[13] Malos deseos

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Cuando alguien sea tentado, no diga que ha sido tentado por Dios, porque Dios no tienta a nadie, ni tampoco el mal puede tentar a Dios. Al contrario, cada uno es tentado cuando se deja llevar y seducir por sus propios malos deseos. El fruto de estos malos deseos, una vez concebidos, es el pecado; y el fruto del pecado, una vez cometido, es la muerte.

-Santiago 1:13,14,15-

Capítulo 13: Malos deseos.


La campana del colegio empezó a sonar indicando que la hora de recreo ya había terminado. Todos los jóvenes se dispusieron a caminar en dirección a sus salones, mientras que otros aún tenían la hora libre gracias a sus horarios de clases.

Micaela era una de las chicas que tenía la hora libre, aún no tenía que ir a su siguiente clase. Ella se encontraba en el patio trasero indagando en su celular algunas cosas en instagram. Sus ánimos estaban por el suelo después de la discusión que tuvo con Tanner frente a muchas personas. Ella realmente se sentía mal de todo lo que estaba ocurriendo en su relación con su novio. Ya las cosas estaban empezando a ponerse complicadas para ella y para Tanner. Ella quería que todo se mejorara, pero por momentos lo dudaba.

Junior logró encontrarla después de estar buscándola por todo el colegio. Una sonrisa se le dibujó al chico en su rostro cuando pudo mirarla desde lejos. Sus manos empezaban a ponerse frías, y su corazón empezaba a acelerar en su pecho.

Él realmente extrañaba a su amiga de la infancia.

Sus pasos fueron lentos, pero su mirada no se apartaba de ella. Cuando logró llegar a su lado se sentó con mucha confianza, logrando que la chica se sorprendiera por su inesperada llegada.

—Aunque no lo creas, siempre he querido volver a hablar contigo —confesó Junior para empezar la conversación. Micaela lo miró por unos segundos a los ojos y luego bajó la mirada para después suspirar con tristeza.

—Yo he sido la mala de toda esta historia. Jamás debí escoger a Tanner en vez de a ti.

—No te culpes. El malo soy yo. Fui un egoísta al querer obligarte a no estar con el chico que amas.

—Me estabas cuidando, eso era todo.

—¿Te arrepientes de ser la novia de Tanner?

Micaela guardó silencio. No respondió a la pregunta ya que no sabía lo que sentía. Estaba confundida. Junior al notar su silencio decidió seguir hablando.

—Es extraño lo que te diré; pero Tanner te ama.

—¿En serio lo crees? —preguntó ella, alzando ambas cejas mientras lo miraba con un poco de sorpresa.

—Me costó aceptarlo, pero es así. Él simplemente actúa como un tonto cuando está con sus amigos. Es típico de nosotros los chicos, lo hacemos para bromear entre nosotros aunque a veces no nos damos de cuenta que lo que decimos son tonterías. He podido ver como Tanner te quiere, tanto que daría todo por ti.

—Vaya, no me esperaba que esas palabras salieran de tu boca.

—Aunque pasen por problemas en su noviazgo, sigue adelante con él. A menos que ya tú no quieras seguir.

—¿Aún no te sigue agradando?

—Mientras siga diciendo tonterías con sus amigos referente a las demás personas, pues no.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos mirando todo a su alrededor. El calor del sol se hacía presente en el patio, pero ellos estaban sentados en una banca bajo un árbol frondoso. Micaela luego de dudar por unos segundos decidió por apoyar su cabeza en el hombro derecho de Junior, logrando que al chico se le dibujara una sonrisa más amplia en su rostro.

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