IX. Robándole a tu propio padre.

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Capítulo Nueve.

Atenea Weller.

Dos días después/Viernes.

— ¡Espérame! — Gritó alguien mientras yo caminaba para salir de la Uni, me volteé y ví a Kimberly. Me detuve para esperarla — ¿Por qué no me esperaste?

— Creí que te habías ido.

— No, estaba en la cafetería.

Seguimos caminando — ¿Y si me acompañas a mi casa?

— Siempre lo hago, nena.

— Me refiero a que estés allá un rato, ¿Quieres?

— Obvio, tonta —. Habló sonriendo, le devolví la sonrisa. Caminamos hasta su auto y nos subimos. Ella arrancó. Puse música, Bad Romance de Lady Gaga.

Y empezó a cantar. La miré y me reí. Ella sonrió.

— You know that I want you - Sonreí, no pude evitar empezar a cantar con ella — You know that I need you. I want it bad ¡Your bad romance! — Gritamos lo último y nos reímos, definitivamente cantar no es lo mío.

Al llegar a mi casa nos bajamos del auto. Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta.

Antes de subir a mi habitación pasamos por la cocina, ahí estaba mi madre.

— Hola, prima — Le dijo Kimberly. Mi mamá sonrió.

— ¿Cómo estás, querida?

— Todo bien. — Cogí la mano de Kim y subimos a mi habitación. Cerré la puerta. — Hola Mika.

Le habló sonriendo.

Me acosté en la cama mirando al techo, ella se sentó — Necesitas un novio.

— ¿Qué? No, para nada.

— Atenea, necesitas salir de estas paredes, despejar un poco, te vas a volver loca.

— Hablas así porque tus padres no son como los míos. — Ella suspiró — Pero ya, hablemos de otra cosa.

— De acuerdo, ¿Y qué piensas hacer para Halloween?

— Aún falta.

— Lo sé, pero siempre es bueno pensar en el disfraz con antelación. A tí te quedaría bien, no sé, ir de Blanca Nieves.

Me reí — ¿La chica que muerde la manzana y vive con 7 hombres?

— Oyéndolo así no suena muy bien.

— Además, no creo ir a ningún lugar.

— Aún tengo tiempo para convencerte — Sonreí y negué con la cabeza.

Jason Weller.

Cogí una chaqueta de cuero y me la puse, mi cabello lo dejé despeinado, como siempre. Cogí la colonia y me la eché. En un bolsillo de mi pantalón metí la bolsita con la cocaína.

Hoy quedé con Scarlett, la chica con la que había hablado, no tengo dinero ahora mismo, pero en el bar que vamos todos son mis amigos, así que no me preocupa.

Salí de mi habitación y bajé con las llaves de mi moto en la mano, cuando iba a salir una voz me interrumpió.

— ¿A dónde vas Jason? — Preguntó mi padre.

— A un bar.

— ¿No crees que es bastante tarde para salir?

— No, ahora si no te molesta, me tengo que ir —. Rodé los ojos y salí de la casa. Ví la dirección de la casa de Scarlett para pasar por ella, arranqué mi moto.

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