CAPÍTULO 9 - RESTITUIR

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El viento fresco despeinó su cabello castaño, haciendo de costumbre un movimiento con su mano para peinarlo hacia atrás. 

Jimin caminaba en soledad por el campus de la universidad, donde unas cuantas voces se hacían oír, atrayendo la atención de las miradas ajenas y de la suya también.

—¡Hey, compañero! — se escuchó la voz de una chica mayor a él. — Te robo un minuto. — se acercó sosteniendo unos folletos en sus manos.

— Ah, estaba de salida. — comentó el castaño.

— ¡Mucho mejor! Soy Suni, estudiante de dirección coreográfica. ¿De qué carrera eres?

— De música.

— Genial, entonces te interesará participar de nuestro taller de baile...

— Pero no soy de baile.

— No es necesario que tengas conocimiento, simplemente estamos realizando una actividad para enseñar algunos estilos. — le pasó uno de los folletos a Jimin — Esos son los días y horarios que se estará llevando a cabo el taller.

— Oh...

— Es sin compromiso. Las primeras dos clases son independientes, no tienes que pagar ninguna comisión y luego, si te interesa, puedes inscribirte en la academia para aprender algún estilo de baile. Ademas son dictadas por algunos de los estudiantes que son del último año de la universidad.

— Entiendo —  asintió el castaño. 

— Si conoces de alguien que le interese, puedes pasar la voz, o incluso traerlo. Por cierto, ¿cuál es tú nombre?

— Jimin.

— Bueno Jimin, espero contar contigo, en verdad te prometo que la pasarás increíble y que aprenderás divirtiéndote. — Suni guiño un ojo mientras sonreía.

— Ok. — dijo mientras rascó su cabeza.

— No lo pienses mucho, solo anímate. — caminó hacia atrás mientras sacudía una de sus manos. — Nos vemos Jimin.

Tras salir de la universidad, el castaño se dispuso a caminar a la residencia en vez de ir por el transporte público. Lo que le llevaría el doble de viaje pero que no le molestaba dado a que el día aún estaba siendo agradable. 

En su recorrido, Jimin pasó por un parque donde había varias personas disfrutando del ambiente cálido. El sol todavía no se ocultaba y muchos niños, que salían de las escuelas cercanas a la zona, se divertían en el tobogán y los columpios. Lo que hizo recordar al mayor, sus juegos preferidos durante su infancia. Pero dicha sonrisa que reflejaba en su rostro, fue interrumpida por el grito de un joven que lo alertó.

— ¡Cuidado, a un lado! — gritó el rubio sosteniendo unas cuatro correas en sus manos, de las cuales lo arrastraban hacia adelante.

Jimin al girar su cuerpo, fue empujado hacia atrás con cuatro perros arriba suyo, sintiendo su rostro humedecido por algunas lamidas de los caninos que pronto fueron alejado de él.

— En verdad lo siento mucho...— se disculpó el rubio observando al castaño que trataba de levantarse del suelo. — ¿J-Jimin?

— Lucas — el castaño lo miró para luego ver la mano extendida del rubio para ayudarlo a levantarse.

— Oh Jimin, no sabía que eras tú, yo...— explicó Lucas mientras continuaba sujetando fuertemente de las correas para alejar a los perros del castaño.

— Descuida — Jimin sacudió con sus manos el detrás de su pantalón y acomodó su mochila sobre su hombro. — ¿Y esos perros?

— No son míos, solo es un trabajo de medio tiempo que estoy haciendo por estos días. 

Vmin - Magnetismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora