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Ese día SooBin no estaba de muy buen humor. En realidad, últimamente nunca estaba de buen humor, aunque esa mañana estaba peor.

Se miró al espejo. Ojeras, labios secos y mal estado físico. Había dejado de hacer ejercicio, de arreglarse y de tratar de verse decente, ya no le veía sentido a eso

Se duchó, se puso su uniforme, tomó su mochila y se dirigió a su escuela. No tenía ganas de ir realmente, hacía casi dos semanas que no se hablaba con YeonJun, cómo consecuencia, BeomGyu y TaeHyun se habían alejado de él. No los culpaba, los entendía un poco, debían decidir a quién apoyar, y eligieron al mayor, y sinceramente, prefería que fuera así y no que dejaran de lado a YeonJun.
De todas formas, él tenía a Kai, y aveces hablaba con DongMyeong.

Aún así, se sentía muy solo.

Solía quedarse callado la mayoría del día, solo hablaba si era necesario. Esos días, sus compañeros y chicos de otros cursos solían empujarlo disimuladamente en los pasillos, sabía que lo hacían a propósito, pero él pretendía no saberlo.

Una de las salidas de toda esa mierda era ésta:

Ser sincero, decir la verdad y volver con su hyung, exponer su sexualidad y relación con YeonJun abiertamente y sin vergüenza.
Y que todos lo sepan.

¿Qué era lo peor que podría pasar?

¿Qué sus compañeros hablasen mal de él? ¿Que lo molesten? ¿Que lo golpeen como al hermano de DongMyeong? ¿Que molesten a YeonJun? ¿Que los profesores le dificulten la vida? ¿Que las personas lo desvaloricen? ¿Que se entere su madre? ¿Que lo eche de la casa? ¿Que lo odie por el resto de su vida?

Vió aquél edificio gigante, al cuál muchas personas llamaban "segundo hogar".

Odiaba la escuela.

O más bien, odiaba lo que pasaba dentro de ésta.

Corrió detrás del edificio.

Apoyó su espalda contra una de las paredes, mientras miraba el patio gigante. Respiraba agitadamente, casi no escuchaba los gritos y conversaciones que se oían dentro de la escuela, provenientes de los estudiantes.

Respiraba agitadamente, sus manos temblaban y lágrimas salían de sus ojos. Sudaba.
No era la primera vez que le pasaba aquello, solo que había pasado un tiempo largo desde su último "ataque".

Se sentó en el suelo, para poder calmarse.
Poco a poco, su corazón se calmaba y podía respirar tranquilamente.

Mientras estaba en un debate mental entre si entrar a la escuela o no, alguien apareció sorpresivamente, casi dándole un susto.

–¡Joder!– gritó asustada y al instante se tapó la boca. Era una chica delgada, cabello azul corto y con uniforme, aunque no el de su escuela– Lo siento, usualmente suelo venir aquí y no hay nadie.

–Oh, está bien– SooBin vió su mano, en ella se encontraba un cigarro casi terminado.

–Yo... Uh... ¿Te molesta si fumo aquí? Es que no tengo otro lugar tranquilo dónde hacerlo.

SooBin negó y le chica le agradeció mientras se sentaba un poco alejada de él.

Se preguntó de dónde era la peliazul, de qué escuela, y si tenía edad para fumar.

–Los chicos que atienden en el mostrador siempre son unos babosos, con coquetearles un poco basta, te dan lo que quieres sin importar tu edad– comentó, al parecer podía leer la mente, o quizás SooBin la estaba mirando demasiado y se había dado cuenta.

–Uh, lo siento, no quería incomodarte– dijo algo avergonzado, no era muy bueno para hablar con desconocidos.

–No importa, está bien– tiró el cigarro y sacó una pequeña caja y un encendedor de su bolsillo– ¿Quieres?– ofreció.

SooBin no lo pensó mucho, la verdad, ya no quería pensar.

Asintió y llevó uno de los cigarros de la caja a su boca, la peliazul lo prendió por él.

Llevó el humo a sus pulmones, pero rápidamente tosió. La sensación del humo en su garganta no era muy agradable.

–¿Es la primera vez que fumas, verdad?– SooBin asintió, aún tosiendo– Hazlo despacio, lleva el humo lo más que puedas hasta tus pulmones, y luego expulsalo lentamente.

Y SooBin lo hizo.

La sensación del humo en la garganta y el gusto a cigarro seguían siendo desagradables, pero el leve mareo que sintió en su cabeza, le gustó. Realmente le gustó.

–Hey, es el único que te daré, solo me quedan dos– ambos rieron.

–Está bien, de todas formas no creo que pueda con más.

La peliazul lo miró y se acercó un poco a él.

–Soy RyuJin– sonrió y mostró su puño, el contrario rió un poco.

–SooBin– chocó su puño con la chica.

Ambos sonrieron y en silencio siguieron fumando.

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cap. editado ♡


𝔸𝕟𝕕 𝕨𝕙𝕒𝕥...? ➣ 𝘚𝘰𝘰𝘑𝘶𝘯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora