[35] Ama con verdad

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El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

–1 Juan 4:8–

Capítulo 35: Ama con verdad.

Antonieta no dejaba de mirar la pantalla de su celular. Los varios mensajes que le había escrito Uziel le llamaban su atención, y aunque quería responderle sentía en su corazón mucha tristeza mezclada con molestia, lo cual no le permitía entender mejor el problema. De cierta forma le había molestado la forma en cómo Uziel se refirió a ella, pero a la vez entendía que Uziel había dicho eso en un momento de molestia y dolor.

Antonieta estaba enredada en sus propios pensamientos y sentimientos que ya ni sabía qué hacer.

—¡Hija! —la voz de la madre de Antonieta se escuchó del otro lado de la puerta para luego abrirla y asomar su rostro mostrando una amplia y divertida sonrisa —¿Puedo entrar?

—Sabes que sí, mamá.

—Qué bueno porque quiero hablar contigo acerca de un vestido muy bonito que acabo de mirar en una foto —dijo la señora Amanda al entrar y cerrar la puerta para luego sentarse junto con su hija en la cama mostrándole dicha foto de su celular —¿Qué te parece? Yo pienso que si le decimos a la hermana Daisy que te lo haga sé que te hará lucir muy bien. Obviamente hay que saber cuántos metros de tela hay que comprar.

—Sí, está muy bonito mamá —respondió Antonieta con una débil sonrisa para luego devolverle el celular a su mamá.

—¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal?

—No te lo puedo negar, me siento muy triste y desanimada. Hoy Uziel se refirió muy mal de mi.

—¿Uziel? —preguntó extrañada —¿Y qué fue lo que te dijo?

—Algo hiriente, por lo menos para mí así lo fue.

—¿Qué te dijo exactamente?

—Pues... Algo de mi pasado que me parece horrible y vergonzoso. Era un secreto que nunca quise que saliera a la luz, pero Benjamín se lo contó a Uziel con malas intenciones, estoy segura.

—¿Y Benjamín era el único que lo sabía?

—No, también lo saben Lucas, Mónica y los pastores. Perdón mamá pero nunca me atreví a contárselo a papá y a ti por vergüenza.

—Ya creo saber por dónde viene todo. ¿Se trata de tu periodo de frustración y vacío que viviste? Aquella vez cuando... Ibas a suicidarte.

—Sí, fue muy duro para mí esa etapa de mi vida.

—Hija... Ahora que hablas de ese tema creo que te confesaré la verdad.

—¿Cuál verdad? —preguntó Antonieta con mucha curiosidad mientras se acomodaba mejor en su cama.

—Tu papá y yo sabemos bien lo que te pasó. Pero tranquila, nadie de los que ya mencionaste nos lo dijo.

—¿Qué? —la sorpresa era clara en el rostro de Antonieta —¿Desde cuándo lo saben?

—Un mes después de que aceptaras a Jesús en tu corazón. La misma Paola me lo confesó. Me pareció muy extraño no verla más por aquí, así que un día la llamé y... Me confesó lo que había pasado. Tu papá y yo hablamos y... Pensamos que lo mejor era callar hasta que tú decidieras hablar, sé que eso fue muy fuerte para ti. Conocemos tu sensibilidad por las cosas, y más cuando se trata de tu vida privada. Lo que sí te confieso es que... Tanto a tu papá como a mi nos dolió que no hayas confiado en nosotros para contarnos. Somos tus padres, Antonieta. En un momento como ese pudimos haberte ayudado.

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