[73] Lucas: Amor

101 20 17
                                    

Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros.

–1 Juan 4:12–

Capítulo 73–
Lucas: Amor.

Lucas Palacios.

   Con mis audífonos en mis oídos escuchaba una canción que Antonieta me había descargado en mi celular, se llama: Nada es imposible, de Marcos Barrientos.

   Tan solo escucharla por primera vez hizo que mi corazón se llenara de alegría, y es por el contenido de la letra de la canción.

   El sonido de la guitarra suena increíble, y la batería le produce un toque súper especial.

   Por varios momentos sentía la necesidad de saltar y cantar a todo pulmón el coro de la canción, así que sin pensarlo tanto empecé a saltar por toda la sala de la casa mientras cantaba con mucho gozo y alegría la canción.

—Creo en ti, creo en ti, Cristo —repetí, sin ocultar la sonrisa de mi rostro.

   Con mi celular en mi mano derecha simulaba tener un micrófono, y con algunos movimientos en mis piernas iba de un lado a otro. Por unos segundos cerré mis ojos y empecé a saltar en círculos, repitiendo una y otra vez lo que la canción decía; pero cuando pude abrirlos me encontré a mi papá mirándome desde la puerta principal de la casa. Él había llegado y yo no me había dado cuenta.

—Papá —dije, sonriendo para luego quitarme los audífonos de mis oídos.

—Hacía tiempo que no te veía así de feliz —comentó cuando pudo acercarse hacia mi.

—No sé qué decirte. Simplemente siento alegría en mi corazón.

—Ir a la iglesia con Antonieta te ayudó mucho.

—Digamos que sí.

—Mis padres me han estado mandando mensajes para que asista el domingo. Al parecer están contentos porque tú fuiste al servicio especial.

—En la iglesia no dejó de darme besos en mi cara. Ella estaba muy feliz. ¿Por qué no vamos juntos el domingo?

—No lo sé. Creo que aún no siento en ir.

—Yo tampoco sentía en ir, y ahora fíjate.

—Dijiste que al principio te había costado sentirte cómodo; casi te estabas aburriendo.

—Pero luego me sentí cómodo. Sí es un poco aburrido al principio escuchar lo que dice la biblia; pero cuando le prestas atención créeme que es interesante saber de ella. Hay muchas cosas para dialogar.

—No te prometo que iré; pero sí te prometo que lo pensaré —comentó, levantando su mano derecha.

   Cuando mi papá se acercó hacia mi logró sorprenderme cuando besó mi frente, un acto que no había hecho desde que yo era muy pequeño.

—¿Qué pasa?

—Nada, es solo que... Pensé que los besos en la frente te parecían incorrectos.

—Eres mi hijo, sangre de mi sangre. Eres lo único que me queda en esta casa. Nunca te lo dije en persona, pero... Te amo.

   Esas últimas palabras hicieron que un nudo se formara en mi garganta, así que sin pensarlo dos veces me acerqué hacia él para abrazarlo.

   Mi papá: Franco Palacios. El hombre más frío que he conocido en este mundo me acaba de dar un beso en la frente, y de paso me dijo que me amaba. Si esto yo se lo hubiera contado al Lucas de hace meses atrás de seguro no me lo hubiera creído.

Relaciones de adolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora