Capítulo Veinticuatro.
— ¿Perdón? —. Tal vez se está burlando de mí. ¿Por qué Jason Weller vendría por mí?
— Tú padre me pidió que te lleváse.
Oh, vaya, ya entendí, ha sido mi padre.
— Pero es temprano... — Miré mi reloj, fijándome en la hora, son las 11:45 p.m. y mi padre me dió de límite las 12. Sí, es un horario temprano para regresar a casa, pero debo agradecer que al menos me dejó venir.
— Vámonos ya, Diosa.
Suspiré. Miré a Kimberly, la cual está con dos vasos de ponche en las manos bebiendo de ellos mientras baila, he perdido la cuenta de todo lo que ha tomado en la noche, pero aún así, no se ha emborrachado, tendría que apodarla " hígado de acero ".
— Véte nena, no quiero que te metas en problemas.
— ¿Segura? — Asentió sonriendo, me acerqué a ella y le dí un beso en la mejilla. Cogí mi bolso de encima de la mesa. Sin decirle nada a Jason comencé a caminar, él fué detrás de mí.
— Tú amiga Scarlett está aquí. — Digo sin mirarlo.
Él soltó una pequeña carcajada — Vine por tí, no por ella.
—Porque mi padre te lo pidió.
— Da igual. — Salí por la puerta y no me percaté que Jason no estaba a mi lado o detrás de mí, entré otra vez.
¿Dónde se ha metido éste chico ahora?
Me fijé que estaba en la mesa de las bebidas, sirviéndose ponche. ¿En serio Jason? Suspiré y puse mis manos en mi cintura esperándolo, por suerte no tardó en regresar a donde yo estaba.
Se inclinó al vaso del ponche.
— Yo lo hubiése preparado mejor.
Rodé los ojos y salí de la casa. Me sorprendió no ver el auto de mi padre, sino la moto de Jason, lo miré a él. — ¿Por qué no viniste en el auto de mi padre?
— Tenía ganas de venir en mi moto así que convencí a tu padre, ¿Algún problema?
—No soporto montar ésto.
— Tú problema, Diosa.
No respondí, simplemente me quedé mirando la forma de subirme a la moto, llevo vestido, así que si me siento a horcajadas se me vería todo y no quiero éso. Al parecer, Jason notó mi incomodidad y confusión, porque sin decir nada se acercó a mí y poniendo sus manos en mi cintura, me levantó sentándome con las dos piernas a un lado de su moto.
—Gracias.
Él tocó su pircing con la lengua y sonrió. Cogió su casco y me lo dió. Tras éso se subió en la moto, antes de que arrancara me puse el casco.
Sin previo aviso arrancó la moto, de inmediato pasé mis manos por su cintura dejándolas debajo de su chaqueta para no caerme.
Ví por el retrovisor que él sonrió.
Pero no dije nada.
— No sabia nada de ésa fiesta.
Habló de repente. — La organizó un chico para que nos reuniéramos algunas personas de la universidad.
¡Por todos los Dioses! ¡Eduard! . Ahora que recuerdo me fuí de su casa sin despedirme de él. Me va a odiar, espero que Kimberly le explique.
—¿Y quién es el chico al que le gustas?
— ¿Cómo sabes que le gusto a alguien?
— Lo dijiste tú hace días.
— No lo conoces.
— Mm, de acuerdo.
Ya no cruzamos palabras hasta que llegamos a la casa, me bajé de su moto sin la ayuda de él, me quité el casco y lo dejé encima de ésta. De mi pequeño bolso saqué mis llaves de la casa. Metí las mismas en el cerrojo, iba a dar un giro a la derecha con ellas para abrir la puerta, pero sentí a Jason a mi lado, muy cerca. Tanto que puedo sentir su respiración llegar a mi cuello.
—Te queda bien ése vestido.
Giré mi cabeza hacia la derecha para mirarlo, y quedamos muy cerca, tragué saliva. Sentí mi corazón latir acelerado, sentir a Jason tan cerca me pone de los nervios y poco a poco, siento que mis mejillas se enrojecen.
¡Es tu primo! ¿Por qué te pones así?
En mi defensa debo aclarar que yo me pongo así cuando cualquier chico se acerca a mí.
—Gracias.
Finalmente pude responder a su ¿Halago? Pensándolo bien, ¿Jason halagándome? Debo anotar la fecha del día de hoy.
— Aprovéchalo, a las doce se acabará el hechizo.
Miré mi reloj, y son las 11:59 p.m.
En unos segundos más las tres manecillas del reloj fueron al 12. Él me miró a los ojos.
— No porque hayas ido con ésa ropa a la fiesta alguien cambiará su pensamiento sobre ti.
Y era de esperarse ése comentario, Jason no puede ser amable cinco segundos seguidos, el día que lo consiga se merece un gran premio. Así que retiro lo dicho anteriormente, no anotaré la fecha de hoy.
— No prentendo ser algo que no soy.
—No lo demuestras con ésa ropa.
Rodé los ojos y terminé de abrir la puerta, caminé hasta las escaleras y subo a mi habitación con cuidado de no caer.
Cerré la puerta tras mi paso, y caminé hasta la cama. Me senté, miré mi bolso y saqué mi móvil de él. Tengo que disculparme con Eduard, no debí irme sin despedirme.
Mensajes de texto.
Yo: Lo siento, no me quería ir sin despedirme, pero tenía prisa.
Él: Tranquila, preciosa, no pasa nada ;)
Yo: ¿Seguro?
Él: Claro, además, no me podría enojar contigo.
Yo: XD. Bueno, entonces nos vemos el lunes.
Él: Hasta el lunes <3
Salí del chat. Ahora estoy un poco más tranquila al saber que él no está enojado conmigo, Eduard me cae muy bien, como amigo, hay que aclarar.
Estoy un poco cansada, estar todo el día con unos zapatos que no están pegados al suelo me da un poco de dolor en el tobillo, así que me los quité, para luego meterme en la cama, aún con el vestido de Kim, cuando llego de algún lugar y es tarde, me cuesta mucho cambiarme.
Y por culpa del sueño que tenía, no tardé en quedarme dormida.
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PROHIBIDO ©
Romance¿Es una locura enamorarte de tu primo? Pues, creo que entenderían un poco más mi historia si conocieran a Jason, un chico tan... único a su forma, y a la vez tan jodido, creo que pensarían distinto. Él está prohibido para mí. Lo sé. Es difícil para...