PROHIBIDO ©

XLIX. Mi piel arde.

Capítulo Cuarenta y nueve.

Sentí que con cada palabra que Jason dijo, mi corazón se aceleraba más y más. Es la primera vez que él dice algo así, que me dice con palabras que le importo. Pero necesito que me diga porqué, escuchar de su boca qué siente Jason por mí.

—¿Y por qué? —Le pregunté— ¿Por qué sentiste éso?

—No me preguntes eso, Atenea.

Me acerqué un poco más a él —Necesito saberlo, quiero entender qué sientes.

Jason se quedó mirándome a los ojos —¿Qué siento? —Asentí mirándolo a los ojos— No podría explicártelo con simples palabras.

¿Está diciendo que siente algo por mí? ¿O yo estoy paranoica?

—¿Estás diciendo que me quieres? —Jason suspiró y apartó la mirada, para luego asentir.

—No quiero analizar lo que siento por tí, sería darme cuenta de que te quiero. —Dejé mis ojos fijados en los suyos, aún sin poder creerme lo que acaba de decir.

Por todos los Dioses.

Todos queremos lo que no se puede. Y yo lo quiero a él. Y querer a alguien que no puedes tener.... duele, duele demasiado.

No puedo más, tener a Jason cerca y a la vez tan lejos quema, arde saber que lo nuestro no puede ser... pero a éstas alturas me da completamente igual qué está bien y mal, sólo quiero tenerlo. Disfrutarlo, aunque después me arrepienta y maldiga mil veces.

Mi voz está cortada, las palabras no quieren salir, como si fuera una niña pequeña que aún no ha aprendido a hablar, así me siento. Y él solo me mira, igual de sorprendido que yo, creo que Jason jamás creería que llegaría a decirme algo así, y yo tampoco.

Cerré mis ojos fuertemente, y mis pies los puse de puntillas, con mis dos manos cogí la cara de Jason y lo besé. Sí, lo hice. Necesitaba ahora mismo el contacto de nuestros labios más que nunca.

Hay una explosión de sensaciones en mi boca. ¿Qué estará pensando Jason? Daría lo que fuera por saberlo, su cabeza debe estar a punto del colapso, imagino que no se puede creer que haya revelado algo de sus sentimientos hacia mí. Muchos piensan que un beso es algo poco extraordinario, pero ahora mismo todo mi ser está revolucionado, los labios de Jason me transportan a otra universo.

Para que un beso sea genial, debe significar algo.

Y más cuando es con alguien que no puedes sacar de tu mente, para así sentir aquel beso en todo el cuerpo, recorriendo cada parte de él.

Es extraño pensar que yo tomé la iniciativa de besarlo, pero es que si no lo hacía luego me arrepentiría.

Jason pone sus manos en mi cintura y me presiona fuertemente contra él. Y yo no puedo detener a mis labios, tal parece que tienen vida propia y yo no tengo que controlarlos.

Y siempre podré besarlo, con la condición de que ése no sea nuestro último beso.

No podría tolerarlo.

El beso es tan apasionado que ninguno de los dos tiene tiempo de tomar aire. 

Mi cabeza en las nubes y mi corazón fuera de mi pecho en éste instante, pero el momento tan maravilloso fué interrumpido por un teléfono que suena haciendo que ambos nos separáramos.

—Contesta. —Me dice.

—No es mi celu... —Detuve mis palabras al sentir mi teléfono sonar en mi bolsillo. ¿Quién es el ser tan despreciable que puede interrumpir éste momento? —Oh, perdón.