los ojos y arrancó el auto. Sin decir nada más en ése transcurso de viaje, dejamos a Kim en su casa, y seguimos en la carretera rumbo a la mía.
— Pásate para delante.
Habló de repente.
— Aquí estoy bien, de verdad.
— No te estoy preguntando.
— Pero... — me interrumpió.
— Atenea , — No dije nada más, y, con dificultad, pasé para delante con mucho cuidado y me senté en el asiento del copiloto. — ¿Pongo música?
— No, así estoy bien.
No respondió, simplemente siguió conduciendo, a los pocos minutos estacionó el auto cuando llegamos a mi casa, ésta es una de las pocas veces que tengo tantas ganas de estar aquí.
Abrí la puerta del auto y me bajé. Jason cerró con llave y caminamos hasta la entrada, abrió la puerta y los dos entramos.
Para mi sorpresa, mi padre no estaba en la sala de estar, así que simplemente caminé rumbo a las escaleras para llegar a mi habitación.
— Ey —. Es la voz de Jason, me volteé para verlo — El vestido no está tan mal.
Dijo sonriendo, lo miré mal y seguí mi camino hasta mi dormitorio, al entrar cerré con seguro, Mika se levantó de su camita y se acercó a mí.
— ¿Me extrañaste, pequeña? — Puso sus patas en mis rodillas, sonreí y acaricié su cabeza. — Qué día tan largo, Mika.
Caminé hasta mi cama y me dejé caer en ella, creo que dormiré así, sin ni siquiera cambiarme de ropa, no tengo fuerzas para ello.
Pero, lamentablemente, a mi teléfono llegó una notificación, lo cuál me hizo abrir los ojos y tomar el celular.
Es un mensaje, de un número desconocido.
Mensaje de texto.
Él: Después de remover cielo y tierra, he conseguido tu número. Eduard.
No pude evitar sonreír. ¿Cómo lo ha conseguido? Mi curiosidad no me dejó simplemente apagar el teléfono y acostarme.
Yo: ¿Cómo conseguiste mi número? :O
Él: Pues, el otro día tú prima llegó tarde a clases porque la estaba convenciendo de que me lo diera, fué difícil, pero nada es imposible :p
Yo: Eres perseverante.
Él: Me gustaste, bastante.
Yo: ¿Eres poeta? ¿Por qué lo rimas? :)
Él: No lo sé, quizás te fascina.
Yo: ¡Basta ya!
Él: Vale, como diga su majestad ;)
Yo: Dios. Ya me iré a dormir, estoy muy cansada.
Él: Guarda mi número, ¿O también tengo que pasar una misión para lograr éso?
Yo: No, tranquilo. Ahora lo guardo.
Él: De acuerdo, buenas noches, preciosa ;)
Salí del chat. Memoricé su número con el nombre de "Eduard Uni". Y, lo que siempre me pasa, al tener el celular en las manos me desvelo, pero ésta vez llegó una duda a mi cabeza recordando una escena del día de hoy.
Jason limpiando algo blanco de su nariz. No tengo idea que fué, pero exactamente por éso entré a Google. En la barra de búsquedas puse; ¿Qué sustancias dejan la nariz manchada de blanco?
No es la mejor forma de explicar lo que quiero decir, pero es lo mejor que pude hacer.
A penas cargó, habían mogollón de páginas con información, pero centré mi mirada en la primera, escrita con letras mayúsculas.
" TODO SOBRE LA COCAÍNA"
¿Qué? Lo que él traía debajo de su nariz, ¿era cocaína? Estoy en shock, no puedo creer que Jason se drogue.
O tal vez si puedo creerlo, pero... es algo muy fuerte.
ESTÁS LEYENDO
PROHIBIDO ©
Любовные романы¿Es una locura enamorarte de tu primo? Pues, creo que entenderían un poco más mi historia si conocieran a Jason, un chico tan... único a su forma, y a la vez tan jodido, creo que pensarían distinto. Él está prohibido para mí. Lo sé. Es difícil para...