[39] Un camino sin paz

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No conocen el camino de la paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas, y todo el que las siga jamás conocerá la paz.

–Isaías 59:8–

Capítulo 39: Un camino sin paz.

Hoy en día vivimos en un mundo lleno de pecados y mentiras. Muchas personas se han ido a pensamientos humanos para justificar sus errores y abominaciones. Sus caminos no han sido los correctos, si nos referimos a lo que dice la palabra de Dios.

Los jóvenes de hoy se han dejado influenciar por las modas presentes, lo cual a hecho que muchos se dejen llevar por los temas que más son mencionados para poder llegar a sobresalir de cierta manera.

Hay un camino que nos lleva a la vida eterna, y ese camino es Cristo Jesús. Algunas personas no lo creen, pero es la verdad de toda esta vida llena de problemas e injurias. Cristo Jesús nos ofrece esa paz y esa calma que nuestra alma necesita, y tan solo creyendo y siendo fiel a él podremos tener dicha paz.

Hay caminos en este mundo, por el contrario, que dejan mostrar una cierta paz, la cual es momentánea. Las personas hoy en día han creado diversos caminos donde muestran una felicidad grande sin problemas. La paz que ofrecen es depositada al principio del camino, pero luego esa paz es quitada para luego entrar en el desespero y la frustración. Caminos llenos de pecados hay en esta vida, y por muchos de ellos algunas personas caminan sin prestar atención a lo que eso implicaría para su alma.

Líderes de muchos grupos y organizaciones se han levantado para alzar sus voces en medio de un mundo divido. Cada grupo representa un pecado, pero que traen consigo también miles de pecados más. Marchas han habido para ser oídos. Mensajes han salido por las redes sociales y por otros medios para defender cada quien su camino. El libertinaje cada día está más explícito, y la vergüenza no es un obstáculo para cumplir sus planes y objetivos.

Personas con el pecho inflado y con el orgullo en sus rostros hablan de sus caminos testificando que es el mejor camino para la felicidad plena en esta vida, pero lo que no saben es que ese camino los llevará a la perdición. No hay nada de justicia, y sus veredas llegan a ser torcidas. Toda persona que sigue dichos caminos jamás conocerá la verdadera paz que entrega Dios en su camino.

“¡Aquí hay paz, vengan!” Dicen muchos, mientras sus pecados y abominaciones los consumen por completo.

Inclusive hasta en el mismo evangelio se crean caminos, los cuales se desvían de la verdad que es Cristo Jesús. Alteran la palabra de Dios con ideologías humanas, creando un nuevo evangelio lleno de libertinaje y herejías. Ese es el problema del evangelio de hoy, que en la mayoría de la veces algunos se adaptan tanto a las cosas vanas del mundo que no buscan lo sencillo y precioso que es el evangelio de humildad y amor. Nombran a una paz, pero no precisamente la de Cristo. La paz la llegan a conseguir con las cosas vanas del mundo, las cuales les regalan una paz momentánea.

Por un camino sin paz transitaba Benjamín. El chico no sabía que sus pecados incrementaban ya que estaba tan seducido por ellos que en ningún momento se ha puesto a meditar acerca de lo que está pasando en su vida. En este momento Benjamín estaba acostado en su cama con mucho cansancio en su cuerpo. Su pierna y brazo derecho sobresalía de su cama. Una almohada junto con diferentes calcetines, pantalones, camisas y demás cosas estaban regadas por el suelo del cuarto.

Con un bostezo lleno de cansancio el chico llegó a levantarse, mientras sus ojos estaban entrecerrados mirando todo a su alrededor. La hora marcaba las 9:15 de la mañana, haciéndole entender al chico que ya era tarde para ir al colegio. Él logró sonreír ante eso y después pasó sus manos por su rostro mientras recordaba todo lo que pasó anoche.

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