Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca.
–Isaías 55:6–
Capítulo 37: Recordatorio.
Antonieta se había levantado temprano para arreglar sus cosas y orar dando gracias a Dios por un día más de vida. Su alma se llenaba de mucho gozo al saber que Dios había abierto sus ojos un día más. Justo al abrir su biblia llegó a conseguir una palabra que la confrontó, y la cual la puso en meditación y en oración.
Isaías 55:6
—Hoy en día estás con nosotros, Espíritu Santo, pero llegará un momento donde no lo estarás y la tierra querrá saber más de ti. Agradezco que en mi juventud me hayas llamado para servirte, Señor Jesús. Fui un poco renegada al evangelio, pero ahora deseo que siempre tú estés conmigo, Espíritu Santo. Señor, toda la tierra debe de buscarte mientras aún tú puedas ser hallado, ciertamente todos debemos de llamarte mientras te encuentras cerca. No quiero perder mi comunión contigo, Espíritu Santo, porque si llega a suceder eso mi alma volverá a estar seca. En estos tiempos tan difíciles es donde más te necesito, porque tú eres mi sustentador y mi gran roca fuerte. La tormenta puede llegar a mi alrededor, pero eres tú Jesús quien me sostiene. Eres tú, Dios, quien me ayudarás a levantarme por medio de tu hijo amado, Jesucristo de Nazaret. La gloria y la honra es para ti, Dios eterno. Amén.
Antonieta había entendido el versículo, y el agradecimiento de saber que la misericordia de Dios había llegado a su vida llenaba su alma de gozo y alegría. A pesar de las caídas y debilidades Dios siempre le daba las fuerzas para no perder la fe, y eso es mediante la lectura de la palabra y la oración.
—Antonieta —llamó su papá del otro lado de la puerta —¿Estás lista para irnos?
—Sí, papá. En un momento salgo.
—Okay. Te voy a esperar en el auto. En la mesa del comedor tu mamá te preparó el desayuno para que te lo lleves al colegio.
—De acuerdo, gracias —dijo Antonieta mientras terminaba de secar las lágrimas de su rostro.
La chica suspiró profundo y luego se miró al espejo mientras se colocaba su mochila. Una sonrisa se le dibujo en su rostro y luego pasó sus manos por su negra cabellera. Acto seguido tomó su biblia y luego salió de su habitación, sin antes apagar el bombillo de la luz. Al llegar al comedor se encontró con su mamá, quien leía la biblia en la mesa mientras bebía un poco de café. Antonieta rápidamente saludó a su mamá para luego tomar su desayuno y guardarlo en su mochila.
—Nos vemos más tarde, mamá. Bendición —dijo Antonieta al acercarse a su mamá y regalarle un beso en su mejilla.
—Dios te bendiga, hija. Cuídate mucho.
—Entendido —dijo la chica lanzándole un beso al aire para luego salir de la casa.
La señora Amanda tuvo una extraña sensación en su pecho, así que se llevó una mano a su corazón y luego miró la puerta por la cual había salido su hija. Muchos pensamientos llegaron a su mente, y cada pensamiento lo desechó para no preocuparse. Lo que sí hizo fue orar, y en este caso orar por su hija para que nada malo le ocurriera.
Por los pasillos del colegio lo único que se escuchaban eran murmuros y más murmuros de la situación que estaban pasando Micaela y Tanner. El tema aún no había acabado para muchos en el colegio, ya que a cada minuto salía un comentario nuevo referente a ellos y a su embarazo.
En este momento Micaela se encontraba en la oficina de dirección junto con su mamá, quien pacientemente esperaba a que apareciera el director para poder hablar acerca de la página de chismes que estaba perjudicando aún más la vida de su hija.
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Relaciones de adolescentes
Novela JuvenilRelacionarse es parte de la vida. En la etapa de la adolescencia surgen muchas relaciones, tanto buenas como malas, y ellas forman parte de lo que es conocer la madurez mediante las acciones que cometemos en nuestra vida como jóvenes. Diversos...