Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia Completa

Quince

Taehyung estaba acostado en su cama con sus manos sobre su pecho y mirando el techo, yo lo observaba desde la orilla de la cama con el ceño fruncido mientras escuchaba su historia, cuando finalmente dejó de hablar dio un largo suspiro y cerró sus ojos.

- Ese chico es una mierda Taehyung, es una real mierda – dije sin pensar. Realmente estaba sorprendido por lo cruel que había sido. ¿Cómo pudo lastimar de aquella forma a este lindo chico?

- Sí, puede que haya sido una mierda... Pero aún le tengo cariño, nos distanciamos como era de suponer, yo terminé el colegio un par de meses después de lo ocurrido y decidí venir a Seoul, en Daegu no había mucho que pudiese hacer, y las miradas llenas de lástimas de todas las personas me tenían bastante deprimido.

Me puse de pie y caminé hasta la cabecera de la cama, acto seguido me dejé caer al costado del castaño.

- ¿Sabes? – dije mientras me acomodaba – A veces las personas pueden ser muy crueles y egoístas, eso no significa que uno tenga la culpa de su actuar... Querer a alguien y que te traicionen no quiere decir que seas mala persona... Ellos son las malas personas – al decir esto no pude evitar pensar en Jimin, en cómo lo había dejado, en lo que había tenido que aguantar al verse solo repentinamente, a las miradas y comentarios de todos, y sin embargo, el se mantenía estoico con la mirada en algo, mostrando toda su compostura y magnificencia. Yo era una mala persona, tal como Jungkook lo había sido con Taehyung, y la gente como nosotros no merece que le pasen cosas buenas en la vida.

- Hyung... Hyung... - El menor tocó mi mano y me sacó de mis pensamientos, miré sus grandes ojos avellanados y le sonreí – quédate conmigo hoy, durmamos así, juntos, y mañana comencemos un día mejor y sonriente.

- Aún no me dices por qué estabas tan molesto... Sólo tomaste y dijiste cosas sin sentido, pero por mí está bien, a veces no hay que hablar de más – me estiré para alcanzar el cobertor y tapé al castaño y luego me acomodé en la cama de dos plazas – buenas noches Kim Taehyung.

- Buenas noches, Yoongi hyung.

Mis ojos pesaban y un sonido me estaba molestando bastante, me acurruqué entre las sábanas esperando conciliar nuevamente el sueño, pero me fue imposible. Abrí mis ojos que de a poco se fueron ajustando al exceso de luz; en la cocina se veía un chico con pantalones holgados y camisa blanca, que se movía cuidadosamente en el pequeño espacio mientras tarareaba una melodía antigua y se giraba para detener el pitido de la tetera que chillaba anunciando que el contenido ya estaba hervido.

- Buenos días, hyung – saludó al escuchar como me quejaba entre las sábanas – si que tiene el sueño pesado, llevo un par de horas despierto y recién comienza a despertar. Preparé unas tostadas francesas, y un poco de café, espero le guste mi opción para el desayuno – dijo sonriendo mientras filtraba sacaba del fuego una cafetera italiana.

- Pensé que no te gustaba el café – mencioné mientras me incorporaba y recibía el delicioso aroma a café recién preparado.

- No, no me gusta, pero es mi trabajo y siempre tengo un poco en casa por si necesito aprender nuevas preparaciones, hoy tuvo suerte y tenía un grano bastante bueno... Por favor, venga a desayunar antes que se enfríe el pan.

Me levanté con bastante pereza, por la cantidad de luz que entraba por las ventanas podía suponer que no debía de ser más allá de las 9 de la mañana, bastante temprano para mi gusto.

- Es demasiado temprano y es sábado... ¿Todavía eres un adolescente que no necesitas descansar? – pregunté mientras desordenaba mi cabello y me sentaba frente a él en la isla de la cocina.

- En realidad duermo poco, me gusta despertar temprano y aprovechar el día... Además, durante la mañana es el momento más tranquilo para tomar un buen desayuno, escuchar a los pajarillos y sentir los rayos del sol – mientras decía esto vertía un poco de leche en su taza y le agregaba unas cucharadas de un polvo amarillento con aroma a vainilla.

- Eres un niño, los niños toman leche de vainilla – le dije mientras soltaba una pequeña risa.

- No diga eso hyung, soy un adulto independiente y responsable, solo tengo gustos de niño – sonrió y dejó ver por primera vez su hermosa sonrisa.

Mi teléfono comenzó a sonar repentinamente y me puse de pie para contestarlo, era realmente temprano. Cuando vi la pantalla levanté una ceja, ¿por qué estaba llamando tan temprano?

- ¿Aló?

- Yoonie, buenos días. ¿Te desperté? – dijo con una voz suave

- No, ya estaba despierto, ¿qué pasó?

- Que madrugador estás – soltó una risita suave - ¿podemos almorzar hoy? ¿podemos salir o yo voy a tu casa? Cualquiera de las dos opciones está bien.

- Quedamos en algo, Jimin – dije con un tono cansado, viendo como Taehyung ponía atención a mi conversación, aunque tratara de disimularlo comiendo un bocado de pan.

- Te extraño, amor – su voz sonaba triste, y todos los sentimientos de culpa regresaron como una marejada, allí estaba yo disfrutando un tranquilo desayuno con el chico que había dormido la noche, a quien solo le tomé la mano fuertemente mientras este dormía y había logrado calmar todos los demonios que atormentaban recurrentemente mi cabeza... Pero todo regresaba, él volvía para recordarme todo lo que había hecho, para recordarme que aunque quisiera huir yo tenía dueño, y debía regresar a él, aunque no quisiera.

- Veámonos en mi casa a las dos – dije y sin más colgué el teléfono.

- Hyung, ¿tú tienes a alguien? – preguntó repentinamente el menor.

- Es complicado – dije mientras regresaba a mi asiento.

- Pero ¿tienes a alguien?

- En algún momento lo tenía... Pero no funcionó, no funcionó para mí.

- ¿Lo quieres aún?

- Lo quiero, pero no de esa forma.

- ¿Él te quiere?

- Si.

-... -

- ... -

- Tienes un hogar al que regresar, hyung – finalizó dejando su comida de lago y mirando a sus dedos.

- No, no tengo un hogar... Es bastante complicado Taehyung, nuestra relación es muy complicada, no puedo decir que sea solo un alfa y un omega... Jimin es muy importante para mí, siempre lo será... Pero no quiero estar atado a él para toda la vida.