Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia Completa

Cuarenta y nueve

Pajarillos, eso era lo que escuchaba a la distancia. Cantaban tan armónicamente que me hicieron sonreír. Me sentía relajado y contento, como si hubiese dormido durante décadas, recuperando todo el cansancio y estrés que tenía acumulado desde el inicio de los tiempos.

Me estiré un poco y acomodé en mi lugar, estaba tan cómodo y calentito, mi brazo buscó una mejor posición y caí en cuenta de la realidad; mi mano tocó el torso desnudo de mi alfa, yo estaba durmiendo sobre él ocupando su cuerpo como si de una almohada se tratase, mi pierna derecha estaba completamente encima de su cuerpo, aprisionándolo, y no pude evitar sentir vergüenza porque estábamos desnudos bajo las frazadas, y mis piernas cubrían toda su intimidad, sin mencionar que de seguro él me sentía a mi también. Mis mejillas se sentían arder e incluso llegaban a ruborizar mis orejas.

- No despiertes aún, quiero seguir durmiendo – dijo medio dormido mi alfa con una voz extremadamente ronca y adormecida, su brazo que se posaba por debajo de mi cuerpo y afirmaba mi cintura me acercó más hacia él, su aroma era tan fuerte, olía tan bien, que me hizo olvidar mi vergüenza inicial; me acurruqué contra su cuerpo para seguir descansando.

La noche anterior había sido increíble, me había armado de valor para dar el primer paso y dejarme llevar por mis deseos. Tenía tanto miedo de ser rechazado que prefería ir por todo, si Yoongi me rechazaba que lo hiciera de una vez, eso pensé mil veces mientras intentaba acortar la distancia de nuestros cuerpos.

Su aroma era tan fuerte y provocaba sensaciones extrañas en mi cuerpo, me llevó a olvidar la vergüenza e incluso mi inexperiencia, podía sentir su excitación, y eso me calmó, quizás todo terminaría mejor de lo que había pensado.

Los besos y caricias escalaron exponencialmente, y me vi desnudo frente a él, jugué sin ninguna censura, y toqué los lugares que quise, incluso me atreví a ser quien manejaba la situación en algunas instancias. Cuando el momento llegó, pude ver en la mirada de Yoongi su decisión, él no tenía inseguridad en sus acciones, él iba a continuar sin pudor, y yo lo seguiría.

Si bien tenía algo de experiencia, nunca pensé que el paso del dolor e incomodidad inicial al placer y excitación fuera tan glorioso, no me esperaba eso en absoluto, no me esperaba dejarme llevar de tal manera, no esperaba gemir y pedir por más, pensé que eso era parte de la exageración de mi información de referencia; que equivocado estuve.

El clímax tomó toda mi energía y caí sobre su cuerpo sin poder mover un músculo más; él de improviso me mordió, comprendí que no fue una marca, pero si duraría algunas semanas; en ese momento sentí mi cabeza desconectarse, todo mi cuerpo lo sintió en su máxima expresión, las sensaciones eran demasiadas para poder ser descritas y sin previo aviso cuando creí que todo había acabado y mi respiración comenzaba a calmarse, sentí como ronroneaba cerca de mi oído y el punto de unión de nuestros cuerpos se tensaba ante una oleada de estímulos, sonidos y movimientos, el roce de nuestros cuerpos provocaba sonidos tan obscenos y embriagantes, yo estaba fuera de mí, esa última ronda terminó por quitar la última gota de energía que mi cuerpo tenía, incluso mientras mi alfa seguía embistiendo con fuerza, mis piernas tenían continuos espasmos, como si mi cuerpo estuviese soltando cargas eléctricas.

Recostado ahora sobre el cuerpo desnudo de mi alfa, solo podía pensar en repetir esas experiencias con él nuevamente. Definitivamente la noche anterior sacó toda la lujuria que había tenido escondida en lo más profundo de mi ser.

 Tras algunas horas Yoongi se levantó para preparar algo para comer, no sabía que hora era, pero mi estómago estaba rogando por algo delicioso. Él se giró sobre la cama y se puso de pie con cuidado de no moverme demasiado y caminó sin importarle su desnudez hacia el cuarto de baño; yo lo miraba con la frazada tapando la mitad de mi rostro, no pude evitar sonreír, al verlo recordaba haber tocado y lamido cada centímetro de su cuerpo, y eso me hacía chillar de emoción.