Cuatro

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- Terminamos hace ya varios meses, yo suponía que a estas alturas ya estarías mejor, es decir, siempre creí que era yo quien te tenía así de enfermo, ahora veo que no es así – dijo el rubio con tono agotado.

- Te dije muchas veces que no eras tú, esto venía de antes, años atrás, nunca fuiste tú quien me tenía así, al contrario, agradezco muchísimo que me hayas acompañado y aguantado durante casi tres años, pero Jimin, era mejor que termináramos, yo no tengo nada que ofrecerte y no mereces eso – dije mientras jugaba con mi taza de café que poco a poco se enfriaba.

- Sabes que me preocupas Yoongi, lo sabes bien. Quizás ya no estoy enamorado de ti como solía estarlo, pero te sigo amando, aunque de una manera más bien fraternal. Eres una gran persona y me duele verte así... De verdad creía que podría ayudarte a salir de esto – dijo con lamento mientras tomaba una de mis manos.

- Hay cosas que uno tiene que afrontar solo, o aprender a vivir con ellas, y sabes que mi diagnóstico no es estacionario, es algo que me va a acompañar siempre, y tengo momentos mejores y otros no tanto, pero descuida, aún estoy un poco aferrado a la vida – intervine mientras acariciaba su pequeña mano – agradezco que pese a todo sigas presente en mi vida, eres de esas pocas cosas estables en ella, y lo agradezco demasiado, pero también quiero que dejes de estar velando por mí, debes avanzar, encontrar a alguien que pueda darte la vida que yo no pude, un sentimiento puro y completo, sin peros entre medio, lo mereces más que nadie.

- No voy a dejarte nunca, te lo repito cada vez que nos vemos. Me preocupa que cada vez estás más alejado del mundo, Hoseok me dijo que casi ni te ve, solo puede comunicarse contigo por mensajes de texto, siempre cancelas cuando te pide que se junten y él no quiere presionarte, pero al igual que yo, está preocupado que te pueda pasar algo.

- Me he portado mal con él, lo sé, es solo que a veces de verdad me es imposible salir de mi departamento, incluso poner un pie fuera de la cama es un suplicio, estoy muy cansado, como si hubiese corrido una maratón y necesitara horas y días de sueño para poder recuperarme – sonreí ante la idea de estar corriendo una maratón – Pero sigo yendo a la oficina, aún tengo responsabilidades, no puedo dejar a Namjoon haciendo todo el trabajo, le agradezco que me permita trabajar desde casa, y sólo ir cuando es necesario... De a poco lo estoy intentando Jimin, de verdad que lo estoy intentando – respondí sin mirar a sus ojos, me sentía completamente cuestionado, como si pese a todos mis intentos no tenía ninguna credibilidad ante los ojos de mi exnovio.

- Me dices esto, pero sé que no has ido a terapia, ni siquiera sé si sigues tomando tus medicamentos, no puedes obviar tu enfermedad, la depresión no se cura sola porque así lo quieras, no se cura porque alguien te diga que está contigo, no se cura con dormir durante días, no se cura así Yoongi, se cura con tratamiento y esfuerzo, y lo debes saber bien, llevas años en esto, incluso creo que es algo que ha ido creciendo desde que eras adolescente, y jamás le diste la atención que necesitabas, ahora aún estás a tiempo de darte la oportunidad de tener una mejor vida.

- Siempre terminas regañándome, y tu aroma a vainilla me está mareando, estás bastante enojado ahora Jiminie – dije entre pequeñas risas al sentir como el aroma de mi exnovio se hacía cada vez más presente – Nunca puedo ocultarte nada, siempre descubres todas mis mentiras... Te prometo que retomaré la terapia, los medicamentos, sin embargo, nunca los he dejado, creo que quizás ya no me están haciendo efecto, después de tanto tiempo era obvio que dejarían de funcionar como es debido, iré para que la psiquiatra revise las dosis...

Después de un rato, Jimin se despidió, se hacía tarde y debía regresar a su hogar, había viajado exclusivamente para encontrarse conmigo y conversar un rato, cada cierto tiempo lo hacía; yo nunca quedaba con él, pero sabía muy bien los lugares que frecuentaba, y le había comentado sobre esta cafetería que había visitado y me había agradado bastante, él conociéndome desde pequeños, entendió que se transformaría en mi nuevo lugar favorito.

- ¿Puedo retirar? – preguntó una voz suave pero grave, subí mi vista y era aquel chico sonriente de cabello castaño, sin darme cuenta le sonreí y asentí.

- Me gustaría pedir otro expreso, por favor – dije mientras me acomodaba en la silla.

- Claro, lo preparo en seguida – me dijo mostrando una bella sonrisa rectangular.

Hace mucho tiempo que no me sentía intrigado por algo, Jimin tenía razón cuando decía que estaba distante, más de lo usual, había perdido interés en muchísimas cosas en los últimos meses, ya ni siquiera encendía mi reproductor de música para escuchar algo, ni mucho menos me sentaba a tocar piano, había perdido el interés.

Sin embargo, ahora tenía mi atención en este pequeño café, en sus aromas y en aquel barista que sonreía amablemente mientras caminaba entre las mesas dejando los pedidos. A veces, cuando había menos clientes y las preparaciones eran menos constantes podía sentir la tranquilidad del lugar, los aromas se limpiaban y sólo había eso, tranquilidad absoluta... Ese chico no tenía ningún aroma, y eso me resultaba fascinante.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora