CAPÍTULO 33 - REGRESIÓN

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No solo había despertado, sino que tras haber recuperado la conciencia y de haber confirmado que se encontraba en su departamento, Taehyung se levantó de la cama y caminó directamente hacia el baño. Una vez allí, lavó su rostro con agua con el fin de borrar esos malos recuerdos que lo atormentaban y parecían estar cada vez más presentes. 

Fue entonces que esas voces comenzaron a resurgir en su mente y sin esperar otra señal, levantó su mirada reflejándose en aquel espejo. Rápidamente una de sus manos abrió una gaveta que estaba junto a la superficie de cristal y revolvió uno por uno los objetos que estaban dentro, hasta que halló un recipiente de medicamento vacío. Lamentando la falta y la necesidad de esas pastillas que calmaban de alguna forma su estado, con suma pesadez dejó el frasco en su sitio y cerró con brusquedad la gaveta.

Aún descalzo, salió del baño y caminó por el pasillo hasta que llegó al área de la cocina donde abrió la heladera para encontrar a la vista el pack de cervezas. Sin más que pensar y con el único propósito de olvidar, el moreno abrió una de las latas para beberla en segundos.
Decidido a continuar con la siguiente ronda, sujetó con una de sus manos el resto de las cervezas que aún permanecían en el paquete y se alejó de la isla de la cocina hasta llegar y caer con todo su peso sobre el sillón. 

El cristal de los ventanales que separaban el interior del balcón, reflejaban la silueta del moreno abatido. Solo una tenue luz fría acentuaba su mirada perdida en algún punto de la sala y fue entonces que no lo soporto más, sus ojos cristalinos soltaron las primeras lágrimas que empezaron a caer sobre sus mejillas. Con el único propósito de olvidar, Taehyung bebió todas esas latas, una tras otra hasta que terminó por caer rendido en aquel sillón.
El recuerdo dolía en lo más profundo de su ser y otra vez no podía hacer nada contra eso. 

Mientras se acomodaba plácidamente sobre el otro extremo, el castaño no tomó dimensión de que estaba llegando al límite de la cama, por eso una vez que su cuerpo completó el giro, cayó bruscamente sobre el suelo y fue así que de forma imprevista despertó.

Aún sin ser conciente del golpe, los ojos hinchados de Jimin comenzaron a abrirse pero no del todo, ya que la luz que resplandecía a través de la ventana de la habitación se lo impedía.

Tras el primer bostezo de la mañana, el castaño se puso de pie y se sentó en la cama, permaneciendo unos segundos allí hasta que fue consciente de dónde estaba. Al tantear vagamente con su mano sobre las sábanas y la almohada, encontró su celular, el cual no sólo le indicaba que eran las 7:45 AM, sino que lo alertó de que estaba a punto de llegar tarde a la universidad.

Rápidamente Jimin se levantó, se vistió con lo primero que encontró y salió a toda prisa de la residencia.
Una vez que llegó a la parada de autobús, consiguió viajar en el primer transporte que apareció a la vista. 

La ansiedad empezaba a acrecentarse más en Jimin, lo que hizo que estuviera pendiente sobre la hora una y otra vez. Cuando dejó de hacerlo, desvió su atención hacia la ventana para ver a los autos o a los transeúntes que caminaban y cruzaban las calles.

Todo parecía estar en su curso hasta que la velocidad del autobús empezó a disminuir y se detuvo por completo. Pronto se escucharon las bocinas de varios vehículos en las mismas circunstancias y fue entonces que los pasajeros empezaron a mirar por las ventanas, buscando la razón del caos.

— Esto no podría ser mejor...— dijo para sí mismo el conductor del autobús. 

— ¿Manifestantes? — preguntó un pasajero al acercarse al conductor.

— Así parece. 

— ¿No hay alguna forma de que pueda continuar?

— Con todos esos autos adelante, imposible. Mucho menos si estamos a mitad de la cuadra.

Vmin - Magnetismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora