[12] Una fachada

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Cuando el espíritu impuro sale del hombre, anda por lugares áridos en busca de reposo, y no lo halla. Entonces dice: "Volveré a mi casa, de donde salí". Y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va y trae otros siete espíritus peores que él, y entran y allí se quedan a vivir. ¡Y el estado final de aquel hombre resulta ser peor que el primero! Así también le pasará a esta generación malvada.

-San Mateo 12:43,44,45-

Capítulo 12: Una fachada.

Los minutos fueron avanzando. Ya faltaba poco para que la hora de la siguiente clase llegara. Lucas por su parte se encontraba en el vestidor de los jugadores masculinos respirando profundo para calmar sus nervios. Ya estaba cambiado de ropa, tenía una franela blanca y un short negro que se asemejaba al uniforme del equipo de fútbol. Sus zapatos eran los que siempre utilizaba para cuando hacía educación física, así que ya estaba más que listo para empezar con el entrenamiento.

—Hey, Lucas —la voz de Derek llamó inmediatamente su atención haciendo que en su estómago se produjera un cosquilleo —. Estamos esperando por ti. El profesor quiere ver cómo te desempeñas en la cancha.

—Derek, no estoy seguro de lo que voy a hacer —confesó Lucas con miedo en su voz —. Creo que mejor me vuelvo a vestir y me olvido de todo esto.

—Lucas, no te dejes llevar por el nerviosismo. Si quieres ser parte del equipo debes de demostrar que tienes valentía y optimismo. Sí puedes hacerlo, confía en ti.

—No lo sé, tampoco quiero que se burlen de mí. Yo mejor...

—Deja los argumentos a un lado y mejor vayamos a la cancha para demostrar que sí puedes —le dijo Derek al tomarlo por los hombros y empezar a guiarlo hasta afuera mientras le daba palabras de motivación y fortaleza para que se enfocara en lo que iba a hacer.

Al ya estar en la cancha los chicos inmediatamente volteron a ver a Lucas. Todos ellos se empezaron a reír y susurraban cosas en forma de burla para hacer sentir mal al chico. Lucas por su lado trataba de detener sus pasos para no seguir caminando hacia ellos, pero Derek seguía guiándolo con fuerza.

—Derek, yo creo que no puedo.

—No le prestes atención a los muchachos y sus burlas. Concéntrate en sólo jugar bien.

—Es que ese es el problema. No sé jugar bien.

—¿Qué? —preguntó Derek con sorpresa al detener sus pasos y mirar a Lucas —me dijiste que sí sabías.

—Lucas Palacios, que bueno que ya estés aquí. Necesito que te prepares junto con los demás chicos que están en las bancas. Veremos de qué están hechos —comentó el entrenador al acercarse al chico para después mirar a Derek —. Mientras tanto necesito que tú, Derek, vayas a calentar las piernas con los demás chicos, ¿entendido?.

—Así será, entrenador —afirmó Derek para luego mirar a Lucas y darle una palmada de suerte en su hombro para después marcharse.

—No sabía que jugabas fútbol, Lucas. Pensé que no te gustaba —le dijo el profesor al chico.

—No soy un experto jugando, pero hago lo que puedo.

—¿Y por qué quieres entrar al equipo?.

—Me pareció interesante ser parte del equipo. Por lo menos para luego contarles a mis nietos que fui parte de un equipo de fútbol cuando era jóven. Creo que será increíble representar al equipo del colegio por lo menos en lo que queda de este año.

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