[16] Un padre orgulloso, y otro no.

155 24 20
                                    

No seas sabio en tu propia opinión, teme al Señor y apártate del mal.

-Proverbios 3:7-

Capítulo 16: Un padre orgulloso, y otro no.

La lluvia estaba fuerte, logrando que todo se viera oscuro en las calles. Hacía horas que estaba lloviendo y aún no cesaba. Los autos pasaban por las calles alzando mucha agua a sus lados. Algunas personas disfrutaban estar en sus casas descansado mientras llovía y los minutos pasaban.

Tanner no podía decir lo mismo. El chico miraba las gotas de la lluvia deslizarse por el vidrio de la ventana de su cuarto mientras su mente aún pensaba en Micaela. Él aún no podía creer que la relación que ambos sostenían desde hace años ya se había acabado. Todo había llegado a su fin.

Golpes a la puerta llaman su atención, así que decide levantarse de la silla donde estaba sentado para irse hacia su cama y luego indicarle a la persona que puede pasar.

—Te traje limonada. La preparé yo misma —indicó su mamá al entrar al cuarto mostrando una orgullosa sonrisa en su rostro mientras se acercaba hacia su hijo con el vaso de jugo en sus manos —. Quizás a lo mejor quisieras un chocolate o café caliente, pero no me pude resistir a la limonada.

—Gracias, mamá —agradeció Tanner al tomar el vaso de jugo. Su mamá rápidamente captó su actitud, notando que el chico estaba triste y muy diferente a como él es.

—¿Qué te sucede, Tanner? Te noto triste. ¿Pasó algo?.

—Terminé con Micaela, mamá, eso sucede.

—¿Qué? No puede ser, hijo. ¿Qué sucedió? Ambos se veían muy felices juntos.

—Lo estábamos, hasta que pasó lo que hicimos el viernes por la noche. Desde ese día ella se ha comportado extraño. Resulta que ahora le da asco recordar cuando nos acostamos.

—Ay por Dios. Tanner, dime que te protegiste.

—No recuerdo hacerlo, pero creo que sí lo hice.

—¿Crees?.

—No lo sé, mamá. Estaba borracho y no recuerdo mucho.

—Definitivamente eres idéntico a tu padre.

—Vaya que sí lo es —comentó el papá de Tanner cuando logró entrar al cuarto mostrando una amplia sonrisa —. Mi hijo ya es un hombre con complicaciones.

—Evaristo, no empieces con tus comentarios —le pidió su esposa al rodar sus ojos.

—Sólo digo la verdad. Mi hijo ya está empezando a experimentar lo que son las relaciones sexuales.

—Papá, no es la primera vez que lo hago. Antes de que Micaela fuera mi novia ya había tenido relaciones sexuales.

—¡Ese es mí hijo! —comentó el señor Evaristo sonando muy orgulloso mientras desordenaba el cabello de su hijo.

—Tanner, trata de resolver tu relación con Micaela. Aún estás a tiempo de hacerlo. Ella es una chica muy linda y especial que no puedes dejar ir como si nada. Lucha por ella, hijo. Lo que haya pasado traten de dejarlo atrás.

—Mamá, he hablado con ella pero no la comprendo. Actúa muy dramática después de lo que pasó. Entiendo que esa noche fue su primera vez, pero tampoco es para tanto.

—No todas las mujeres somos iguales. Quizás ella aún no estaba preparada para ese momento. Es normal que tenga esa reacción.

—Hijo, tienes 17 años. Aún eres joven y tienes una vida por delante. Olvídate de Micaela y disfruta tu vida con otras chicas. No te aferres a una relación tan temprano. Entiendo que quieras tener una novia, pero aún tienes tiempo para pensar en eso. Micaela era una gran chica, pero así como ellas hay muchas más en esta vida.

Relaciones de adolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora