XXIX. El disfraz.

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Capítulo Veintinueve.

Día siguiente/5:00p.m.

Al salir de la universidad ví el auto de mi padre fuera, antes de acercarme a él miré a Kim. — ¿Irás a buscar los disfraces?

— Sí, ahora mismo, a penas los tenga voy a tu casa con todo lo necesario para prepararnos.

— Está bien, te estaré esperando.

Ella sonrió, le devolví la sonrisa y caminé hasta el auto de mi padre, él desde dentro abrió la puerta de la parte del copiloto y yo me subí.

Le dí un beso en la mejilla y él arrancó. Estoy nerviosa, debo admitirlo, hoy asistiré a una de las mayores celebraciones de éste pueblo en Tennessee, con muchas personas que no conozco, y con muchas posibilidades de tropezar y cagarlo.

Sólo espero que éso no pase.

Algunos giros de volante más, otros y otros, hasta llegar a casa, yo me bajé del auto y caminé rumbo a mi habitación. Cerré la puerta, respiré ondo y no pude evitar reírme sola.

¡Ah, son los nervios!

Dí vueltas por todo el cuarto tratando de adivinar de qué será el disfraz que me traerá Kimberly. Por mi cabeza pasó uno de porrista, y casi devuelvo, me parece muy infantil y cursi, y mira que yo soy cursi, prácticamente no lo puedo evitar al leer tanto y amar tanto la filosofía, pero al pensar en un disfraz de animadora todo rosa y blanco, peluca rubia y cuerpo perfecto, me dan ganas de vomitar.

Y no tengo nada en contra de las rubias, debo aclarar. Sólo, espero que Kim no haya elegido algo así para mí.

También pensé en un short mega corto, una mitad de color negro y la otra de rosa, al igual que el cabello, y el top, básicamente todo de ésos dos colores, al estilo Harley Quinn.

Y también espero que no me traiga éso, ¡Ésa Margot Robbie es muy atrevida!

Por todos los Dioses, ¿Qué disfraz traerá ésta chica?

Pero, el tiempo no es tan amigo mío, pues mientras yo daba vueltas y trataba de imaginarme el disfraz ideal para mí, ya habían pasado dos horas.

Escuché el timbre de la casa, ¡Debe ser Kimberly!

Salí de mi habitación rápido, puedo decir que casi aprendo a volar, bajé las escaleras con un poco más de cuidado, y corrí hasta la puerta. A penas la abrí ví a mi prima con dos bolsas en sus manos. Al verme las levantó enseñándomelas.

—¿Quién quiere arreglarse ya para la fiesta? — Preguntó sonriendo. ¿Se supone que soy yo? Sólo atiné a reír por lo bajo. Las dos caminamos hasta mi habitación, a penas entrar ella dejó las bolsas encima de la cama.

—Enséñamelos , — Digo sonriendo, lo que la hace reír — Vamos, Kim, no seas mala.

—Cierra los ojos.

Respiré ondo y le hice caso. Escuché ruidos, creo que ella está hurgando en las bolsas, de repente ya no había ningún ruido, así que hablé.

—¿Ya? — Pregunto.

—Abre los ojos —. Abrí los ojos lentamente, para poder ver el disfraz.

Mis ojos se centraron en aquel vestido, en el cuál predomina el color rojo, en la parte de los pechos tiene una tela tipo Franela de color blanco, en la cintura, color negro, y unos lazos para ajustar ésa parte del vestido, la parte de la falda es completa de rojo, con tela Crepé contando con mucho brillo, no es pegada al cuerpo, sino un poco más " Vestido tipo disfraz ", debajo de la falda tiene una doble tela de color blanco, lo que me gustó mucho.

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