Relaciones de adolescentes

[19] Una joven de Cristo

Es bueno el Señor con quienes le buscan, con quienes en él esperan. Es bueno esperar en silencio que el Señor venga a salvarnos. Es bueno que llevemos el yugo desde nuestra juventud.

-Lamentaciones 3:27-

Capítulo 19: Una joven de Cristo.

La hora del recreo ya había llegado. Los muchos alumnos se encontraban por diferentes partes del colegio platicando entre grupos y amigos mientras la hora del descanso iba avanzando. Micaela se encontraba caminando sin compañía por los pasillos del colegio mientras sostenía en su mano izquierda un jugo de naranja y en su mano derecha sostenía su celular con el cual revisaba algunas publicaciones en Instagram. Su actitud se mantenía muy serena como si nada estuviera pasando. Las personas a su alrededor la miraban y susurraban cosas de ella, lo cual ya Micaela sabía así que las evadía para no caer en problemas. Su vista luego se posó en una de las sillas que estaban cerca del salón de arte, así que decidió sentarse en una de ellas y seguir fijando su mirada en su celular para olvidarse un poco de su mundo exterior.

Carla, quien también caminaba por el mismo pasillo, logró mirar a Micaela sentarse en la silla, así que pensó que ese era el momento perfecto para hacerle unas cuantas preguntas a la chica y averiguar un poco más sobre su ruptura con Tanner.

—Hola, Micaela. Estás muy linda el día de hoy —saludó Carla mostrando una fingida sonrisa. Micaela posó su mirada en ella y le regaló una corta pero sincera sonrisa.

—Gracias, Carla.

—Oye, no sé cómo llamarte ahora. ¿Quieres que te siga llamando Micaela ó quieres que mejor te diga cuñada?.

—No soy tu cuñada, Carla —respondió Micaela rodando los ojos —. Ya aclaré todo por facebook y...

—Sí, sí, lo sé. Estaba bromeando contigo. Es obvio que entre mi hermano y tú no pasa absolutamente nada. Él sólo te quiere como una amiga, nada más.

—Exacto. Sólo somos amigos.

—Que bueno que Tanner no vino hoy al colegio. No me quería imaginar una pelea entre él y mi hermano.

—¿Tanner no vino al colegio? —preguntó Micaela un tanto curiosa.

—No. Nadie lo ha visto en lo que va de la mañana. Vaya que ni pendiente estás de él. Tuvo que ser muy fuerte lo que pasó entre ustedes para que ahora ya no le tomaras importancia a uno de los chicos más guapos del colegio.

—Para mí sí lo fue.

—¿Y no se te pasa por la mente en volver con él? Hacían una linda pareja los dos.

—No creo que entre Tanner y yo vuelva a pasar algo. Ambos dejamos las cosas bien en claro.

—Lamento mucho tu ruptura con él. Pensé que durarían toda la vida, pero ya veo que ni a cinco años llegaron. Pero bueno, así son la mayoría de las parejas de la juventud de este siglo. Espero que encuentres a un chico que realmente te haga sentir bien y te comprenda con toda claridad.

—Gracias.

—Oye, y si quieres hablar con alguien para desahogarte puedes confiar en mi. Después de todo también me conoces desde pequeña.

—Lo tomaré en cuenta.

Carla logró despedirse de Micaela y se dispuso a marcharse para seguir su camino y planear qué más puede hacer para terminar de acercarse a Tanner y hundir más a Micaela. Sus pensamientos variaban en muchas ideas para poner en práctica pero no quería hacer las cosas mal. El plan tenía que salir perfecto, y el objetivo clave es tener a Tanner lo más cerca posible para obtener fama en un abrir y cerrar de ojos.