CAPÍTULO 76 - INCERTIDUMBRE

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Durante los siguientes días, posteriores al último encuentro que habían tenido Taehyung y Jimin, no volvieron a verse y mucho menos habían cruzado palabras.

Estaba más que claro que ambos estaban respetando el tiempo del otro después de aquel altercado ocurrido en la residencia.

Fue así que el moreno pasaba gran parte de los días trabajando en la agencia y en el bar de Suga hasta horas muy tardes ya que prefería concentrar su mente en otras cosas y no en los recuerdos de su pasado que continuaban visitándolos cada noche.

Esas pesadillas empezaban a tornarse de forma recurrente en Taehyung y eso lo inquietaba cada día más.

El cansancio que estaba sobrellevando sobre sí mismo parecía estar agotando su energía por completo y a veces el único recurso que encontraba para olvidar era a través de alguna lata de cerveza, siendo consciente en muchos casos de que no debía ser así pero la culpa parecía ganar en él.

Por otro lado, Jimin había comenzado como ayudante de los talleres de baile para los niños que Eric finalmente llevó a cabo durante esa primera semana de vacaciones.

Sin dudas resultó todo un reto para el castaño pero a medida que las clases avanzaban su relación con los niños mejoraba y sin buscarlo logró que ellos conectarán más con él que con el propio Eric, al menos era lo que se reflejaba en los más pequeños que lo seguían y le consultaban absolutamente todo.

Además de sus obligaciones laborales, tanto en la academia como en el restaurante, a Jimin no le resultaba del todo fácil no pensar en su relación con Taehyung. Una parte de él lo extrañaba y le pedía a gritos ir a verlo pero otra parte suya estaba dolida y asustada por los acontecimientos que habían sucedido. Si bien los recuerdos no eran del todo claro en su memoria, saber que había golpeado a Taehyung lo hizo desconocerse a sí mismo y sobre todo sentía vergüenza por cómo había actuado esa noche, utilizando la violencia para liberar todo el estrés que estaba sintiendo a causa de no saber cómo ayudar al mayor.

Dispuesto a seguir con su rutina diaria, Jimin se encontraba en la habitación de su residencia desayunando mientras Kevin, luciendo su típica ropa deportiva, apareció por la puerta trayendo consigo una bolsa de compras en sus manos.

- Buenos días Príncipe - saludó el mayor.

- Buenos días. - dijo Jimin observando a Kevin acercarse para luego desembolsar las compras sobre la mesa.

- ¿A qué no sabes lo que conseguí? - mencionó Kevin, sosteniendo unos frascos en sus manos - ¡Mantequilla de maní! ¿Puedes creerlo?

- ¿Y? - dijo Jimin sin entender.

- Vamos, no puedes decirme que no amas la mantequilla de maní.

- No lo sé. Supongo que no lo hago tanto como tú.

- Estás muy mal si es así. No hay nada mejor que unos emparedados con mermelada y esta hermosa exquisitez de mantequilla. - explicó Kevin guardando algunos de los productos en la heladera - Déjame guardar esto y luego voy a prepararte...

- No, gracias.

- Pero si no me dejaste terminar.

- No hace falta, además ya estoy por acabar mi desayuno.

- Bien, tú te lo pierdes Príncipe. - dijo Kevin, volviendo a la mesa para tomar asiento y empezar a preparar sus emparedados.

- Creí que cuidabas más de tu alimentación. - comentó Jimin al verlo tomar unos panecillos para luego empezar a untar la mermelada de fresas en ellos.

Vmin - Magnetismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora