Noventa y dos

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- Hola, ¿a qué hora regresas? Estoy en tu departamento hace algunas horas y ya estoy algo aburrido. – Soltó el azabache.

- Estoy en Daegu, Jungkook, estoy viendo algunos trámites y aprovecho de visitar a mi madre y amigos, creo que regresaré en dos días. – Soltó Jimin algo ruborizado por la llamada.

- Ah. – Se escuchó un bufido molesto. – Quería verte, hace días que no pasamos la tarde juntos, y el trabajo ha estado algo molesto como algunas personas de la empresa han viajado fuera de la ciudad...

- ¿Querías verme?

- Sí, eso te estoy diciendo, además encontré un lugar grandioso donde hacen unas crepas deliciosas, sé que te gustan las cosas dulces, así que quería ir contigo, pero no estás acá, así que tendré que posponerlo.

- Podemos ir cuando regrese, me gustaría mucho probarlas – más que ir a comer, quería pasar un rato con el alfa.

- Jimin. – Soltó el menor.

- Dime.

- Te extraño, vuelve pronto.

El mayor sintió que las mariposas se apoderaban de su estómago, realmente le hacía ilusión las palabras de Jungkook, aunque siempre mantenía algo de escepticismo con respecto a él. Sabía perfectamente que en realidad amaba a Kim Taehyung. ¿Lo amaba? No lo sabía en realidad. Luego de aceptar que su eterno amor por Min Yoongi no había sido amor real, si no más bien la costumbre de perseguirlo y la presión que su madre ejercía sobre él para que estuviesen juntos, ahora simplemente dudaba de cualquier confesión de amor o cariño, por más mínimo que fueses, y por lo mismo, se preguntaba si el amor tan tremendo que Jungkook decía sentir por el castaño era realmente amor, o una forma obsesión incontrolable. No lo sabía.

Sin embargo, le daba ilusión escucharlo decir esas esas cosas, y más cuando estas estaban dirigidas a él. ¿Realmente alguien lo extrañaba y quería hacer planes con él? Definitivamente sentía mariposas en su estómago, y esto le daba algo de miedo, no quería enamorarse de Jungkook, más ahora cuando tenía pensado irse de Corea para siempre.

Sus planes eran simples; resolvería sus problemas con las personas a las que había herido, hablaría con Yoongi, con su madre, con su Jeongyeon y Yunho, y luego se largaría para no volver jamás. Tenía algo de dinero guardado y su cuenta de ahorros contaba con una gran suma que había heredado de su padre al que por supuesto tenía que ir a ver antes de irse de Daegu. Todo estaba perfectamente planeado y quizás agregar en su lista "tener una cita con Jeon Jungkook" no sería del todo malo. Una últma vez, un último beso y luego un adiós, eso sonaba bien para él. Jimin quería un cierre definitivo de lo que había sido su vida hasta ahora, y una vez sus pies no estuvieran más sobre Corea, él se convertiría en otra persona, alguien desconocido para todos, y que tuviese un futuro libre de cualquier tipo de responsabilidad que no fuera aceptada por si mismo.

- ¿Jimin?

- Ah, perdón, me quedé pensando en algo. ¿Qué decías?

- Que el fin de semana suena bien para mí, pasaré por tu casa a eso de la hora de almuerzo, vamos al comer algo y paseamos por ahí. Luego podemos volver a tu departamento y bueno, ya veremos. – Sabía perfectamente a qué se refería con ese "ya veremos".

- Me parece excelente, ahora debo irme, acabo de llegar destino y una conocida me está esperando, nos vemos conejo revoltoso.

- Nos vemos hyung.

Jimin abrió la puerta de la cafetería y allí en una mesa cercana pudo ver a la que hace algunos meses consideraba su mejor amiga; Jeongyeon había cortado nuevamente su cabello, se veía pensativa, pero despedía un aroma lleno de tranquilidad, eso calmó un poco a Jimin, ya que pensó que ella le saltaría a morderlo y gruñirle a penas lo viera entrar.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora