Dieciocho

385 91 3
                                    

- No quiero sonar descortés o incomodarlo, pero tengo bastante curiosidad... ¿Puedo preguntarle algo, hyung? – dijo mientras sostenía su lata de refresco con sus dos manos.

- Claro, pregunta.

- ¿Algo malo pasó que estaba tan deprimido hace unas horas?

Lo miré de reojo, evidentemente se había dado cuenta, no era necesario sentir mi aroma para darse cuenta de que algo me sucedía.

- ¿De verdad quieres escuchar las penas de este triste alfa? – le pregunté sonriendo.

- Por supuesto que quiero, cuando hablas y compartes tus tristezas, estas dejan de doler tanto, así que soy todo oídos, hyung.

- No sé si recuerdas, una de las primeras veces que fui al café me encontré con un chico rubio, bastante bonito y sonriente; él es Jimin, es mi omega... Él y bueno todas las personas que nos conocen dicen que somos predestinados, que debemos estar juntos para siempre, y quizás así sea, en realidad no sé – hice una pausa para tomar un bocado de comida – Nos conocemos desde que éramos niños, siempre hemos estado juntos, yo lo cuidaba y el me acompañaba, siempre juntos; lo cotidiano nos llevó a convertirnos en pareja durante la secundaria, no puedo decir que no sintiera nada por él, realmente lo quería y quiero demasiado, pero no sé si lo que siento es amor, o no al menos la clase de amor que él espera de mí... Cuando comencé a estudiar en la universidad comencé a caer en la realidad, yo siempre viví encerrado en una burbuja, mis padres la habían creado para mí y yo estaba bien en ella, estaba cómodo y aparentemente contento. Tenía un pequeño grupo de amigos, un novio encantador, una familia y todo se veía perfecto. Pero no era así, las cosas se comenzaron a desmoronar cuando me di cuenta de que jamás había tenido el control de mi vida, todo se me era dado, era guiado hacia ciertos caminos sin siguiera darme cuenta, y era obligado a abrazar ese destino.

Comencé a sentirme triste, comencé a tener millones de pensamientos y todos me angustiaban, temía salir de mi casa y que la gente supiera que solo era un niño de una familia acomodada que había tenido una vida fácil; mi forma de habla, mi postura, mis gestos, mi apariencia, en definitiva, todo delataba quien era. Una tarde simplemente colapsé; Namjoon, un compañero de clases me encontró a punto del desmayo cerca de la entrada de la universidad, recuerdo que mis piernas no podían sostener mi peso, estaba sudando demasiado, como nunca en mi vida, pero sentía un frío gélido, las nauseas amenazaban con llegar en cualquier momento, y mi respiración era todo menos normal. Namjoon me tomó y llegó al hospital; había sufrido un ataque de pánico, y los exámenes indicaron que tenía un grado de estrés tan alto que estaba provocando serios problemas al colon; simplemente me dijeron que debía parar, detener todo lo que estaba haciendo.

Congelé mis estudios durante semestre, el primer mes fue horrible, las constantes visitas de mi madre suplicando que regresara a Daegu con ella, que junto a Jimin me cuidarían, era una idea que me hacía temblar. Todo se terminó de derrumbar rápidamente, fui diagnosticado con depresión y cuando mis padres se enteraron me transformé en la decepción más grande que habían tenido, porque no era un hombre fuerte, dejaba que cosas simples me abrumaran y en definitiva no podría cumplir con sus expectativas. Después de eso no salí de mi casa durante semanas, no vi a nadie, solo dormí, dormí y dormí, solo salía para comprar más pastillas para dormir, simplemente estar despierto era tan horrible que no valía la pena si quiera intentarlo.

Una tarde sonó el timbre de mi puerta, pensé que era el chico del reparto y sin revisar la abrí; estaba equivocado, era Park Jimin.

Me dijo que estaba preocupado porque no contestaba las llamadas de nadie, que no podía soportarlo, según él, sentía mi sufrimiento y necesitaba hacer algo por mí. Pensé ingenuamente que hablaría conmigo, que me escucharía y entendería, y que podría nuevamente sentir que mis pies no estaban flotando en la nada, pero no fue así.

Él tenía su discurso aprendido, él debía asegurarse que yo volviera a la universidad, que hablara con mis padres y les pidiera perdón, que debía dejar de cuestionar las cosas y que debía ser agradecido, claro, muchos tienen vidas difíciles y yo estaba aquí sufriendo porque prácticamente nunca tuve que levantar una mano para tener lo que tengo. Pero sus palabras más que alentarme, me recordaron una vez más qué es lo que era... El fracaso de ser humano que era; él sintió el cambio en mi aroma y se asustó, comenzó repentinamente a darme besos y realizar caricias, yo estaba complemente ausente.

Finalmente lo consiguió y tuvimos sexo, creo que fue la vez más horrible para ambos, yo estaba asqueado completamente, sentía repulsión por sus caricias, por todo lo que él significaba en mi vida, por las ataduras que nos unían, los compromisos, las relaciones impuestas, y cada gemido parecía falso, parecía que él tampoco sentía nada, pero lo intentaba, gemía más fuerte y con locura, como si estuviese extasiado, cuando sabía que no era así; cuántas veces habíamos tenido sexo sin sentir nada y lo habíamos obviado, seguíamos amándonos sin que esto fuera real, era un compromiso, un lazo del destino que nos estaba ahogando de a poco... Al terminar él ladeó su cabeza esperando que después de tantos años, finalmente me decidiera a marcarlo como mío, y dentro de lo irreal de la situación que estábamos viviendo e inmerso es una sensación de angustia y desarraigo, me acerqué a su cuello con todas las intenciones de marcarlo y al fin reclamar algo como mío, pero su aroma llegó con intensidad a mi nariz, ese aroma a vainilla y canela tostada, era tan fuerte y agrio, estaba tan lleno de temor y obligación, que no pude, no pude marcarlo... Él que había estado sentado sobre en todo momento se apoyó sobre mi pecho para descansar y siendo un gran hijo de puta le dije: "Debemos terminar".

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora