CAPÍTULO 6 - ANTIFAZ

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Había pasado casi una hora y el de cabello negro seguía hurgando en el interior del pequeño armario del castaño, quien sentado sobre su cama, introducía sus brazos en los orificios de la camiseta a rayas, color vino.
Una vez de pie, se ajustó el cierre y botón del pantalón negro, que definía mejor el contorno de su delgada cintura y piernas.

— ¡Iré vestido así Kook! ¡Ya deja de meter tus manos en mi ropa! — Jimin se acercó para alejar al intruso de su armario y quitarle unas gafas negras de sus ojos.

— ¡Oye! Solo intentaba ayudarte. Es importante que te veas bien. — respondió Jungkook, cruzando de brazos.

— Si, bueno gracias pero yo me siento bien así. — señaló mientras dejaba sus gafas sobre el escritorio.

— Si que lo haces difícil Jimin-ssi — Jungkook se acomodó la campera de cuero negro.

— ¿No deberíamos subir? ¿Dónde está Yugyeom? — preguntó Jimin observando la hora en su celular.

— Él ya subió hace bastante y me dejó lo más difícil, como siempre.

— Te dije que no tenía ganas de ir a esa fiesta.

— ¿Y quedarte acá, solo y aburrido, mientras arriba está la diversión?

— Pero...

— ¡Pero nada! — se acercó a la mesa y tomó el par de antifaces negros, entregándole uno a Jimin — Póntelo y subamos.

— ¿Es necesario? — preguntó mientras cubría sus ojos con el antifaz.

— Créeme, si vas a hacer estragos arriba, es mejor que nadie te reconozca al otro día. — río mientras empujaba los hombros de Jimin para sacarlo de la habitación.

A medida que el ascensor subía los pisos, las cuatro paredes empezaban a vibrar, hasta que las puertas se abrieron y fue entonces que el golpe de la música entro de lleno a los oídos de los recién llegados.

Los cuerpos chocaban y se rozaban unos con otros, mientras los rostros permanecían cubiertos por los antifaces negros y otros en color rojo.

La terraza estaba siendo iluminada por una red de pequeñas lámparas, las cuales se extendían por todo el recinto hasta llegar a una angosta mesada, donde se situaban dos jóvenes que se disponían a la preparación de bebidas.

En otro sector, se vislumbraba al DJ, quien sujetaba con una de sus manos sus audífonos y con la otra monitoreaba la bandeja de sonido.

— ¡Te dije que sería bueno venir! —dijo uno de los jóvenes, alzando la voz para ser escuchado por su acompañante.

— Aún no puedo reconocer a Jimin. No creo que viva en esta torre Bogum.

— La fiesta recién comienza Lucas, no seas negativo. Más bien, podrías tratar de bailar con alguien. — señaló a un grupo de chicas.

— Bogum...

— ¡Ven! — dijo arrastrando a Lucas del brazo.

En otra parte de la ciudad, las cinco botellas se juntaron para chocar entre ellas, produciendo un leve chasquido, para luego vaciar el contenido.

— ¡Es la última y se largan! — dijo arrastrando las palabras el más bajo, de piel blanca.

— ¡¿Qué?! No nos dejas entrar a tu bar, ¿y ahora quieres echarnos de tu departamento Suga? - se quejó el de cabello marrón.

— No recuerdo haber abierto la puerta para ustedes, Jin.

— Es verdad, lo hizo Taehyung. — señaló al moreno.

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