CAPÍTULO 1 - AMANECER

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Él terminó de subir el pantalón negro hasta su cintura, mientras sus manos suben el cierre y abrochan el botón. Aún descalzo, camina hacia el otro lado del balcón, sintiendo la brisa que ingresaba por la ventana y chocaba de frente contra su pecho desnudo, de tez morena.

Observando el afuera, sus ojos marrones solo registraban infinidades de edificios en la ciudad, la cual permanecia a oscura, con una tenue iluminación producida por los faroles que habían a los alrededores.

Una vez más, el moreno se tomó el tiempo de inahalar el fresco aire, mientras sus manos presionaban la barra fría de metal en el balcón.
Escuchando el leve sonido de algunos pájaros, éstos lo obligaron a que levantara su mirada hacia el cielo para así observarlos sobrevolar a lo alto.

— Pensé que ibas a dormir un poco. — se escuchó una voz rasposa, la cuál provenía desde el interior de la habitación.

— No es lo mío. — respondió el moreno al girar, para luego dar un paso adelante y pasar por al lado del cuerpo blanco y desnudo que lo miraba.

Al sentir la presión en su brazo, el moreno se detuvo y observó por un momento al hombre desnudo de cabello plateado y desordenado, quien se fue colocando frente a su rostro, impidiendo que avanzara.

— No es lo tuyo pero, esta vez te quedaste más tiempo. ¿Es eso alguna señal? — preguntó el más bajo mientras recorría con una de sus manos el pecho del moreno.

— Fui claro desde el comienzo Patrick, así que no te confundas conmigo. — quitó la mano ajena y continúo con su trayecto, levantando una camisa negra en el camino.

— Eso lo sé, señor sin gracia. — respondió Patrick caminando hacia la mesita de noche y tomando un paquete de cigarrillos para luego encender uno.

Por otro lado, el moreno terminó de abrochar el último botón de su camisa y paso a colocarse los zapatos, mientras sentía el peso de Patrick desde el otro lado de la cama desordenada.

— ¿Debo seguir esperando a que me escribas? — preguntó Patrick sentado en la cama, mirando el gran ventanal mientras fumaba. — Quizás yo podría...

— No. — respondió de inmediato el moreno, acercándose a la mesita de noche para tomar su celular. — Ya debo irme.

— Como quieras Taehyung. — dijo por último, levantando una de sus manos para despedirse sin mirarlo mientras la puerta se cerraba.

El movimiento se incrementaba de un lado a otro, los transeúntes caminaban a paso veloz, deteniéndose solo frente a la luz roja que les impedía continuar pero que le otorgaba el paso a los vehículos que transitaban por las angostas y grises calles.
Observando desde la ventana, el jóven de cabello castaño se levantó de su asiento y caminó hacia la parte trasera del autobús. Presionó el botón y el chófer pudo escuchar el timbre. Poco a poco la velocidad del transporte fue disminuyendo hasta detenerse por completo.
Las puertas se abrieron y el castaño bajó del autobús.
Sacando el celular del bolsillo de su pantalón negro, miró la pantalla de su dispositivo y verificó la hora que marcaba, 7:50 AM.
A solo diez minutos de que empezara su primera clase, el jóven de tez blanca guardó su celular nuevamente. Aún le quedaban tres cuadras para llegar a su destino, así que sin más, se dispuso a correr sintiendo el peso leve de su mochila agitada por el movimiento, lo que hacía que golpeara su espalda.

A medida que incrementaba su andar, logro aproximarse cada vez más cerca a su objetivo, percibiendo que ciertas voces ajenas se empezaban a escuchar con más claridad y fue entonces que alcanzó a distinguir ese gran edificio que se asomaba.

Vmin - Magnetismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora