Diecisiete

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- ¿Qué pasa, hyung? Luce triste – intervino el castaño mientras dejaba un platillo con galletas recién horneadas frente a mí.

El chico era bastante perceptivo, efectivamente me encontraba bastante deprimido; tras la visita de Jimin hace un par de días mi estado de ánimo había vuelto a decaer, no podía dejar de pensar en que quizás no valía la pena alejarme de él, quizás todos tenían razón y solo debía aceptar que mi vida debía ser con él y con nadie más. Marcarlo, tener hijos, vivir juntos para toda la vida... Park Jimin era una buena persona, muy tierna y preocupada, además era mi omega destinado, muchas personas me han dicho que soy un mal agradecido, que ellos matarían por conocer a su alma gemela, que simplemente no me conformo con nada; hoy creo que estoy de acuerdo con ellos.

Debería volver con él y hacer a todos felices, en realidad toda mi vida he cargado con esta depresión, es como mi fiel compañera, está impregnada en mis genes y no puedo hacer nada al respecto, más que tratarla con algunos medicamentos, pero allí está ella, conmigo siempre. Entonces, ¿Cómo puedo culparla a ella por mi rechazo hacia mi omega? No tiene sentido, no lo tiene.

Namjoon tiene razón, debo olvidarme de mi enfermedad y seguir adelante, debo asumir mi vida como es y abrazarla... Debería hacerlo... Al fin y al cabo, tampoco se qué es lo que busco alejándome de Jimin, no creo que encuentre mi lugar en el mundo y sea feliz, ya estoy bastante viejo como para saber que la felicidad es simplemente pequeños momentos en la vida, y que debo disfrutarlos... Y no pedir más.

- Hyung, está muy distraído hoy.

- Si, Taehyung, algunos problemas, mi cabeza está un poco ocupada, pero creo que ya estoy encontrando la solución... - dije mientras tomaba una galleta, olía a vainilla y canela... Esos aromas me perseguían.

- ¿No le gustan las galletitas, hyung?

- ¿Eh?... No, si me gustan.

- Son sabores tradicionales de pastelería, a mi me gustan mucho...

- Creo que me gusta más cuando hueles a café... Sin cigarrillos... Solo café.

- ¿Qué dice hyung? – soltó una risita – Si sabe que no tengo aroma...

- Para mí si tienes, Taehyung, hueles a café siempre, y es un café bien preparado... Es relajante – intervine mientras tomaba un sorbo de mi café, acto seguido miré al castaño y este sonreía sin separar sus labios, sus orejas se estaban tornando rojas y no pude evitar reír – Te has enrojecido, niño.

- Es su culpa hyung – dijo tapando sus orejas y desviando la mirada.

Lo seguí observando mientras preparaba los pedidos y lavaba minuciosamente los platos y tazas, de vez en cuando quitaba su cabello de su frente y lo ponía detrás de su oreja, dejando ver sus grandes ojos y pobladas cejas; no podía negarlo, Kim Taehyung era realmente bello y delicado, no era delicado como Jimin, era como ver una película antigua, que, pese a los malos efectos y tomas no muy pulcras, tenía un encanto que duraba décadas.

- Vamos a comer ramen cuando termine tu turno – dije de improviso.

- ¿Disculpe? – me dijo mientras espumaba un poco de leche.

- Que vayamos a comer ramen... Conozco un buen lugar que está cerca del río.

- Está bien.

Y sin más siguió con su trabajo dejando ver una sonrisita que copie inconscientemente.


A las 10 de la noche salimos de la cafetería, había ayudado a Taehyung a ordenar las mesas y dejarlas listas para mañana, mientras él hacía las últimas cuentas.

Caminamos a paso lento por las calles de la ciudad, hablamos de cosas triviales, sin mucha importancia; mi mano izquierda se deslizó naturalmente entre los dedos del menor, entrelazándolas, como si fuera la cosa más común del universo, lo más natural, como si su mano me perteneciera desde siempre; él respondió al contacto y metió nuestras manos en el bolsillo de su abrigo, en un lugar en donde estuviesen protegidas del frío y permanecieran unidas. Sonreí por el gesto, era bastante cliché y absolutamente lejano a algo que yo haría, pero... Quizás podía darme estas licencias...

Llegamos al pequeño local, era una tienda a las orillas del río Han; él fue a buscar algo para beber, le advertí que estábamos bastante lejos de su departamento, así que no iba a poder cargarlo si se emborrachaba, a lo que golpeo suavemente mi hombro y fue caminando a la sección de bebidas. Yo fui a buscar nuestra comida, dos porciones de ramen, dos huevos, salchichas embazadas y una porción de kimchi. Cargué todo y me dirigí a las máquinas para preparar la comida, al rato llegó Taehyung con dos latas de coca cola y una botella de agua.

- ¿Supongo que esto está bien?

Yo asentí y cuando todo estuvo preparado caminamos con cuidado hacia alguna mesa que estuviese libre cerca del río.

- Hace tanto tiempo que no hacía esto hyung, todo se ve riquísimo – dijo mientras separaba sus palillos.

- Lo mismo digo, hace mucho tiempo que no venía a comer con alguien acá, y las salchichas que venden acá son muy buenas, debes probarlas.

Comimos y conversamos un buen rato, estaba realmente entretenido, Taehyung tenía una habilidad impresionante para hacerme olvidar las cosas malas que estaban pasando, era como si borrara mi mente, y solo pudiese sonreír y disfrutar de su compañía.

Estuvimos unos momentos en silencio cuando repentinamente escucho a Taehyung cantar, lo miro sorprendido, su voz era realmente hermosa, tranquila y melancólica; como una película antigua.

Moon river, wider than a mile

I'm crossing you in style some day

Oh, dream maker, you heart breaker

Wherever you're goin', I'm goin' your way

Two drifters, off to see the world

There's such a lot of world to see

We're after the same rainbow's end, waitin' 'round the bend

My huckleberry friend, moon river, and me

- Tienes una voz muy bonita, y las canciones antiguas te sientan muy bien – dije cuando terminó de cantar, el me miró y sonrió - "Breakfast at Tiffany's" – asintió con su cabeza y sentí como si nuestras miradas se perdieran en la del otro, sin importar cuán oscura estuviera la noche.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora