Cuarenta y seis

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Estaba atardeciendo y la temperatura comenzaba a bajar, las personas que pasaban junto a él caminaban rápido tras un largo día de trabajo y preocupadas de mil cosas que en realidad al rubio no le importaban; él sacó su celular y puso abrió la aplicación de la cámara para verificar su apariencia, se acomodó un poco la boina negra que traía y sacó un bálsamo de su bolsillo para humectar sus labios, dándoles una leve tonalidad roja.

Si sus informantes no se equivocaban la persona que esperaba debía pasar por esa calle en algunos minutos, según le informó Namjoon, el chico de cabellos negros y facciones infantiles era bastante quisquilloso con su rutina, por lo que siempre salía de la oficina a la misma hora y se despedía de su amiga algunas cuadras antes de llegar a su locación actual.

Jimin guardó su teléfono y el bálsamo en su abrigo, y tomó el vaso de café, que para esas alturas ya estaba frío entre sus manos y miró hacia la esquina; allí venía, un chico alto de cabello azabache, con facciones infantiles y cuerpo musculoso, el aroma era distintivo, un chocolate con menta fuerte que era perceptible incluso a los metros que tenían de distancia. Park Jimin estaba listo para actuar.

Caminó en dirección contraria al azabache aparentando descuido con su café en la mano y bebiendo pequeños sorbos; todo estaba listo, sólo debía interceptarlo, y eso era inevitable.

En el rabillo de su ojo lo vio, el peligro iba concentrado en su celular y con un último impulso colisionó con él aplastando su café, derramando el contenido tanto en su abrigo como en la ropa del chico que tenía al frente, en un gesto un tanto exagerado pero lleno de delicadeza se dejó caer al suelo soltando un pequeño chillido.

- ¡Dios mío! Disculpa, no estaba viendo por dónde caminaba, lo siento tanto. – Dijo sorprendido tras el impacto el chico pelinegro, que lo miraba con sus ojos muy abiertos e intentaba recoger las cosas que ambos habían tirado al suelo.

- No te preocupes, y-yo tampoco estaba viendo por donde caminaba, soy tan despistado, lo siento tanto... - Dijo limpiando su abrigo con una de sus manos y acto seguido hizo contacto visual con el chico frente a él. - ¡Mira cómo te dejé! Espero no te haya quemado mi café, Dios, que vergüenza más grande – lamentó mientras sacaba un pañuelo del su bolsillo y comenzaba a limpiar delicadamente la chaqueta del chico. – ¿Cómo puedo remediar esto? Soy un omega tan torpe, lo siento tanto – dijo haciendo un pequeño puchero, dejando ver sus labios brillosos.

- N-no te preocupes... Ven te ayudo a levantarte – respondió extendiendo una mano al rubio – derramé tu café, t-te invito uno, ven debo compensarte por esto... Pasemos al café de la esquina, por favor. – Intervino algo nervioso. – Soy Jeon Jungkook.

- Un gusto, yo soy Park Jimin, y disculpa nuevamente – respondió sosteniendo su mano y poniéndose de pie sin desvanecer su sonrisa.

- Entonces, ¿aceptar un café Jimin-ssi? – preguntó el menor sin dejar de sostener la mano ajena.

- Mmm... - dudó un poco el de baja estatura. – Está bien, la acepto, pero yo invito los pastelillos.


Jimin se acomodó en la silla dejando su abrigo a un lado, con sus manos estiró un poco su camisa y retiró su boina dejándola a un costado; miró cohibido al joven frente a él; si no fuera esto un plan para recuperar a su alfa, quizás... Solo quizás, estaría interesado en el chico sonriente frente a él; sus facciones eran muy atractivas, y podía sentir su amabilidad, pero por, sobre todo, su aroma era delicioso, totalmente cautivador.

Miraba como el chico frente a él movía sus labios en una constante conversación amigable, que detenía solo para comer un poco de paste de zanahoria y tomar un sorbo de té, luego continuaba hablando. Le comentaba que era estudiante de arquitectura y que estaba haciendo su pasantía en una empresa muy reconocida en el ambiente, además le comentaba que amaba cantar y que practicó baile urbano cuando estaba la escuela. Jimin no pudo evitar interesarse por esto, él cuando era pequeño soñaba con convertirse en bailarín contemporáneo, logró estudiar un poco la disciplina, pero su madre insistió en que debía enfocarse en cosas más productivas que tuviesen frutos cuando fuera mayor; nunca más bailó.

Mientras escuchaba de fondo la melodiosa voz de Jungkook se preguntaba ¿Cómo hubiese sido su vida si no fuera un Park? ¿Cuántos cosas habría vivo con emoción? ¿Cuánta gente hubiese conocido? ¿Dónde hubiese estudiado danza? Y muchas otras cosas; su vida de seguro sería emocionante y divertida, llena de desafíos y caídas, pero él decidiría cómo iba a seguir su camino... No pudo evitar pensar en Yoongi; de seguro él también había pensado esto, pero tuvo el suficiente coraje de dar un paso al lado y comenzar a vivir.

Jimin no tenía coraje.

- Disculpa, he hablado todo el rato yo, pensarás que soy narciso o algo así, pero no, no es así... - dijo el azabache llamando nuevamente la atención del rubio.

- Ni lo digas, eres bastante entretenido Jungkook, me llama la atención las cosas que haces en la universidad, debe ser muy difícil poder hacer todo eso en una semana, son tantos trabajos y proyectos, yo no podría – respondió riendo suave.

- ¿Qué estudiaste tú? – preguntó curioso el menor.

- ¿Yo? Nada.

- ¿Nada?

- No, nada... No tenía gran interés en los estudios; así que ayudo un poco a mi madre en su trabajo, pero no es nada del otro mundo.

- Por tu abrigo puedo decir que mal no vives – Jimin abrió de sobremanera sus ojos. – Disculpa, disculpa, no quise decir eso, es que es una marca bastante cara, yo no pensé lo que dije – intervino avergonzado.

- No me ofendo Jungkook, tienes razón, mi familia tiene dinero así que no importaba si yo estudiaba o no, mi hermano se quedará con la compañía y yo, soy un omega así que solo debo casarme y listo.

- Lo dices como si por ser omega no tuvieses más opción.

- Es porque no tengo ¿Qué cosa puede hacer un omega? Cuidar a su alfa y encargarse de la familia.

- Vamos, eso lo pensaba mi abuela, hace décadas que las cosas cambiaron.

- Pues no cambian para todos, sabes. Son viejas costumbres arraigadas a ciertos grupos, por desgracia yo estoy ahí y no hay mucho que hacer.

- Y, ¿Qué soñabas hacer cuando eras niños? Algo debes haber querido, cuando uno es niño no tiene tan metidas estas ideas de los adultos. ¿Qué querías hacer en tu futuro?

- Yo... - Sería prudente hablar de esas cosas con aquel chico, toda esa conversación era parte de su plan, un plan ridículo y egoísta, pero Jungkook le sonreía, ¿por qué no ser sincero? Ser sincero podía darle puntos al final de todo esto. – Quería estudiar danza contemporánea, estudié algunos años, pero era más un pasatiempo que otra cosa... Me parecía una disciplina muy bonita.

- Creo que serías un excelente bailarín.

- No me has visto bailar, quizás soy terrible.

- Si, puede ser, pero quiero creer que no. Sabes, no tienes que seguir las reglas del resto, imagina que vas a vivir toda tu vida pensando que quizás pudiste haber hecho otra cosa, tomar otra decisión y hacer lo que tú realmente querías... Conozco a un omega que... Toda la vida le dijeron que no podía hacer las cosas que soñaba, que debía asumir su realidad y solo vivir considerando sus desventajas... Pero él nunca lo aceptó, luchó, luchó y luchó, y si bien hay cosas que no puede cambiar, no deja que los demás le digan qué debe hacer, no deja que el resto crea que porque es un omega es una persona débil que debe ser cuidada y tratada como algo delicado, porque él no es delicado, él es un omega fuerte, es una persona fuerte, y eso me da mucho orgullo, me hace pensar que yo mismo debo luchar por mí, por lo que realmente deseo.... Y tú Park Jimin, deberías hacer lo mismo, deberías luchar por tus sueños, aunque des pequeñitos pasos, eso será un inicio, eres joven y puedes llegar a tener una vida increíble, solo debes salir de esa burbuja en la que estás. – Dijo Jungkook con convicción.

- Eres un entrometido niño... Pero, me gusta que alguien me diga esas cosas, me haces sentir que quizás tengo otra opción... Gracias. – Jimin sintió su corazón calentarse, era una sensación tibia a tranquila y le gustaba como se sentía; lamentaba que las palabras de Jungkook llegaran tan tarde en su vida, quizás todo hubiese sido distinto si las personas a su alrededor no lo hubiesen tratado como un objeto de intercambio para sellar acuerdos y negocios. – Definitivamente nuestro encuentro fue debido al destino Jungkookie.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora