[27] Buen hijo

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El hijo sabio sigue el consejo de su padre; el burlón no hace caso de las reprensiones.

-Proverbios 13:1-

Capítulo 27: Buen hijo.

Con cansancio y sin ganas de comer nada se encontraba Micaela en su cuarto mientras estaba sentada sobre su cama resolviendo algunos ejercicios de matemáticas. La chica sentía ganas de dormir, pero quería terminar rápido los ejercicios para no dejarlos a última hora ya que eran para mañana.

Al pasar unos minutos decidió hacer un descanso, así que dejó su cuardeno, su lápiz y su calculadora a un lado para después acostarse en la cama mirando hacia el techo. Sus ojos luego se cerraron para relajarse e inmediatamente muchos pensamientos atacaron su mente distraída.

Tanner era uno de los principales pensamientos de la chica. A pesar de que ya no sean novios, ella aún sigue sintiendo ese cariño especial hacia él. El tiempo en que ambos estuvieron juntos fue muy especial, y el tan sólo pensar la chica que todo haya terminado así nada más le es de mucha tristeza.

En algunas ocasiones Micaela se sentía culpable de su ruptura con Tanner. Ella recordaba aquellos momentos donde se sentía incómoda al verlo después de lo que sucedió en aquella fiesta donde ambos se conocieron en otro aspecto íntimo. Micaela quería arreglar todo lo que pasó, pero sus ánimos bajaron cuando supo por su propia cuenta que Tanner ya estaba disfrutando con muchas chicas, lo cual le hacía pensar a Micaela que él ya se había olvidado de ella. En estos momentos el chico mantiene un romance con Laura, y no se cansan de besarse por cualquier pasillo del colegio.

Micaela decidió no recordar más cosas, así que rápidamente tomó su celular para empezar a distraer su mente en las redes sociales. Al abrir su facebook con lo primero que se topó fue con la publicación que una de sus amigas había compartido de la página de chismes del colegio. La sorpresa en su rostro fue clara al ver aquellas fotos de Laura donde salía besándose con aquellos dos chicos a la misma ves que ellos tocaban la retaguardia de la chica. El encabezado fue lo que más hizo que las personas compartieran la publicación, el cual decía:

<<Cuidado, por allí anda una gata buscando quién la toma, y no le importa si son dos o tres. ¿Qué opina el mujeriego Tanner de su niña no tan niña de primaria?>>

Más de treinta personas habían compartido dicha publicación, y las reacciones eran muchas.

Micaela rápidamente fue al perfil de facebook de Tanner y Laura, pero ninguno de los dos había dicho nada con respecto a la publicación que andaba rodando por muchos perfiles.

Un mareo inmediatamente se hizo presente en Micaela, dejando que su celular cayera sobre su pecho para luego llevar sus manos a su frente sin entender lo que había pasado. Las ganas de vomitar se hicieron presentes, así que rápidamente corrió al baño que estaba afuera de su cuarto, donde pudo agacharse al innodoro y así poder vomitar sin entender lo que le estaba sucediendo.

—¿Qué sucede, Micaela? ¿Te sientes mal? —preguntó su mamá, quien se acercó hasta el baño para saber lo que le estaba sucediendo a su hija ya que pudo mirar desde la sala cuando ella corrió hacia el baño —¿Te cayó mal el almuerzo?

—No lo sé, mamá —respondió la chica con desagrado al tomar un poco de papel y limpiar sus labios —. Estoy cansada y me siento mareada.

—¿Mareada? ¿Cansada? —preguntó su mamá mientras miraba a su hija con detalle —Miacaela, espero estar equivocándome en lo que estoy pensando. ¿Acaso estás embarazada?

Micaela frunció su ceño y sintió miedo al escuchar aquellas palabras que salieron de la boca de su mamá.

—Claro que no, mamá. Estás diciendo tonterías —respondió la chica, seguido de bajar el agua del innodoro para después salir del baño e irse nuevamente hasta su cuarto.

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