Capítulo Treinta y tres.
Traté de mantener la mente fría, aunque fué difícil por el alcohol. Y por mi cabeza solo pasaba, «Contrólate, no permitas que vuelva a ocurrir lo de antes». Espero poder hacerle caso ésta vez a la razón, y no a lo que en realidad quiero, que está mal. Me alejé de Jason dejándolo con su mano en la puerta de aquel garaje.
Me acerqué a la moto y lo esperé, para que siguiera empujándola hasta llegar a casa.
Imaginé que él diría algo, no sé, algún comentario respecto a lo que acabo de hacer. Pero no, simplemente empezó a caminar mientras llevaba la moto.
No dije nada, ¿Para qué remover todo? Sólo seguí caminando a su lado, en completo silencio.
Y creo que es mejor así, callados, hasta sería mejor estar peleando que tan cerca a punto de besarnos.
Sin más diálogos en todo el camino llegamos a la casa, aún sin mirarlo ni hablar con él, fuí directo a mi habitación, no sé si se enfadó, aunque es lo más probable, prefiero que esté así.
A penas entré a mi habitación Mika se desesperó, sonreí —Hoy ha sido un día difícil, guapa.
Suspiré y me senté en la cama, para dejarme caer boca arriba en ella, sentí que mi cabeza retumbó, me duele mucho.
Cogí mi móvil y le escribí un mensaje a Kimberly, diciéndole que ya llegué a casa, no quiero que se preocupe.
A penas lo dejé otra vez a mi lado, llegó una notificación, cogí el teléfono, por alguna razón estaba conectado a la Wi-Fi de mi casa, así que el mensaje era de Messenger.
Era de; Un chico insoportable.
Abrí el chat.
Él: Feliz Halloween, Día de los muertos, como desees llamarlo.
Yo: Igual, supongo. ¿A qué se debe tu mensaje? Creí que ya habías decidido no acosarme más:}
Él: Simplemente no pude aguantar las ganas de decirte lo preciosa que te veías de Caperucita Roja.
Yo: ¿Qué? ¿Tú, tú estabas en la fiesta de Halloween?
Él: Vingo.
Yo: ¿Quién demonios eres?
Él: ¿Por qué eres agresiva? Hoy no te veías así, al contrario, bastante divertida con tus amigos.
Yo: Ya lo dijiste, con mis amigos, ¡No con un acosador!
Le envié otro mensaje —Dame una pista de quién eres.
Él: Mmm, confórmate con saber que estaba ahí, algo cerca de tí.
Yo: ¿Yo te conozco?
Él: Puede que no, o puede que sí, ¿Quién sabe, Atenea?
Yo: ¿Con qué objetivo me escribes? ¿Qué quieres de mí?
Él: Conocerte más, pero con éstas formas de hablarme no conseguiremos nada.
Yo: No quiero conseguir nada contigo.
Él: ¿Y si mejor de mandarme al carajo constantemente hablamos como dos usuarios normales? No creo que sea tan dificil.
Yo: Por todos los Dioses :> Me duele la cabeza, si no te molesta prefiero dormir ahora, la luz del móvil está fulminando mis ojos.
Él: Como tú desees, Diosa de la sabiduría.
Yo: Bye<3
Salí de su chat. ¡Qué día tan loco! Me levanté de la cama, y con las pocas fuerzas que quedaron en mí me quité el disfraz como pude, aún sin desmaquillarme, y sin ir al baño al menos, me metí en la cama, y en cuestión de segundos quedé envuelta en un sueño profundo.
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PROHIBIDO ©
Romansa¿Es una locura enamorarte de tu primo? Pues, creo que entenderían un poco más mi historia si conocieran a Jason, un chico tan... único a su forma, y a la vez tan jodido, creo que pensarían distinto. Él está prohibido para mí. Lo sé. Es difícil para...