[9] Meditación grupal

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Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo eso, a ti será su deseo, y te enseñorearás de él.

-Génesis 4:7-

Capítulo 9: Meditación grupal.

Era domingo por la mañana. Algunas personas no acostumbraban a levantarse temprano en la mañana ya que aprovechaban para seguir durmiendo un poco más tarde, mientras que otras personas sí se levantaban temprano para empezar a hacer las actividades que tienen pautadas.

Antonieta por su parte ha tenido una actividad todos los domingos por la mañana desde que decidió por ser cristiana, dicha actividad es ir a la iglesia para gozarse con sus hermanos en Cristo y aprender mucho más acerca de la palabra de Dios.

La vida de Antonieta empezó a cambiar desde que decidió vivir para Cristo. La chica entendió que lo mejor que pudo haber hecho fue llegar a los caminos del Señor, ya que las cosas del mundo lo único que le traían eran consecuencias feas donde no sabía por dónde afincarse para seguir adelante. Ahora ella sabe muy bien quién la ayudará a no detenerse y seguir su vida con mucha valentía y fuerza.

Jesús.

La chica logró entender claramente que no era con sus fuerzas, sino con las de Jesús.

De alguna forma ella se gozaba al ir a la iglesia, y mucho más cuando se reunía con los jóvenes como ella de la congregación. Antonieta siempre estaba lista para aprender y no dejar ninguna duda en su mente con respecto al tema a hablar.

En este momento se encontraba ella reunida con los diversos jóvenes, acompañados obviamente de su líder. Estaban en el salón de estudio, el cual se encuentra un poco apartado del salón como tal de la iglesia. Todos estaban reunidos en un círculo y hablaban de diversos temas y testimonios, todo referente a las tentaciones de la vida.

—No les puedo negar que sí me sentí un poco nerviosa —confesó Tatiana, una de las chicas —. Cuando miré los ojos de mi amigo frente a mí se me revolvió el estómago por completo. No supe cómo reaccionar cuando quiso darme un beso. De alguna forma me quedé helada, pero como pude lo aparté. Realmente no me sentía bien al hacer eso con él cuando no lo quiero como el chico de mi vida. Lo quiero como un amigo, nada más. Y además no está bien besarme con un chico que ni siquiera es mi novio, eso puede ser un mal testimonio para mi.

—¿Y cómo se sintió él después que lo rechazaste? ¿le dijiste que sólo lo quieres como un amigo? —preguntó la líder Mónica.

—Se molestó, de hecho ya no me dirige la palabra. Quizás fui muy honesta con él, no lo sé...

—Fuiste clara, eso es todo. Me alegra mucho que por lo menos le hayas dejado los puntos claros no solo a él sino también a ti para que no llegues a confundirte. Se ve que estás clara en la bonita amistad que sentías por él. Si de alguna forma está molesto contigo no te preocupes, deja todo en manos de Dios —sugirió la líder.

—Sí me duele un poco el hecho de que ya no hablemos, pero él lo decidió así.

—Debes darle un tiempo. Poco a poco todo volverá a la normalidad —le aconsejó la líder a Tatiana para luego fijar su mirada esta vez en Antonieta —. Creo que Antonieta tiene algo que contarnos, ¿o me equivoco?.

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